El presidente Barack Obama asistió al acto en homenaje a las víctimas del 11-S
Alguien que lea esa noticia puede alucinar que el esposo de Michelle ha resuelto asumir las insidiosas acciones del presidente Nixon y su secretario de Estado Kissinger para derribar el gobierno de Salvador Allende, que culminaron con el golpe militar de setiembre de 1973. Y que, consecuentemente, va a promover la reparación histórica y material de las víctimas y va a instruir al fiscal de Estado para que inicie juicio por crímenes de lesa humanidad contra el citado Kissinger y demás cómplices.
Mire: conociendo el paño, me parece difícil.
La historia de los Estados Unidos está regada por las prácticas más inmorales (como, por ejemplo, los autoatentados, o los ataques en su contra previamente conocidos y consentidos), ejemplos de las cuales son la voladura del crucero “Maine”, el ataque japonés a Pearl Harbor, el fraguado incidente del golfo de Tonkín, el envío de un avión de pasajeros —que fue derribado— para detectar el sistema de defensa de la URSS, el arrasamiento de Irak con el falso argumento de la existencia de armas de destrucción masiva, y siguen las firmas.
Piense que, si se trata de condenar acciones criminales de USA contra países que no habían cometido ninguna agresión bélica contra la Unión, el propio Obama debería enjuiciarse a sí mismo.
Un crápula ignífugo.
Foto: infobae.com
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