miércoles, 28 de octubre de 2009

Dolina y Maradona: ¡linda yunta!

.
Alguien, con muy buena intención, sin duda, me escribe y reproduce con el título de “Otra opinión, digna de respeto igual que la tuya” el segundo comentario de Alejandro Dolina respecto de las torpes efusiones de Maradona en Montevideo. Me interesa focalizar no en estos argumentos de Dolina, enteramente similares a los que ha dado el coro de paniaguados (así como los míos, salvo en el aspecto del machismo, se parecen a los de otras voces críticas), sino en eso de que ambas opiniones son “dignas de respeto”.
Dolina es un empleado del gobierno de la provincia de Buenos Aires desde hace veintidós años. Quizá leyendo con el propósito de llegar a la médula de la cuestión no se repare en lo que acabo de escribir. Que precisamente es ese meollo: no dije “veintidós días”, ni “veintidós semanas”, ni “veintidós meses”. Dije “veintidós años”, durante los cuales quienes le pagaron y le pagan el sueldo a Dolina son los contribuyentes de la provincia, aunque él está al servicio, sobre todo en las esenciales, del peronismo gobernante en esa provincia. Quien ha escuchado su programa en distintas épocas y radios habrá notado que los anunciantes principales e infaltables son el Gobierno de la Provincia, el Banco Provincia, el Ministerio de Acción Social, Lotería de la Provincia y una cantidad de otros organismos públicos de la PBA —además de la propaganda que canaliza Télam—, a veces alternándose, a veces varios juntos.
A ver si queda claro: Dolina es un escriba, un amanuense. Dolina está pago desde hace veintidós años. ¿Saben el pago que he tenido yo?: no quiero desgranar un rosario de luchas, de sinsabores y angustias. Mientras, Dolina escribía sobre el “ángel gris”.
Así que no se puede decir que es una opinión “respetable como la mía”, porque yo no estoy rentado, y muchísimo menos, con dinero de gente —una parte de los contribuyentes— que no lo aportó voluntaria y conscientemente con ese fin. Yo, a Dolina y a sus opiniones no les tengo respeto, sino asco.
Dije que los argumentos de Dolina no difieren de los que ha dado el coro de paniaguados. Pero, ¡cómo son las cosas!: él, al principio, tuvo “un extravío” [sic], una postura crítica a Maradona. Después vira ciento ochenta grados tras un mensaje —dice Dolina— de una tal “Ingrid Hammer”, que se congratula porque no ha defendido al “monstruo”, lo cual lo lleva a recapacitar. ¡Fantástico, qué suerte, qué casualidad!: se llama “Ingrid Hammer”, y no Teófila González, por ejemplo. Conociendo el paño —que algo lo conozco, no soy tan caído del catre—, aunque ese envío pueda haber existido, es más factible que el mensaje que motivó el cambio de opinión haya sido este otro: “Arriba no cayó bien lo que dijiste. Fijate lo que está opinando toda la contra y vas a ver que esto no es joda. Sabés que no te molestamos muy seguido, así que tenés que volver sobre el asunto, pero de otra forma, ¿entendés?”.
Y resulta que esa medianoche alguien se toma el trabajo, sin saber lo que va a decir, de grabarlo, y al toque, de desgrabarlo y ponerlo en la web. ¡Qué lindo todo, qué fresco, que natural!
A Dolina no le niego ni inteligencia, ni cultura, ni ingenio, ni oficio. Pero en cuanto a ética, ¡por favor!, no me pongan en la misma bolsa que ese mercenario.

domingo, 18 de octubre de 2009

Dios es amor

Lucas, 19:
...
20 Vino otro, diciendo:
—Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
21 Entonces Él le dijo:
—Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?
22 Respondió el aludido:
—Ni loco; ¿quién confiaría hoy en los bancos? Mirá, acá está la moneda; agarrala o dejala, y chaupinela.
23 Y dijo Él a los que estaban presentes:
—Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
24 El de la mina calentose:
—Pero, ¿por qué no venís y me la sacás vos, gonca?
25 Los otros dijeron:
—Señor, aquél ya tiene diez minas, o sea.
26 Respondiendo Él, les dijo:
—Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Digo, lo que no tiene; no, quiero decir, que si tiene poco... Ma’ sí: ustedes me trataron como me trataron... ¡sigan mamando!
27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
28 A los que no creían o no creyeron, con perdón de las damas, que la chupen, que la sigan chupando. Yo soy blanco o negro, gris no voy a ser en mi vida.
29 Entonces D’Elia, puesto en pie, le dijo:
—Señor: a Reutemann, que es blanco, no lo critican; a usted lo critican porque es negro y villero.
30 Dicho esto, iba adelante a cobrar su estipendio.

"La Santa Biblia" - Nuevo Testamento. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602) - Revisión de 2009. Sociedades Bíblicas de la Iglesia Maradoniana.



jueves, 8 de octubre de 2009

Mercedes Sosa, náufraga en un mundo complejo

.


La muerte de la cantante no daría para mayores análisis, si no fuera que hay muchas cosas en ella y en torno de ella que nos ayudan a comprendernos en nuestro —calamitoso— estado actual. En principio, hay que reconocer que en su voz honda, su escogido repertorio vistió de canciones durante décadas las luchas de diversos pueblos diseminados en el mundo hispanohablante. Pero de ahí a extrapolar su labor musical y transformar a la tucumana en un referente político y de conducta hay un trecho. Un trecho muy grande, por supuesto, pero, ¿para qué están los medios masivos de [des]información?: para hacer un matete, un revoltijo con todo e insuflarlo en las cabezas de la pobre gente. ¡Eh!: ¿por qué "pobre gente"? Porque me refiero a los impresionables, los que se dejan manipular, los que no le oponen a la intencionada perspectiva de los medios una mirada relacional, amplia; porque olvidan o recuerdan a impulsos de los que manejan la agenda y la opinión —sobre todo desde el ángulo emocional— de las masas.
Piense si usted falleciera (no lo tome a mal, es una hipótesis de trabajo) y recibiera el homenaje de Maradona, Pacho O'Donnell y los KK: ¡eso sí sería para morirse! Bueno, le pasó a Mercedes Sosa. Por supuesto que ella podría no tener la culpa: esos que he mencionado son hienas sin escrúpulos, y se colgarían de cualquiera que les proporcionara salvoconductos ante la opinión pública.

Cambia, todo cambia

La fama, el talento, son para cualquiera difíciles de llevar airosamente, y Mercedes tuvo además que lidiar con vaivenes de la fortuna y de la salud, y con presiones políticas y comerciales que la tironearon en direcciones antagónicas. Ella, que nació pobre, hizo con los años muy buena plata. Y se mareó. Completamente. El deslumbramiento que experimentó al disfrutar los placeres de la "buen vida" burguesa ha quedado registrados en declaraciones de una puerilidad conmovedora. Como cuando alardeaba de sus autos: "En Madrid, tenía un Ford Fiesta, después me compré un Peugeot 505 último modelo. Uno de los primeros que entró a España. Después, pero dos años después, el auto empezó a conocerse allá..." [¡vanagloriarse de tener un auto "exclusivo": pobrecita!]. "Mi pasión siempre fueron los autos. Soy medio fierrera, ¿sabe? Me gustan y adoro la velocidad. Tengo un Audi A6, que ahora está en venta, y un Volvo S80. ¿Los conoce? [...] Ciento ochenta levanté el otro día. Entrábamos en una autopista, en Córdoba, y le pedí a Fabián que me dejara manejar un rato. 'Un ratito, mamá, ¿eh?'. Anduve setenta kilómetros y empecé a acelerar. El Audi es un auto que no tiene cordura. Si usted pone el pie en el acelerador, el auto vuela... De pronto, tal vez por un pozo, pegamos un salto. Le cuento que no tuve miedo por mí, pero bajé la velocidad: empezó a dolerme la cintura, además ya había que disminuir. Entrábamos a Oncativo...". Si usted piensa que los que van a 180 en la vía pública son unos piolas bárbaros, ahí tiene un elemento más para admirarla. Si no, diga de ella lo mismo que dice de los otros que hacen eso.
Y esta otra efusión: "Mercedes está en el living de su casa. Un amplísimo ambiente, pura luz, sobre la avenida Carlos Pellegrini, que tiene algo de museo americanista, con collares de la cultura maya, pipas antiguas, tapices precolombinos. 'Si va a hablar de mi casa, le pido que no diga que tiene toques barrocos, como se dijo. Lo barroco me suena a cachivache, y ésta es una casa llena de obras de arte'".

