No me subieron a un avión
ni me abrieron con un corvo el vientre
tampoco me arrojaron al mar
pero me subieron hasta casi donde no se resiste
ni la fiebre ni el horror
y abrieron mi corazón para que lo poblara
la angustia la desesperación
luego me arrojaron a la ciudad como al mar
a sucuchos de mala muerte y peor vida
y el pan de cada día me lo negaron
con pretextos ensangrentados.
No me enterraron en una fosa común
pero sí me enterraron en mí mismo
como en una celda de cemento fría y húmeda.
He estado en mí sin juicio alguno
pero de vez en cuando me torturan con los aniversarios
a los que le suman la tortura psicológica
como internarme en la risa de las pantallas de televisión
en ese territorio donde no hay caminos ni salidas
y el frío mortuorio entra en mi sangre y repto sobre la sangre.
En verdad no soy un detenido desaparecido
pero soy un detenido alguien que se para
antes de decir la verdad a los asesinos que andan sueltos
y soy un desaparecido busco preguntando dónde está
el muchacho idealista que luchaba contra la dictadura
dónde está el joven enamorado de la libertad y la justicia.
No me subieron a un avión ni me rajaron el vientre
ni me lanzaron al mar
pero lo que hicieron conmigo se parece tanto a eso
que a veces grito buscándome
y me desespero porque pasan los años y no me encuentro.
Osvaldo Ulloa.
(Agencia Walsh- No Todo Es Verso – 16-11-2008.)
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