jueves, 22 de octubre de 2015

Un fueguino vale por diez tucumanos

 
Y un catamarqueño por cinco bonaerenses
 
¿Usted cree que en la Argentina rige el principio de que el voto de todos los ciudadanos vale lo mismo?
Desengáñese. No, al menos, cuando eligen diputados nacionales.
Recordemos la organización de nuestro Poder Legislativo, según la Constitución Nacional [CN]: un Senado, que representa a las provincias y la CABA en su soberanía local, con igual cantidad de senadores para cada una, y una Cámara de Diputados, compuesta por legisladores elegidos en cada distrito en número proporcional a su población, con un mínimo asegurado de dos diputados.
Pero el decreto ley de Bignone del 12 de julio de 1983 introdujo una distorsión por la cual el mínimo de diputados de cada distrito se fijó en cinco. Ese regalo acarrea que los distintos diputados no representen, como la CN quería, a un número similar de pobladores, sino a conjuntos asombrosamente desiguales.
Mirado desde la cantidad de votos necesarios para ungir un diputado nacional, y para marcar el caso más extremo, en las elecciones de 2013 bastaron para ello 18.000 votos en Tierra del Fuego, mientras que en la provincia de Buenos Aires hicieron falta en promedio 252.000. Un voto de un fueguino valió por los votos de catorce bonaerenses.
El principio de “un ciudadano, un voto” está adulterado y, con él, la democracia representativa: dice Bobbio que la democracia es el conjunto de las reglas del juego que permiten a una comunidad tomar las decisiones colectivas, bajo el supuesto de igualdad. No hay igualdad, no hay democracia.
Beltrán y Almada lo explican clara y sucintamente: “La igualdad del voto implica que la influencia del sufragio de todos los electores es igual. Es decir, todos los votos pesan lo mismo”. En la Argentina no hay igualdad de los ciudadanos en el voto, por más que los artículos 16 y 37 de la CN la proclamen, y lo refirmen, incorporados a ella, el  Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 25) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José, artículo 23).
No vaya a creer que caso Tierra del Fuego-PBA es aislado. Aquí van otros, también todos de la elección de 2013. El número consignado es el promedio de votos que hizo falta en diversos distritos para poner un diputado nacional en el Congreso (las cifras están redondeadas):

Córdoba = 176.000
Con 144.000 votos Liliana Olivero no entró.
El PRO, con 289.000, consiguió solo un diputado.

Mendoza = 181.600
Con 278.000 votos el FPV obtuvo un solo diputado.

Tucumán = 181.750

Catamarca = 51.000

Santa Cruz = 35.000
UVM, con 67.000 votos, colocó dos diputados nacionales.

Tierra del Fuego = 18.000
El MSP, con 16.000, tiene un diputado en el Congreso Nacional.

No se trata de demostrar que los fueguinos votan mal y los mendocinos bien, sino que la composición de la CdeD refleja una opinión social adulterada.
Me parece.

viernes, 16 de octubre de 2015

68 años de fusilamientos impunes


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Y 72 años de hegemonía ideológica y política
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El peronismo (y sus seguidistas) han impuesto para el gobierno militar 1955-58, por sus 26 asesinatos, el nombre de "Revolución Fusiladora". Pero, ¿por qué no se llama al de Perón "Gobierno Fusilador", en razón de la masacre de centenares de indígenas pilagás en octubre de 1947? ¿Será que los indígenas valen menos (¡o nada!)?

Hace 68 años, y durante varios días, la gendarmería persiguió y asesinó a un número impreciso de hombres, mujeres y niños de esa etnia —entre 500 y 1300—, cifra que, por supuesto, ni durante los “años más felices”, ni después, nadie tuvo interés en determinar.

¡Ah! Y no solo la gendarmería participó: también las “alas de la patria” tuvieron su bautismo de fuego en aquellos días, ya que aviones de la Fuerza Aérea procedentes de la base de El Palomar colaboraron en localizar y ametrallar a los pilagás que escapaban.

Es así: los que tienen el poder escriben la historia. Y la inscriben en nuestras mentes.



@juandelsur2
 

sábado, 3 de octubre de 2015

“Danos hoy nuestro plan de cada día”

 
 Peronismo explícito

 
Un joven abogado pintó con aerosol en un paredón del Hospital Provincial de Rosario la leyenda “Abrazame hasta que vuelva Cristina”.
Krisabelita se enteró, le gustó y lo invitó a venir a Buenos Aires para conocerse. Vino, y se abrazaron, los dos muy emocionados.
De eso trata la nota “¿Vos sos el loco de la pintada?” —del sitio Redacción Rosario—, que cuenta la historia en todos sus pormenores *.
Pero una cosa trae la otra, decía sabiamente mi mamá, y una nota trae sus comentarios (si estos son permitidos, claro). Esta trajo muchos, en su mayoría (es un sitio peronista) muy favorables.
A mí el que más me gustó fue el que pongo abajo.
Y lo comparto con ustedes para que vean que no soy egoísta:
 
(Clic para ampliar.)
 

@juandelsur2