Una diferencia inconciliable con Macri

Any Ventura la entrevistó el 26/6/03: "¿Por quién vas a votar?". Mercedes Sosa: "Por Macri, por supuesto. Lo único malo es que él es de Boca y io soy de Yíver, y eso es difícil de coincidir".
Dice Pacho O'Donnell en "La Nación": "Mercedes Sosa fue una artista de convicciones y además consideraba que debía ser leal a esas convicciones durante toda su vida. Ella fue afiliada al Partido Comunista, integró un grupo musical que se propuso renovar la música nacional dándole un contenido social a sus letras, tomó partido, posiciones a veces difíciles y riesgosas". Pero Rodolfo Braceli lo contradice: "No pertenezco al partido, no tengo el carnet, pero soy de izquierda, soy comunista", cuenta que le dijo la tucumana. Y el publicista explica la adhesión de ella a la postulación de Macri "tal vez empujada por un hecho muy íntimo y personal que es apoyar el presente y el futuro de su único hijo que trabaja con Macri desde hace un año, y esto ya es de dominio público. Pero, bueno, estas son cosas personales de cada cual". Curiosamente, Telerman emplea el mismo argumento: "A mí no me sorprendió el apoyo de Mercedes Sosa a Macri porque un chico judío como yo no puede hacer otra cosa que alabar a las madres que toman decisiones pensando en sus hijos. El hijo de Mercedes, Fabián Matus, a quien le tengo una particular estima personal, viene trabajando con Macri desde hace un año. No me extraña (el apoyo) porque es una de las cosas que mejor habla de Mercedes Sosa, porque, como bien dice la hermosa chacarera que ella misma canta: 'Sólo el cariño de madre, ése sí es verdad'".
Hay dos ideas en lo anterior que no comparto. Una, que las posturas políticas más trascendentes puedan ser valoradas en el marco de la esfera "personal": ¿cuáles serían entonces las decisiones políticas? La segunda, que una mujer, si es madre, ya carece de voluntad propia. Si es comunista, por ejemplo, y el hijo "le sale" nazi, como buena madre tiene que hacerse nazi. ¡Un delirio!
En cambio Mercedes Sosa justificó su determinación en el propósito de usar las facilidades que otorga la democracia: "A mí me llamó la atención todo el revuelo que se armó por mi apoyo a Macri y me molestó porque muchos de nosotros luchamos durante muchos años para tener democracia y poder votar a quien queremos, pero pareciera que aún con democracia algunos siguen incentivando el odio por las decisiones que uno toma", aseguró.
Soy sincero: releo los párrafos anteriores (seleccionados de entre muchos similares) y tengo la certeza de que los opinantes y yo no pertenecemos al mismo planeta. O, más bien, que yo no soy terráqueo y ellos sí, porque sintonizan muy bien con las mayorías.

Velatorios, homenajes, misas y otros aquelarres

El apoyo a Macri y las frivolidades indecorosas de MS no fueron los únicos traspiés que empañaron su trayectoria "de izquierda". Tras el fusilamiento de tres ciudadanos cubanos en abril de 2003, ella declaró: "Luego de ese lamentable hecho yo dije 'hasta aquí llegó mi amor' con la Cuba actual. Yo luché mucho por Fidel, tanto en Cuba como en Miami y en el resto del mundo, pero creo que llegó el tiempo de pensar en que no hay que aceptar todo porque si no vamos a caer en una dictadura". Cualquiera pensaría que un partido de izquierda decente no silenciaría estas cuestiones, sino que aprovecharía para categorizarlas de manera que fueran provechosas para el crecimiento de la conciencia de sus seguidores y de las masas. Y tendría mucha razón, siempre refiriéndose a un partido honesto. El Partido Comunista Argentino, en cambio, zanjó esas espinosas cuestiones con el silencio. Esto fue lo que publicó en su página web, además de la conocida carta (esta sí, enteramente personal) de los familiares de MS:


Lo cual, por cierto, no impidió que grupos de jóvenes ondearan en el cementerio las banderas del Partido Comunista, mientras se decía la misa de cuerpo presente o se cantaban chacareras. O sea: una fiesta muy linda y para todos los gustos, como que Jorge Rouillon, en el diario de los Mitre —extremaunción del padre Farinello y misa mediantes— también aprovechó para sacar una chuleta del cadáver y titular su nota "Mercedes Sosa y su encuentro con Dios".
Decía Borges: "No hay nada como la muerte para mejorar a la gente". Pero a MS no le hacía falta: es tan nuestra que sus resbalones pueden ser vistos por sus connacionales con admiración. Una admiración descarriada, claro.
De verdad, es todo tan argento que nada mejor que dejarle las palabras finales al más cabal paradigma de la argentinidad: Maradona recordó en el Congreso que la relación que tejió con la cantante fue "siempre de buena leche, prácticamente de madre". Y siguió: "Cuando me veía mal decía: 'Dieguito, cuidate'. Cuando me veía bien, 'qué bien estás' ", abundó, poniendo así de manifiesto no sólo la profundidad de la relación sino, además, la de los diálogos que sostenían. Y remató: "Ninguna otra mujer tiene ovarios como para cantar lo que cantaba ella".
Un Maradona auténtico.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¡Magdalena rompió el idiotómetro!

-
El reforzado. Porque el estándar lo había hecho saltar tantas veces que hicieron uno especial para ella, montado en hormigón armado, con tensores de acero de 1” y amortiguadores antisísmicos. Fue inútil.
Pero antes de ir a su última hazaña es bueno repasar la biografía de Magdalena Ruiz Guiñazú, quien tiene una larga (y a todas luces, excesiva) trayectoria periodística, como que se inició en esas lides en 1954. En sus comienzos tuvo algunas discontinuidades, debidas a la crianza de sus cuatro hijos, hasta que en 1972, de la mano de Bernardo Neustadt, inició una etapa de intensa actividad que dura hasta hoy.
En las biografías que se pueden encontrar en sitios de internet (Wikipedia, Netizen) figuran los numerosos premios que ha cosechado y algunos otros datos aún más sorprendentes. Por ejemplo, que es miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo, y en el sitio web de ésta aparece una semblanza biográfica de Magdalena que en dieciséis cortas líneas ostenta treinta y dos errores, entre ortográficos, gramaticales y pifias al citar nombres propios. Por ejemplo, lider, Martin Fierro (dos veces), desaparicion, republica (dos veces), asociacion, huesped. Si las erratas se atribuyeran a la Academia, la conclusión sería que “tal para cual”: como son brutos, es lógico que otorguen un sillón a un igual. Pero usted dirá que los de la Academia no deben de tener la culpa, que la síntesis biográfica —dado el grado de encarnizamiento con el idioma— la debe de haber escrito ella misma. Y eso es muy probable, pero, ¿no tienen a nadie que revise lo que insertan en su página? ¿Publican cualquier bestialidad?
En los sitios mencionados destacan que MRG habla cuatro idiomas: español, inglés, francés e italiano. Los tres últimos, puede ser. Pero el castellano apenas lo chapurrea, ya que ante los micrófonos lanza, tan fresca, “habitastes”, “vivistes”, “sindrome”, “una cosa que me pareció fantástico”, “han pedido de que no se haga el acto”, y, por supuesto, el infaltable “no se escucha bien”, entre otras infinitas resbaladas.

Acerca de la “supina ignorancia”
Imagino que mucha gente, ante esta crítica, podría llegar a decir que no es para tanto, que todo el mundo se expresa así. Lo cual es cierto, sobre todo si corregimos: casi todo el mundo. Y ese “casi todo el mundo” se nutre de conocimientos en los medios masivos de comunicación, así que eso explica el fenómeno. Pero el argumento no es válido para los periodistas, porque ellos están en contacto directo con la fuente de información, y muchas veces tienen ocasión de alternar con expertos en los distintos temas. Por lo tanto, ser difusores de brutalidades es producto de una elección. O de “ignorancia supina”, expresión que describe la situación de quien, por negligencia, se queda echado cuando tiene a su alcance acceder al saber con sólo levantarse de su poltrona. ¿Qué decir, si no —usted los habrá visto en TV— de los movileros que con el enorme cartel de la marquesina del INDEC a la vista hablan del “Instituto (...) de Estadísticas y Censos”? ¿O, al ladito de la chapa que enuncia su nombre, dicen que transmiten desde la “Plaza de los Dos Congresos”? Magdalena no es movilera, pero en ella esas mismas expresiones, u otras tales como “el ANSES” o “Monumento a los Españoles” son el reflejo de una ignorancia supina, así como aquella vez que felicitó a la ganadora de un campeonato de ortografía, y tras hablar largamente y maravillarse de que hubiera sabido escribir “áureo” (¿?) le espetó: “¿Así que vas a ser médica? ¡Escribirás con letra que se entienda...!”. Ortografía, caligrafía... ¡segual!

