Tarea para el hogar
el mundo
El más nazi de los sistemas ideológicos del
mundo, el judaísmo, en sociedad con el 4° Reich, juega a voltear patitos en
Oriente próximo. Los que se proclaman amigos de la mafia rusa —Putin— derriban
aviones de pasajeros en nombre de una lucha “justa” que, sabemos, es asquerosa
de ambos lados. Las potencias económicas depredan a sangre y fuego a los
africanos que, como desde los tiempos de la conquista de América, siguen siendo
no-humanos para los poderosos. Tierra arrasada es lo que dejan tras de sí las
corporaciones después de saquear bienes no renovables cada vez más escasos por
causa de un sistema económico irracional.
Hoy como ayer solo una internacional de los
trabajadores, como quería Marx, puede ponerle fin a estas calamidades.
El camino no es fácil, pero es el único. Usted
dirá: y en la Argentina, ¿quiénes son esos trabajadores en los cuales debemos
confiar? ¿Caló? ¿Moyano? ¿Micheli? ¿Barrionuevo? ¿El Momo Venegas?
Ahí está la cosa. Siempre estas sanguijuelas
sirvientes de la patronal —patrones ellos mismos— fueron causa de escaseces y
penalidades para los trabajadores, y de persecución, cesantía y muerte para sus
mejores dirigentes y activistas. Pero hoy la humanidad toda y el planeta mismo
enfrentan una cuenta regresiva que terminará en la hecatombe, y para impedirlo
tenemos que sumar nuestro esfuerzo al de todos los trabajadores del mundo.
Esto debemos hablarlo con la familia, con los
amigos, con los compañeros. El sistema de alienación global, ¿cuántas decenas y
centenas de horas nos robó, con el Mundial, de nuestras energías, de nuestro
tiempo, de nuestra inteligencia? ¿Le parece que el presente trágico de muchos
seres humanos y el futuro negro de todos tiene menos importancia?
Cuándo vuelve a jugar Neymar, si se podrá
reparar bien la Copa FIFA y qué logrará hacer Almirón en Independiente son
temas importantes, y merecen todos juntos una atención proporcionada: cinco
décimas de segundo.
No solo por su insignificancia, sino ¡porque no
dependen de nosotros! Esto es lo grandioso: no solo no son cuestiones
que afecten nuestra vida, sino que no está a nuestro alcance resolverlas.
En cambio, las mencionadas más arriba sí nos
conciernen, aunque prefiramos ignorarlo. Es curioso, pero si pretendemos hablar
sobre ellas no faltará quien nos diga que perdemos el tiempo, que la decisión
pasa por otras manos. Y volverá al tema de si la selección de AFA tiene que
plantar un 4-4-2 o un 4-3-2-1.
Si los trabajadores tomáramos en nuestras manos
los problemas del mundo —del tipo de los mencionados— podemos resolverlos,
fraternal y democráticamente.
Empecemos a construir un mundo distinto: en
nuestro trabajo, en nuestro sindicato, en la sociedad vecinal.
Echemos a las
sanguijuelas y el mundo habrá empezado a cambiar.
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