Magdalena, ¡cumbre!
Tanto esforzarse en ser bruta, y maleducada y cortante con los entrevistados con quienes disiente (postura que muchos confunden con un estilo de periodismo incisivo), nuestra heroína ha alcanzado la gloria transponiendo el listón a una altura difícil de superar. Pero antes de contar ese episodio (de hace varios días, pero que merece ser rescatado), hay que recordar el extraño discurso con el cual le dedicó su último Martín Fierro a la presidenta: allí intentó, muy jacarandosa y satisfecha de sí misma, un retruécano en réplica a uno de los excesos verbales habituales en Cristina (aquello del “fusilamiento mediático”): "Hay palabras que hay que decir y otras que no. Y en democracia la palabra fusilamiento ¡no se pronuncia! Y que la palabra mediático es imprescindible en toda democracia", enfatizó MRG, dejándome la incertidumbre sobre qué significado le atribuiría en su pensamiento a esos desatinos. Es que las agudezas verbales son para quienes poseen coherencia mental y dominio del idioma, de los cuales ella carece.
Y ahora, sí, llegamos a su récord: Magdalena le contaba a Rodríguez Larreta la pavorosa situación de una madre de varios hijos que a causa de sucesivas malas praxis en el Hospital Durand debió padecer la amputación de brazos y piernas. El jefe de gabinete porteño trataba con prudencia de hacerle notar que conocía el tema, puesto que se habían contactado con la mujer y la estaban ayudando. Pero Magdalena no lo escuchaba, según su costumbre, o quería demostrar su preocupación a despecho de que evidentemente ya era redundante. Así que, imparable, abundaba en las penurias de la pobre señora, hasta que lanzó su argumento final: “¡Esta mujer no puede ni siquiera lavarse las manos sola!”.
Ni los pieses, Magdalena: ¡ni los pieses!

jueves, 1 de octubre de 2009

"Peronismo auténtico", burocracia y Kraft-Terrabusi

-
El Movimiento Peronista Auténtico ha expelido un comunicado titulado “Con los trabajadores y contra las burocracias”: desde el mismo título, un derroche de irracionalidad —a sabiendas de que nunca les va a escasear y de que es una merca de enorme demanda—, pero también un texto pródigo en las bajezas que caracterizan a “los del palo” (y, cuanto más auténticos, peor).
Desde el título, porque, ¿cómo alguien podría ser un “peronista auténtico” y a la vez estar en contra de la burocracia sindical, que fue la creación a la cual Perón le asignó prioridad desde 1943, y que desde entonces se ha asegurado la defensa a ultranza del peronismo y es clave, no sólo para la domesticación y represión del movimiento obrero, sino para alimentar la “caja” que financia tantas iniquidades y peculados?
En ese comunicado, las fotos de Perón y Evita presidiendo un texto que dice estar “contra las burocracias” son un cachetazo a la memoria y la inteligencia de los trabajadores. Cuando Perón fue electo presidente en el ’46 Evita tomó la posta de reclutar en cada sindicato y en cada taller a los especímenes más lúmpenes, trepadores y coaccionables para darles las representaciones gremiales, a sabiendas de que esos jamás se iban a exponer, con algún gesto digno, a que el gobierno y la patronal les soltaran la mano, con la consiguiente pérdida de sus prebendas y privilegios. Y ahí siguen, hasta ahora, bajo el paraguas del peronismo y en simbiosis con él. En el terreno sindical fue donde Evita pudo llegar hasta el fin en su propósito de “no dejar un solo ladrillo que no sea peronista”. La burocracia, por ende, es la hija de Perón y Evita, pero, al menos, una hija agradecida: no hay más que tomar nota de los comunicados y afiches que emite en cada aniversario significativo de la pareja, o entrar en los sindicatos y ver los bustos y retratos que presiden todos sus ámbitos (no sé si usted se ha fijado en ese “detalle”).
Al título le sigue la cita de Cooke, que bate récords en lo empalagosa y hueca, pero es bueno recordar que JWC cultivó preferentemente la pirotecnia literaria, aunque, como sabemos, su palabrería comeniñoscrudos tenía como corolario invariable el “sí, Mi Jefe” (así escrito por él), o sea la subordinación a Perón. Al mismo Perón que no tuvo otro norte político durante toda su vida que la derrota de la clase trabajadora.
El comunicado repudia luego la intervención puramente retórica y tardía de la CGT y la CTA en el conflicto, o sea, les achaca exactamente lo mismo que podría reprochárseles a ellos mismos, a quienes no se les vio el pelo a lo largo de un conflicto de más de cuarenta días y ni siquiera en la marcha del lunes 28.
Aparte de todo lo consignado, que, como queda dicho, es el reverso exacto de la verdad, el comunicado desnuda al final el rencor que consume a sus autores, cuando dice que “los trabajadores argentinos saben que están librados a sus propias fuerzas. Saben que nada pueden esperar de la clase política (incluidos los partidos y agrupaciones de izquierda)”. Mi experiencia de muchos años a esta parte es que todas las luchas antiburocráticas y horizontales de los trabajadores han contado con la solidaridad, la difusión y el acompañamiento de la izquierda, enfrentando a las patotas peronistas, la policía y la patronal, la Santa Alianza que viene desde el ’43.
Pero en algo estoy de acuerdo con estos “auténticos peronistas”, y es cuando concluyen: “En este marco los trabajadores argentinos no necesitan que los halaguen, que les dediquen discursos enternecedores repletos de buenas intenciones con resplandores de fuegos artificiales tremendistas, ni mucho menos tardías y oportunistas solidaridades”.
Los traicionó la mala conciencia: uno de esos fallidos que hacen historia.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Primavera en la Grecia clásica


Dice André Bonnard en Civilización griega (Sudamericana, Buenos Aires, 1970), que aun en el período de esplendor cultural en que florecieron sus más altas expresiones artísticas y culturales, Atenas, “la Hélade de la Hélade”, siguió manteniendo y cultivando supersticiones y costumbres groseras y crueles que ilustran la complejidad desconcertante del concepto de civilización. Y, entre otros, da este ejemplo:
“Año tras año, a fin de asegurar el retorno de la primavera —pues los primitivos temen siempre que olvide suceder al invierno—, Atenas celebraba con solemne pompa las bodas de Dionisos, el dios cabrío o toro, con la ‘reina’ de la ciudad, esposa del primer magistrado, o arconte rey. Se abría para la ocasión un templo de la campaña ática, clausurado durante el resto del año. Conducido por sus autoridades democráticamente elegidas, el pueblo acudía en procesión a buscar una vieja estatua de madera del dios, y la transportaba en medio de cánticos a la casa del ‘rey’, para que pasara la noche en el lecho de la ‘reina’. (Esta princesa debía ser ciudadana ateniense por nacimiento, y haberse desposado virgen con su esposo, el magistrado.) El matrimonio de la primera dama de Atenas y el dios —matrimonio consumado, no ya meramente simbólico, según indica la palabra griega que lo designaba— aseguraría la fertilidad de los campos, las viñas y los huertos, la fecundidad de los rebaños y de las familias.”
Me da vueltas en la cabeza esta “consumación”. Qué lo tiró, che.

sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Julio López es peronista? ¿Julio López está secuestrado?


Las dudas son válidas porque quienes participamos de la marcha y acto de ayer por la aparición de Julio no pudimos encontrar un solo indicio de que los peronistas sientan preocupación por este tema y lo asuman como propio.
¿Por qué el gobierno —peronista, también, como López, y “de los derechos humanos” (para más datos)— no se pone al frente de una gran movilización nacional que acorrale políticamente a los partidarios del genocidio y fuerce a los investigadores y a la fiscalía a actuar diligentemente para esclarecer el hecho? Al contrario de eso, adopta una actitud huidiza, y los peronistas mismos parecen hacer lo posible por olvidar esta cuestión escabrosa.
Los estribillos que coreaba la gente y los volantes de las organizaciones participantes lanzaban una pregunta recurrente: ¿Dónde está Julio López? Y yo la compartía, por supuesto, pero miraba a mi alrededor y me preguntaba también: ¿Dónde está el peronismo? ¿Dónde está la CGT? ¿Dónde está la CTA? ¿Dónde está D’Elia, tan raudo otras veces para llegar a la Plaza? ¿Dónde están los que hace tres días fueron enfardados en decenas de colectivos y combis para copar los aledaños del Congreso mientras la Cámara de Diputados trataba la Ley de Medios Audiovisuales?
El peronismo, con Julio López, no hace sino repetir sus virajes en relación con las víctimas de la represión: puede ser el victimario, como cuando los acusaba de “infiltrados” y “marxistas” y propugnaba “eliminarlos uno a uno” (Perón), o puede jactarse de que la mayoría de los muertos por la dictadura fueron peronistas, si eso da rédito, o puede barrerlos debajo de la alfombra.
Como a López.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El corazón es un cazador solitario

Carson McCullers, muy pocos años antes de publicar “El corazón es un cazador solitario”.

Acabo de leer —más vale tarde...— “El corazón es un cazador solitario”, una novela publicada por la autora en 1940, cuando tenía veintitrés años. Y si sorprende en ella la potencia literaria, lo que verdaderamente asombra es la madurez política. Vaya como ejemplo la siguiente escena:
El doctor Copeland, un médico negro —una rareza en el sur de Estados Unidos, en los años previos a la Segunda Guerra—, reúne en su casa de Georgia a sus pacientes el día de Navidad. Su propósito es aprovechar el festejo para insistirles en lo que siempre les predica en sus visitas. Escribe McCullers:
“¿Y qué iba a decir? El miedo oprimió su garganta. La habitación estaba a la espera. A una señal de John Roberts todos los ruidos se acallaron.
“—Pueblo mío —comenzó a decir el doctor Copeland con la mente en blanco. Se produjo una pausa. De súbito las palabras acudieron a su boca—. Este es el decimonoveno año que nos reunimos en esta habitación para celebrar el día de Navidad. Cuando nuestra raza oyó hablar por primera vez del nombre de Jesucristo, fue en tiempos oscuros. Mis hermanos eran vendidos como esclavos en esta ciudad, en la plaza de la corte de justicia. Desde entonces hemos oído y relatado la historia de Su vida más veces de lo que podemos imaginamos. Por lo tanto, hoy contaremos una historia diferente.”
Les habla, entonces, de su situación, en la cual la mayoría están confinados a tareas secundarias o bestiales. Les explica de dónde proviene la riqueza que vuelve a los privilegiados desdeñosos y prepotentes. Con palabras simples les expone la teoría marxista del valor. Y, enseguida, desnuda la situación de los asalariados y en particular de los negros en el sistema imperante.
“Pero no estamos solos en esta esclavitud —dice—. Hay millones más en el mundo entero, de todos los colores, razas y credos. Debemos recordar esto. Hay muchos de nuestra raza que odian a los pobres de raza blanca [...]. Ese odio es un gran mal y de él no puede surgir nada bueno. Debemos recordar las palabras de Karl Marx y ver la verdad a la luz de sus enseñanzas. La injusticia y el desamparo deben unimos, no separamos. Recordemos que nosotros damos valor a las cosas de esta tierra con nuestro trabajo. Debemos conservar en nuestros corazones estas verdades básicas de Karl Marx y no olvidarlas nunca”.
Al calor de sus propias palabras, el amor por los suyos y la convicción del doctor Copeland crecen, y terminan estallando en esta arenga:
“¡Miembros de la raza negra! En nosotros están todas las riquezas de la mente y el alma humana. Ofrecemos el más preciado de todos los dones. Pero nuestra contribución es rechazada con desprecio y malevolencia. Nuestra ofrenda es arrojada al lodo y desperdiciada. Se nos obliga a ejecutar trabajos más inútiles que los de las bestias. ¡Negros! ¡Debemos levantarnos y unirnos! ¡Debemos ser libres!”
Pero en la habitación surge un creciente murmullo. La histeria cunde, retumban los gemidos y los gritos:
“—¡Sálvanos!
“—¡Dios Todopoderoso! ¡Sácanos de este valle de la muerte!
“—¡Aleluya! ¡Sálvanos, Señor!”

Así es la realidad: indócil. Ya lo sabía esta chiquilla de veinte años, de un pueblo perdido en el sur de Estados Unidos.
A ella —y a nosotros— “le tocaron, como a todos los hombres, tiempos difíciles”: Borges.

El peronismo le ha igualado la marca al estalinismo

.
Van ya sesenta y seis años desde que el peronismo comenzó a implementar el más invariable de sus objetivos políticos: castrar a la clase trabajadora. Sesenta y seis años en que, gracias a ello, los explotadores han podido concretar las políticas que les favorecieran y todos los cambios de hegemonías y de modelos de acumulación que se les han antojado. Cuando les ha convenido, tirando migajas; cuando no, tirando gente al mar. El peronismo le ha igualado la marca al estalinismo (1923-1989), pero es imperioso que no la supere: por los que se mueren de hambre y desatención en un país rico como el nuestro, y por los que sobreviven en un simulacro de vida —en una no-vida—, durando a gatas sin perspectivas y sin alegría.
Claro que esta permanencia no es un logro sólo de los peronistas. Si la ideología y los íconos peronistas sobreviven es también porque son permanentemente avalados por los que dicen no serlo (de todas las extracciones: radicales, pecés, ‘progresistas’ y chupamedias varios), pero quién sabe sobre la base de qué cálculos, ruindades o desmemorias fundamentan sus críticas a las formas concretas que asume el peronismo en sus pasos por el gobierno diciendo “estos no son peronistas”, o “si Perón viviera a estos los saca a patadas”. Y esto último es cierto, pero no en el sentido que lo dicen: los sacaría a patadas para poner de ministro del Interior a López Rega, de jefe de policía a Villar y de ministro de Educación a Ivanissevich, entre otros crápulas de su confianza. Probablemente, de los que están hoy los únicos que merecerían su plena aprobación serían Aníbal Fernández y De Vido. Y apreciaría también a Cristóbal López y Lázaro Báez, sin dejar de añorar a sus manos derechas en los “negocios”, Jorge Antonio y Miranda.
Es desolador: ¡sesenta y seis años pulverizando los anhelos y la dignidad de los más indefensos!
De sobra para saber qué es lo que les gusta a los que quieren que esto continúe.

viernes, 14 de agosto de 2009

Un cuento de Feinmann “el bueno”

-
El filósofo oficial junto al gremialista oficial.

La [pen]última babosada de Feinmann

Ni siquiera, tampoco, la penúltima: seguro que desde ésta ha agregado muchas más. Se trata del cuento —en todos los sentidos de la palabra— La última invasión de Buenos Aires, publicado en “Página 12” y reproducido en los infinitos sitios de internet, revistas, boletines y pasquines peronistas que, con generosidad inconsulta, costeamos con nuestro bolsillo. La historia es ésta: en un futuro próximo (mayo de 2014) “los negros” del conurbano, hartos de miseria y atropellos, invaden la ciudad de Buenos Aires, no con intenciones revolucionarias —eso acarrearía a nuestro filósofo el compromiso de señalar qué cambios pretenden, y que ideología los inspira y organiza— sino con el sano propósito de matar a los hombres, comerse a los niños y violar a las damas, las cuales predisfrutan esas atenciones con “sonrisa sensual, profana, prostibularia y gozosa”. En este punto, el lector se preguntará por “las negras” del conurbano y qué pito tocan en la historia de Feinmann. Pues bien, no han sido olvidadas, claro que en un sentido peronista, o sea el que marcó la compañera Evita: acompañan, sin manifestar objetivos propios. Salvo, por supuesto, en el más obvio de los estereotipos machistas:

Otros varones son destripados por turbas de mujeres rabiosas, que no sólo cortan sus penes sino que los injurian al reírse de sus dimensiones, al exclamar: “El de mi negro le saca medio metro a esta porquería”.

En el cuento, algunos ejemplares de la intelligentsia porteña y comunicadores mediáticos, a quienes Feinmann es desafecto, aparecen con el nombre levemente cambiado (“Sebrela”, por Sebreli, y así) repudiando la invasión y llamando a combatirla: sobre ellos cae la justicia poética. En contraste, otros personajes adoptan una posición favorable al sanguinario motín, y éstos reciben las honras ficcionales del autor: Verbitsky y Wainfeld (amigos y “del palo”); Osvaldo Bayer —que no se queje ahora, se lo ha buscado largamente—; el jefe del Ejército (y el Ejército, en sí); Norberto Galasso, y el propio Feinmann. Veamos lo referente al “Ejército” [sic, “Ejército”, no “Fuerzas Armadas”: para nada casual]:

El ministro de Defensa se comunica con el jefe del Ejército, general Bustos. "General, aquí el ministro de Defensa." "Lo escucho, señor ministro." "Avanza una turba subversiva sobre nuestra ciudad. Prepare a sus hombres y salga a reprimirla. Tiren a matar. Sin contemplaciones, general. No quiero prisioneros, entiende." El general Bustos responde: "Disculpe, señor ministro, pero el Ejército Argentino ya hizo eso una vez. No lo va a hacer de nuevo. Sé que ustedes, durante los últimos tres años, han reconocido esa guerra sucia. Pero nosotros no. Creemos que en ella se enlodó el honor del Ejército. Entiéndame bien: un ejército no está para fusilar hambrientos. Está para la defensa nacional del territorio. Para luchar contra otro ejército que intente atacarnos. Esos hambrientos no los creamos nosotros. Son obra de ustedes y ustedes se enriquecieron con el hambre de esos miserables. Hágase cargo, señor ministro. Mientras yo sea comandante en jefe del Ejército no voy a ensuciar a mis soldados para defender los intereses de los poderosos. Buenas tardes". Cuelga el teléfono y el ministro de Defensa monta en cólera: "¡Todo esto se debe a la prédica subversiva de esa monstruosa marxista y, para colmo, mujer! ¡Esa montonera de Nilda Guerré! ¡Nos quedamos sin Ejército! ¡Los avivó a esos pelotudos! ¡Siempre nos hicieron la tarea sucia! ¡Esa puta, comunista, montonera polleruda los volvió inservibles! ¡Democráticos! ¿A qué enfermo se le ocurrió poner a una mina al frente del Ejército, por Satanás!".

Creo que todo el párrafo —y todo el cuento— es para ponerlo en un cuadrito presidido por el retrato del filósofo oficial, pero a causa de esa jodida afición por la redundancia que padezco rescato dos frases: “el Ejército Argentino ya hizo eso [“fusilar hambrientos”] una vez” (¿una vez?), y “¡Nos quedamos sin Ejército! ¡Los avivó a esos pelotudos!” [refiriéndose a Nilda Garré, “Guerré”, en el cuento], o sea que el rol que el Ejército ha cumplido y cumple en el país —y en todo el mundo (¿o no?)—, fue porque los milicos no estaban “avivados”.
Un compendio de ideología peronista.

jueves, 13 de agosto de 2009

Ya no corre más el "¡sálvese quien pueda!"


Son las 21.10 de un día laborable. En la estación Once de la línea H de subterráneos unas pocas personas esperan el tren que viene desde Caseros, la otra cabecera, y luego parte en sentido contrario desde el mismo andén. Llega el tren, también con pocos pasajeros: los que se aprestan a bajar son unos seis o siete por puerta, el doble, más o menos, de los que esperan subir. En este punto conviene aclarar que la formación no puede partir de inmediato, como en una estación intermedia, sino que, mínimamente, el conductor debe desactivar y cerrar el puesto de conducción que ha utilizado para venir, recorrer la distancia de cuatro vagones —el largo del convoy—, y abrir y activar el puesto de la otra punta para estar en condiciones de ponerla en marcha.
Sin embargo, los que van a viajar —más que con impaciencia, con odio hacia esos bultos que les impiden abordar el vagón de inmediato— se colocan frente a las puertas de los vagones, dejando apenas un resquicio por donde los que bajan tienen que pasar de a uno y de perfil. Una mujer —unos treinta años— considera que ya ha tenido demasiada paciencia y que no va a soportar la afrenta de esperar otros ocho segundos a que terminen de bajar todos y, atropellando, se mete en el vagón: en ese vagón donde hay cuatro o cinco asientos libres para cada uno de los que van a subir.
Digo, hasta se pueden comprender los forcejeos en las puertas de los trenes entre los que bajan y los que suben cuando el viaje dura cincuenta minutos, no hay asientos para todos e incluso el vagón va tan lleno que si uno no se apura a subir capaz que se queda sin abordar. Pero la escena que relato —y que cualquiera puede observar en circunstancias similares— revela hasta qué punto en nuestra sociedad el “¡sálvese quien pueda!” ha ido deslizándose a un “¡cáguese en quien pueda!”, lo cual redunda en que nos hacemos penosa la vida unos a otros sin la justificación, siquiera, de que sacamos ventaja de ello. Y eso se encuadra dentro de la definición de Carlo Cipolla de la persona estúpida, que es la que “causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”. A lo cual se debe agregar que, como diría el finado Kant, las acciones que dentro de una sociedad no puedan instituirse como leyes generales, aunque deparen un beneficio inmediato pronto se vuelven en contra de sus autores: el que a hierro mata...
La civilización es un logro que, aun con sus muchas imperfecciones, es en sí un monumento a la inteligencia del homo sapiens: ha posibilitado una vida más grata y segura para un amplio grupo de miembros de nuestra especie y, consiguientemente, el despliegue de las capacidades humanas. Los argentinos estamos involucionando: hacernos la vida más difícil unos a otros es de poco inteligentes.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Sol de invierno en el orto* (o casi)

-
Foto: Juan del Sur
-
* Orto: Aparición del Sol o de otro astro por el horizonte.

lunes, 10 de agosto de 2009

¿Qué clase de idiota es Maradona?


"El técnico de la Selección Nacional se refirió al conflicto que tiene parado el inicio de los torneos en todas las categorías: 'Me preocupa que el fútbol no comience, que no se pongan de acuerdo, que Julio no consiga sus objetivos, porque yo a los jugadores los quiero ver en la cancha y este país sin fútbol es dramático', dijo Maradona en el programa ‘El Show del Superclásico por Radio Mitre’ " ("Clarín", miércoles 5 de agosto de 2009).
Maradona es el hijo idiota a quien la mayoría de mis connacionales profesan una admiración integral. Si bien es un discapacitado moral e intelectual, está muy lejos de ser un discapacitado motor. Todo lo contrario; es —o fue— un prodigio de coordinación psicomotriz: le debe pasar lo mismo que a las ballenas, que tienen un cerebro muy grande, pero sus neuronas tienen que controlar una extensión corporal tan enorme que no queda un número de ellas suficiente para que prosperen las funciones superiores. El caso del Diego es similar, aunque la indisponibilidad neuronal no es por causa del volumen muscular, sino por la exigencia de calidad: el 95% de su cerebro debe de estar consagrado a su prodigiosa zurda, ¿qué queda para el resto?
Vuelvo al párrafo citado arriba: “Este país sin fútbol es dramático”. ¿Por qué lo dice? ¿Acaso porque piensa que si hay fútbol, en la Argentina no hay problemas y reina el bienestar? No creo que haga falta que me ponga a aclarar que no es eso lo que cree el Diez, junto con toda la rosca del privilegio de la cual es sirviente. Más bien, utiliza la "pasión popular" en la misma dirección que Enrique Santos Discépolo, Ardizzone, Jauretche, Apo y toda la cáfila de alcahuetes y sobones de su mismo partido.
Es característica de los débiles mentales, dice Wolff, la fijación sobre imágenes concretas y la incapacidad para la abstracción, y también el uso de repeticiones que se aplican a menudo en forma inadecuada, la carencia de juicio y la torpeza en la expresión. Hasta ahí, parece el vivo retrato de Maradona. Pero en un punto la idiocia ofrece una interesante dualidad, ya que quienes padecen esa deficiencia tanto pueden caracterizarse por una credulidad sin fisuras como por una desconfianza mórbida. Éste es el caso del Diez, pero con el agregado de una capacidad inagotable de chupar las medias adecuadas en cada circunstancia: “Julio”, dice cariñosamente en la nota de Radio Mitre, con toda la ternura que amerita el contrato de u$s 1.800.000 por año que firmó con la AFA. También dijo "que no me pongan en ningún acto político; a mí no me compran", poco antes de ser la estrella del acto que marcó el cierre de campaña del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, en Ezeiza. La oferta debe de haber sido irresistible.
Aunque ha querido arrastrarse ante todos los poderosos (Menem, De la Rúa, “Clarín”, Julio Grondona —en diversas etapas—, Fidel Castro, Kirchner y muchos más), lo cierto es que después de sus reiterados revolcones el Diego siempre queda parado.
Lo cual para un oligofrénico no es poco.

lunes, 27 de julio de 2009

“Vienen a...”, la saga


"Vienen a arrojar sus redes en la UAC" tuvo repercusiones de distinto talante en mi correo electrónico, pero hubo una que me turbó y —textual— es la siguiente:

.....de: leandro <invisible_leandro@yahoo.com.ar>
.....fecha: 24 de julio de 2009 22:34
..
.....andate a la concha de tu hermana infeliz

La existencia de esta "hermana infeliz", pobrecita, se me ha clavado en el corazón, mucho más cuando yo ni siquiera estaba enterado de que tengo hermanas: ¿quién es, dónde está, qué la aqueja? Lo insustancial de mi vida ha quedado al descubierto gracias a esta súbita revelación: ¡yo, perorando sobre cuestiones sociales o ambientales, mientras mi sangre ignota arrastraba sus penurias!
Nótese que la perentoria orden de leandro ("leandro", y no "Leandro": ¡cuánta humildad!), se refiere estrictamente a mi "hermana infeliz", de donde se deduce que a) está inspirada en el deseo de que yo contribuya a que mi hermana la desventurada alcance o recupere la felicidad, y b) que la otra o las otras parecen no haber echado de menos el auxilio fraternal para alcanzar su dicha. Pero el mandato da por sentada en mi hermana infeliz y en mí la disposición a quebrantar un tabú ancestral o, al menos, dejar a un lado el recato. Y es ahí donde le encuentro una debilidad: ¿con qué base da por segura mi automática aprobación a un remedio de tonalidades incestuosas —aunque esté implícito que proporcionado con intención y sobriedad terapéuticas—, si hasta hace pocas horas yo ignoraba incluso que tenía hermanas? Primero, siento que necesito asimilar este repentino incremento de mi más próximo círculo familiar, y luego, tras serena reflexión, decidir cómo manejo la nueva realidad y las demandas que trae apareadas.
No obstante, admito que cuando se trata de resolver cuestiones vitales, hasta una depravación puede tener tanto valor como la virtud.
A grandes males...

¡Todo un tema!


"Héctor Méndez, titular de la UIA, dijo que el tema del cuestionado secretario de Comercio 'es un tema urticante por un tema de personalidad'."
(Fuente: Infobae - Política - 26/07/2009 -
http://www.infobae.com/contenidos/462510-100897-0- La UIA embistió contra Moreno)

Temo que este tema se torne un poco reiterativo.

miércoles, 22 de julio de 2009

Viajar sobre el mapa


Parece bobo, pero me paso las horas escudriñando los mapas, tratando de representarme los lugares, a veces por su enclave en determinado entorno geográfico (cuando el relieve y la hidrografía de la cartografía dan alguna pista) o, más comúnmente, simplemente por su nombre. A veces logro ir con el cuerpo al sitio anhelado: así, durante mucho tiempo deseé conocer Londres (Catamarca), hasta que un día puede hacerlo, ¡y valió la pena!
Los nombres de los pueblos o de los parajes me hacen volar la capocha. Con un mapa de España, por ejemplo —sabida es la sugestión incomparable de su toponimia—, tengo aseguradas horas de viajes fantásticos.
En tierras de mi papá —Soria— suelo pasear por Villaciervitos, Cubo de Hogueras, Cantalucía, Puerto del Temeroso, Nomparedes, Velilla de los Ajos, Ventanueva (¿se acuerdan de las ventas por las que pasaban el Quijote y Sancho?), Molinos de Razón, Renieblas.
Pero en la Argentina los nombres también pueden ejercer una gran fascinación, sobre todo en algunas regiones. En la provincia de Buenos Aires, sin ir más lejos, trazando un rectángulo que abarca un poco más al oeste de Catriló, en el ángulo superior izquierdo, y Adolfo Gonzales Chaves y Benito Juárez en el opuesto (ángulo inferior derecho), se topa uno con acicates para la fantasía que lo dejan con la imaginación volando a mil.
Al norte de Coronel Suárez el ojo se extasía en Otoño, La Nevada y La Primavera; cerca de Laprida uno se encuentra con Voluntad y Paragüil, y Líbano —de no creer— está a un paso de General La Madrid, igual que Las Martinetas y Arboledas.
Darregueira tiene un zoológico alrededor: Tres Cuervos, Víboras y Avestruz. Guaminí está a pocos kilómetros de Saturno, y también de Rolito. Macachín —que ya tiene lo suyo— cuenta con Cereales y Alpachiri. A pocos kilómetros de Azul se encuentran Nieves (hoy había nieves en la mismísima Azul) e Hinojo. Y, para no hacerla larga, quien vaya para el lado de Benito Juárez puede aprovechar y llegarse al Paraje Chapar, que queda a la vera del arroyo Pescado Castigado.
Me desplazo un poco más allá de ese rectángulo: me saltan a la vista La Cotorra, La Carreta, El Recado, Moctezuma, Pueblitos...
Se me hace agua la boca.

Vienen a arrojar sus redes en la UAC

...
Dentro de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) hay quienes, por arrastrar añosos reflejos políticos, buscan un padre, un guía, un salvador. Y eso ya no es bueno. Pero resulta mucho peor cuando se combina con carcamanes demagogos que vienen a la pesca procurando armarse de apuro una estructura de apoyo nacional con fines electorales, con el plus de que los que pretenden capturar son cuadros fogueados en asambleas, debates y movilizaciones.
¿Quiénes son estos oportunistas?: los mismos rufianes que nos han conducido invariablemente a fracasos y derrotas y tienen la caradurez de proponerse como abanderados de nuestras luchas.
Se han pasado la vida vendiendo falsas expectativas y atajos milagrosos para evitar que el pueblo se organice horizontalmente y ahora, una vez más, pretenden hacer su cosecha en nuestras filas, armar su tinglado y, de paso, debilitarnos para que —cuando hagan lo que han hecho siempre— nuestro reclamo sea impotente.
Yo planteo que no debemos entregarles ni una pizca de nuestro trabajo ni de nuestra confianza para que los utilicen en su provecho y el de sus socios y patrones. Que debemos dejar de buscar redentores, hombres providenciales, personajones mediáticos; que, en cambio, tenemos que atraer a nuestros hermanos, y afrontar junto a ellos a los poderes que nos contaminan, nos saquean y nos oprimen.
Como dijo José Gervasio Artigas: "¡Nada podemos esperar sino de nosotros mismos!".

viernes, 17 de julio de 2009

Un artefacto asombroso

.
El indestructible
Isaac Asimov

[...] Cabría imaginar un casete que estuviese siempre perfectamente ajustado; que empezara a funcionar en cuanto uno lo mirara; que se parara en cuanto uno dejara de mirarlo; que pudiera avanzar o retroceder deprisa o despacio, a saltos o con repeticiones, a placer del usuario. Qué duda cabe que ese es el aparato de nuestros sueños: un casete que puede contener información sobre infinitos temas; que es autónomo, manejable, parsimonioso en el consumo de energía, perfectamente privado y sometido en gran medida al control de la voluntad. ¿Será sólo un sueño? ¿Tendremos algún día un casete así? La respuesta es un sí rotundo. No es que lo vayamos a tener algún día, es que lo tenemos ya; para ser más exactos: existe desde hace siglos. El ideal que he descrito es la palabra impresa: el libro, la revista, un objeto ligero, privado y manipulable a voluntad.

¿Piensa usted que el libro, a diferencia del casete, no produce sonido e imágenes? Pues se equivoca.

Es imposible leer sin oír las palabras en la mente y sin ver las imágenes que producen. Y con la ventaja de que son sonidos e imágenes propios, no inventados por otros. Las imágenes y el sonido que ofrecen todos los demás medios de entretenimiento son «congelados», y tienen un nivel de detalle que mejora con el avance de la tecnología. El resultado es que los medios exigen cada vez menos del usuario. Incluso se insertan cuñas musicales y risas pregrabadas para promover determinadas emociones en el cliente sin esfuerzo de su parte. La persona a quien le cuesta leer (y a la mayoría le cuesta) recurrirá a estos productos «congelados», y seguirá siendo un espectador pasivo.

La palabra impresa, por el contrario, presenta un mínimo de información. Todo lo demás tiene que ponerlo el lector: la entonación de las palabras, la expresión de los rostros, la acción y el escenario han de ser extraídos de estas sartas de símbolos en blanco y negro. El libro es una empresa compartida entre el escritor y el lector, como ninguna otra forma de comunicación puede serlo.

Si usted pertenece a esa pequeña y afortunada minoría para quienes la lectura es fácil y agradable, el libro, en cualquiera de sus manifestaciones, le será irreemplazable e indestructible, porque exige participación. Por agradable que sea el papel de espectador, participar siempre es mejor.

(Tomado de un antiguo número de la revista “Muy interesante”.)

jueves, 16 de julio de 2009

Gioja, parejito


José Luis Gioja, gobernador de San Juan, se defiende ante los periodistas: “Dicen que soy socio de la Barrick: ¡ojalá fuera socio de la Barrick, no estaría sentado aquí!”, se indigna.
Mis comentarios: primero, que es exactamente al revés: si NO fuera socio de la Barrick NO estaría sentado ahí. Segundo: se supone que un político tiene la vocación de servir a su comunidad, que eso es lo que le importa. Pero resulta que no: de su propia —involuntaria— confesión surge que está ahí a falta de un negocio mejor, por ejemplo, el de ser socio de la Barrick... ¡como si ser gobernador de una provincia fuera menos que llenarse los bolsillos con el saqueo y la destrucción irreversible de su tierra! (¿Principios? ¿Y qué es lo que es eso, ah?)
A propósito, no debería escapar a la reflexión de quienes nos interesamos por la defensa del ambiente que en las elecciones del 28/6 la lista de Gioja se llevó el 56% de los votos de los sanjuaninos, triplicando a la que salió segunda.
Hasta ahora se ha contado a Gioja entre los incondicionales de la pareja gobernante, al igual que otros pájaros como Urtubey, Alperovich y Capitanich. Pero no hay que engañarse: todos ellos son incondicionales únicamente del poder y de los negocios, y bastará un leve cambio de viento para que éste los deposite, llegado el 2011, en los pagos de Reutemann, de Solanas o de Das Neves. ¿O usted no ha visto ya suficientes veces este peculiar fenómeno meteorológico?

martes, 7 de julio de 2009

Canción “de que”


“De que”, me dice el presidente;
“de que”, me dice el cantor, el gerente, el locutor...

“De que me va a decir algo, de que...”
Me dice que me dice “de que me va a decir,
de que me va a decir...”
¡Qué será, qué será!
“De que me va a aconsejar”; dice que me va a hablar
“de que me va a avisar...”
¡Qué demonios será que dirá, que dirá!:
dice “de que lo pensará”.
Me dice “de que le da rabia, de que”;
me dice que yo “piense de qué sucederá...”
¡Qué es lo que pasará, qué será, qué será!

Me dice que hablará —qué vergüenza le da—;
me dice “de que ya no puede soportar
de tener que explicar” lo que me dice que dirá.
Me dice “de que ya no sabe por qué la gente
no comprende de que ya sucedió”.
¡Qué cosa con la vida, que el pueblo la ve
y el que llegó hasta arriba me dice “de que”!:
de qué tartamudez, de qué cosa, tal vez,
que no puede creer, es que me dice que “de que”.

“De que me va a decir algo, de que...”
Me dice que me dice “de que me va a decir,
de que me va a decir...”
¡Qué será, qué será!
“De que me va a aconsejar”; dice que me va a hablar
“de que me va a avisar...”
¡Qué demonios será que dirá, que dirá!
Alfredo Zitarrosa.

sábado, 4 de julio de 2009

Perros y ciudadanos


Hasta hace algún tiempo, un año o un poco más, se podía encontrar un porcentaje mínimo —menor al 5%— de personas que recogían el excremento de sus perros. Ese porcentaje ha descendido muchísimo; hoy los que lo hacen son casi inhallables, y habría que colocarlos entre quienes poseen un temple y una moral a toda prueba, ya que perseveran en esa actitud de respeto al prójimo mientras la inmensa mayoría de los propietarios de canes se caga —literalmente— en los demás sin sufrir ninguna penalidad legal y ni siquiera padecer una condena social.
La ciudad de Buenos Aires, donde el desprecio a cara descubierta de los ciudadanos entre sí se pone en evidencia en eso y en todos los órdenes de la vida social, es la misma (no podría ser de otro modo) que vota en abrumadora mayoría —90%— con la orientación con que lo hizo el 28. Los que tienen y los que no tienen perros encontraron un modo común de cagarse en sus semejantes: defecando su sufragio reaccionario dentro de las urnas de votación.

lunes, 29 de junio de 2009

Bastante asquerosito


Fernando Bravo, Alejandra Peñalva y Omar Lavieri contaron hoy en su programa cómo festejaban ayer cuando Estados Unidos le ganaba a Brasil en la Copa Confederaciones, y su frustración cuando nuestros vecinos dieron vuelta el resultado. Lavieri, que fue autoridad de mesa, añadió que él escuchaba el partido y hacía de amplificador hacia las otras mesas, que aplaudían los goles yanquis. ¿Por qué sería?: ¿por rendida admiración a la tradicional escuela de buen fútbol estadounidense? ¿Por simpatía con un país campeón en invasiones, marines y bombardeos? ¿O sería acaso complejo de inferioridad, indisimulable rencor o pura y cochina envidia?
A usted, ¿qué le parece?

Entre lo horrible, lo curioso


Siete boletas llevaron una misma lista de candidatos a legisladores de la Ciudad de Buenos Aires —encabezada por Alfredo Reto, en letras bien grandes—, o sea que eligieron su figura para arrastrar el voto de los vecinos.
Que me perdone Reto mi ignorancia, pero no lo saco: ¿nos conocemos de algún lado?
Claro que a partir de ayer algo sé de Reto, porque una de las siete es la del Modín: está bien que la casi totalidad de las boletas —en especial las que sacaron muchos votos— son horribles, pero la del Modín es más horrible, si cabe.
Lo curioso, aparte de que siete partidos lleven la misma lista de candidatos a legisladores dispersa en siete boletas, es que dos de ellas, la 289 y la 296, tienen también idénticos candidatos a diputados nacionales: ¡todo igual!; la única diferencia es el nombre del partido. Que alguien me explique esto antes de que me reviente la croqueta.

miércoles, 24 de junio de 2009

"Miyel Bayelé en Wáyinton"


Sobre esta noticia, así pronunciada, se basó el comentario de Jorge Elías esta mañana en Radio Continental. Su colega en el mismo programa Daniel López nos ha recordado varias veces que "Miyel Bayelé fue detenida y torturada tras la caída de Ashende".
Además:

—En una propaganda grabada invitan a un "you" en San Juan y Boedo.
—El pronosticador de la radio dice: "Pilcomasho: ashí va a seguir la shuvia, aunque sha disminushó".
—Nos cuentan que "Yakira estuvo con la presidente".
Etcétera.

Estos trastrocamientos y barbarismos fonéticos se llaman "metaplasmos", y consisten en agregar, quitar o alterar las letras en una palabra. De ellos habría que excusar a quienes tienen un defecto foniátrico por el cual no pueden pronunciar algún sonido, como, por ejemplo, el "sh". Desde ya, emplear como locutor a alguien con este problema sería tan incomprensible como contratar a un pintor ciego o, cuanto menos, daltónico. Pero no se trata de eso en quienes están ante los micrófonos de Continental: hace unos años era sólo Daniel López y alguno más, pero ahora la peste ha corrido en esa radio y cuesta encontrar a alguno —si lo hay— que no trueque los sonidos de la "ye" y la "sh". Y se trata de pura idiocia, ya que pueden pronunciar perfectamente el sonido "sh", como lo demuestran cuando dicen "cashe" (por "calle"), o "sho" (por "yo"). Es debilidad mental, necedad, y un necio no debiera estar en un lugar formador de opinión pública... salvo que se quiera entontecernos.
A las señoras y señores que han tenido que abandonar sus estudios tempranamente, y han completado su cultura oyendo la radio y viendo televisión (o sea, se han embrutecido e idiotizado en grado terminal), los programas de Magdalena y Víctor Hugo les parecen admirables y proclaman la alta calificación intelectual de los conductores y sus equipos: doy fe, porque se los oigo decir vuelta a vuelta. En realidad, pobrecitos, no hacen sino repetir aquello de lo que la misma radio alardea, en todos sus programas: lo capos y brillantes que son y su prolijo cuidado y respeto por el idioma (dime de qué te jactas y te diré de qué careces).
Si la Radio Continental fuera un referente cultural, sería hora de cazar un bufoso y chau. Porque la propia página de inicio del sitio web de la radio (http://www.continental.com.ar/) demuestra que no saben siquiera cómo se llama su personal. Así, anuncian "La Mañana, con Victor Hugo Morales", o a "Nestor Clivati", o a "Angels" Barceló la llaman así, o "Ángels", a tres centímetros de distancia.
No se crea que todo se reduce a tildes (acentos) o vicios de dicción. Eso es apenas uno de los síntomas. Los que hacen la radio, además de haber virado bien a la derecha en estos últimos tiempos —y más, si cabe, con la incorporación de Fernando Bravo y Paulino Rodríguez— tienen un revoltijo mental que es funcional a ese viraje. Por ejemplo, Víctor Hugo dice "insólito: se ha cortado la comunicación, esto suele pasar"; Daniel López, que Fulano está "internado con riesgo de vida", y también que "en la caricatura de Sábat, Massa se está tirando a una pileta absolutamente vacía que tiene apenas un charquito de agua"; Jorge Forbes, desde París, que "el embajador se hizo presente en la presentación, que contó con la presencia de muchas empresas, que presentaron..." (y así, durante un minuto y medio o dos, en los cuales dijo "presente", "presencia", "presentar", "representante", y otras variantes de la misma raíz decenas de veces), y la experta leguleya Cintia (o como se escriba) García, ventosea "plesbicito" y "ad joc".
No sé, capaz que estoy exagerando. Mejor, ya que es la hora, me pongo a escuchar el noticiario de la radio. A ver:

"Un ciclista fue atropellado por un vehículo; éste resultó gravemente herido."

Ah.

sábado, 20 de junio de 2009

Democracia muy curiosa


Dice Vicente Romano que si es cierta la afirmación de los fabricantes de opinión y de los medios públicos de información, de que vivimos en una democracia, resulta entonces que los trabajadores —asalariados y autónomos— y los pequeños empresarios han decidido renunciar conscientemente a casas cómodas, instalaciones recreativas, buenos transportes, hospitales y escuelas, y ceder, en cambio, unos cuantos billones a los monopolios y los grandes empresarios para que los destinen a bienes suntuosos, ostentación y consumos que derrochan bienes no renovables y deterioran el ambiente.
(Bueno, ¡también, si le va a andar buscando el pelo al huevo...!)

Tévez no aceptó


Carlos Tévez rechazó la propuesta del Manchester United de firmar un contrato por cinco años y treinta millones de euros.
El suspiro de alivio de los dirigentes hizo volar techos y derribó árboles en un radio que abarcó Inglaterra hasta más allá de Birmingham, y parte de Escocia y Gales.

martes, 16 de junio de 2009

La matraca


Cuenta la leyenda que un cazador que andaba por la selva africana vio en las ramas de un árbol a un gigantesco simio que descansaba, mordisqueando indolente el tallo de una margarita.
Sin pensarlo dos veces, ya que se trataba del ejemplar más grande del que hubiera tenido noticias —una pieza récord—, alzó el arma y disparó. El gorila cayó, rompiendo ramas y haciendo estremecer el follaje cuando golpeó en el suelo. El cazador se acercó con precaución: el animal, imponente, yacía exánime. Pero cuando lo tocó, apenas, con la punta de la bota, se revolvió, lo inmovilizó con sus poderosos brazos y lo sometió sexualmente repetidas veces. Después de varias horas lo dejó libre, previo doblarle el rifle en cuatro.
Mientras convalecía en el campamento, el cazador no dejó de pensar en la derrota y en la afrenta. Por eso, en cuanto se repuso, tomó un arma de un calibre mayor y salió a buscar revancha. No tardó en encontrar al gorila, en proximidades del lugar de la primera vez, y lo derribó con un certero disparo. Pero esta vez no se confió tanto: estuvo acechando el cuerpo caído larguísimo rato, hasta convencerse de que no presentaba ningún signo vital. Sólo entonces comenzó a acercarse, hasta poder ver la horrible herida que le había causado la potente arma. Sintió orgullo y pena, a la vez. Estaba vengado. Estiró el brazo para sacarle la flor de entre los dientes, pero entonces el gorila lo abrazó y lo sodomizó reiteradamente, con el agregado de un ultraje con el rifle totalmente innecesario.
Volvió el cazador a su tienda como pudo, rumiando venganza. Si tenía otra oportunidad no se confiaría en absoluto. En cuanto estuvo recuperado se proveyó del arma más potente que pudo conseguir, con cartuchos para elefante, y fue por la revancha. Efectivamente, encontró al simio y le disparó al corazón. Un tumulto de animales huyó por la selva al oír el brutal estampido. El gorila cayó entre los matorrales. El cazador, sin acercarse, disparó otras veces al bulto hasta agotar las balas. Luego fue aproximándose en círculos cada vez más estrechos, hasta que pudo verlo: era un guiñapo sanguinolento. Tomó una rama larga y lo empujó y azuzó: lo mismo que si hubiera tocado un trapo. Lo movió con el cañón del fusil: inerte. Se inclinó para ver las terribles heridas: entonces el gorila lo aferró, le desgarró las ropas y antes de comenzar a violarlo exclamó, casi asombrado:
—¡Cómo te gusta la matraca...!

----------
Al cazador “le pasó” tres veces. A los que votan al peronismo (en todas sus presentaciones: jarabe, comprimidos, gotas y, la más usual, supositorios) muchas más: ¡cómo les gusta la matraca! ¡Y, pensando en el futuro, ya están preparando nuevos reciclamientos!
¡De no creer!

sábado, 13 de junio de 2009

Basura: varios temas en una sola imagen

Pobreza y desigualdad social
Trabajo infantil e informal
Consumismo desenfrenado
Disposición de los residuos inadecuada e insalubre
Invasión de envoltorios no biodegradables

miércoles, 10 de junio de 2009

¿Presidente o presidenta?

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

Test oportuno

Hay un cúmulo de expresiones populares que portan en sí mismas modelos culturales o “saberes” compartidos, los cuales llenan vacíos ideológicos en sectores sociales más o menos amplios. Cuando son absurdas, o prejuiciosas, o contienen errores flagrantes, su repetición hace un trabajo de zapa sobre la conciencia y la inteligencia de sus propaladores y de los destinatarios que no las repudian. A continuación transcribo algunas frases de esas variedades nocivas (con signos de admiración, porque la tontería siempre es enfática) y una evaluación de las consecuencias derivadas de su utilización:

¡Perdido como turco en la neblina!
¡La prostitución es el oficio más antiguo del mundo!
¡Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio!
¡Lo dice la editorial de “La Nación”! (o “Clarín”, o “Pagina/12”, etc.)
¡Hay que votar al que tiene guita: ése no va a robar porque ya está hecho! (o su espejo: ¡Pobre, pero honrado!).
¡Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino!
¡Hablá más fuerte que no te escucho! (o ¡no se escucha bien!, etc.).
¡Yo ahí voy sólo los días de semana!
¡Nos la pasamos encerrados en el hotel porque hizo un clima espantoso!
¡Es la excepción que confirma la regla!

Resultado, en función de cuántas de esas frases suele decir alguien:

Ninguna: No sé qué clase de persona es usted, pero parece que el mate le funciona, o sea que si es jodido es muy jodido, y si es solidario y buena persona es muy útil a la sociedad.

1 a 3: Está bastante bien, pero le patina un poco. Suspenda la tele y trate de ejercitar el pensamiento crítico.

4 a 6: Dígale a su maestra de primer grado que lo de la chinche en la silla fue cosa de chicos y recomience la primaria.

7 a 9: ¡Está salvado!: conductores-locutores como usted es lo que la radio y la TV están demandando permanentemente.

10: Voto cantado: usted va a votar por el kirchnerismo, De Narváez, Solanas o Reutemann. Lo cual está bien... salvo que usted sea un trabajador o un excluido.

Testimonio de un vidente

“Me llamo José, nací y vivo en Chivilcoy, Bs. As., tengo 27 años y una experiencia de las que se suelen llamar paranormales. [...] He visto duendes, espíritus, me enfrenté con una fuerza oscura cuando ya tenía 15 o 16 años, vi seres diminutos traslucidos que están en el aire (que es muy raro, hay que verlo), vi platillos voladores, el mejor fue cerca de Gral. Hacha, La Pampa.”

[Vio de todo, menos el cartel con el nombre del pueblo, y un diccionario. Pero ese plato volador de General Acha, doy fe, era “full-full”, el mejor: color metalizado, doble air bag, ABS, aire acondicionado, cierre centralizado de puertas, MP3, vidrios polarizados, escape deportivo. Una nave.]

miércoles, 6 de mayo de 2009

Vivo la muerte de mis hermanos

No me subieron a un avión
ni me abrieron con un corvo el vientre
tampoco me arrojaron al mar
pero me subieron hasta casi donde no se resiste
ni la fiebre ni el horror
y abrieron mi corazón para que lo poblara
la angustia la desesperación
luego me arrojaron a la ciudad como al mar
a sucuchos de mala muerte y peor vida
y el pan de cada día me lo negaron
con pretextos ensangrentados.
No me enterraron en una fosa común
pero sí me enterraron en mí mismo
como en una celda de cemento fría y húmeda.
He estado en mí sin juicio alguno
pero de vez en cuando me torturan con los aniversarios
a los que le suman la tortura psicológica
como internarme en la risa de las pantallas de televisión
en ese territorio donde no hay caminos ni salidas
y el frío mortuorio entra en mi sangre y repto sobre la sangre.
En verdad no soy un detenido desaparecido
pero soy un detenido alguien que se para
antes de decir la verdad a los asesinos que andan sueltos
y soy un desaparecido busco preguntando dónde está
el muchacho idealista que luchaba contra la dictadura
dónde está el joven enamorado de la libertad y la justicia.
No me subieron a un avión ni me rajaron el vientre
ni me lanzaron al mar
pero lo que hicieron conmigo se parece tanto a eso
que a veces grito buscándome
y me desespero porque pasan los años y no me encuentro.

Osvaldo Ulloa.

(Agencia Walsh- No Todo Es Verso – 16-11-2008.)

viernes, 1 de mayo de 2009

Cautivos en manos de idiotas



“Una persona estúpida es la que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.”
Carlo Cipolla.


Esta semana recibí —con un adjunto en pps— un mail titulado “Cafe [sic] y dengue”, que pesó 3070 KB. ¿Por qué pesó tanto?: porque incluye unas fotos de un pocillo de café, de un par de jardines de casas elegantes y de una huerta, y el dibujo cómico de un mosquito. Ese correo, en un día de tráfico particularmente lento en la red, tardó casi 30 minutos —tengo conexión telefónica— en bajar a mi computadora. Las imágenes —lo ratifico, por si no fui claro— no agregaban absolutamente nada a la comprensión del mensaje. El texto, o sea lo que pudiera, según el juicio de cada uno, tener de útil ese correo, pesaba 3,44 KB. Entiéndase: con cerca de novecientas veces menos KB se podría transmitir lo mismo... pero mejor.

Sabemos que las empresas de comunicación y los prestadores de servicios de internet ganan de acuerdo con el tiempo de conexión que brindan: estos correos pesados son, claramente, el negocio de ellos y por eso los estimulan.

Pero, ¿qué ganamos los usuarios? Para empezar a entrarle a esta cuestión por algún lado, les cuento que esta semana, también, salió la información de que “el envío de correos no deseados a las computadoras de todo el mundo supone a lo largo de todo un año un gasto energético de 33.000 millones de kilovatios hora (Kwh), una cantidad de electricidad que podría abastecer a 2,4 millones de hogares”. Y esto incluye a spam que pesan 2 o 3 KB, como algunos que recibo: figúrense el daño que causan correos que pesan mil veces más (y que, paradójicamente, quienes los envían, si tienen ocasión, se declaran ardientes defensores del ambiente sano y campeones de la lucha contra la contaminación).

Además de este derroche de energía y la contaminación que ello causa, consideremos la pérdida de tiempo infligida a los destinatarios y la ralentización de toda la red a causa de esta basura dando vueltas y acumulándose en las memorias de los servidores. O sea, estamos dilapidando la adecuada utilización de un instrumento que debiéramos usar con economía y pericia casi quirúrgicas.

Sin embargo, sabemos que hay gente idiota (no es un insulto, es un diagnóstico) que cada vez que recibe un correo con dibujitos dice ¡qué lindo! e inmediatamente lo reenvía a sus contactos y, lo que es peor, a las listas de correo que, si vamos a su origen, se gestaron para intercambiar ágilmente información con una temática determinada.


Y aquí estamos los suscriptores de esas listas: cautivos en manos de idiotas. Expuestos a infradotados de mentalidad tan infantil que necesitan que un texto sea acompañado de figuritas, aunque éstas no agreguen ninguna información. Necios que nos mandan a mansalva sus detritos. Impunemente.

Muchos de estos correos imbéciles son emitidos en horarios laborables, lo cual hace pensar que, al menos, los costos de algunos de ellos, en términos de conexión, de equipos y de tiempo no corren a cargo de sus autores. Pero sí de quienes los recibimos en nuestras computadoras hogareñas.

Más cosas paradójicas

Es curioso que muchas veces los mensajes que indican un procedimiento, como en el reciente caso de la “trampa para mosquitos”, ¡vienen sin ninguna imagen demostrativa! Y, lo que es aún más asombroso, que responsables de listas envíen, trunco, el principio de mensajes de texto —que raramente superan los 200 KB—, con la leyenda “Quien lo quiera completo, que lo pida”, y en cambio no nos consulten, por ejemplo, para enviarnos un cartel perfectamente omitible, como el titulado “Peña ‘Los nueve monstruos’”, de 3350 KB.

Daré otros ejemplos: esta semana bajé de internet un trabajo de 55 páginas —un pequeños libro— en cuerpo 12, formateado en Word (cuerpos de títulos y subtítulos, tipos y colores de letras, notas, etcétera): 372 KB. Compárese con los 3232 KB del desmesurado e inútil cartel (“III Fiesta de la semilla en Buenos Aires”) que manda un idiota, tan desproporcionado que hay que mover varias veces las barras de desplazamiento para verlo por pedazos, sin lograr una imagen completa porque no cabe en la pantalla, ni en sentido vertical ni horizontal. El texto que acompaña a este cartel pesa 41,5 KB: o sea que lo “importante” del mensaje se podía decir con 3190 KB menos de derroche de energía, de tiempo, de espacio en la red virtual. Y lo de “importante” lo escribo así entre comillas pues, en definitiva, qué es lo importante para sí lo decide, como dije, cada destinatario, pero lo que el destinatario no puede elegir es el “peso” con que recibe cada envío, pues eso lo ha decidido el emisor: es irreversible.

Cuando uno se dirige a un grupo de destinatarios, como, por ejemplo, una lista de correos, debe guiarse por la mesura y la prudencia, y no bloquearles la casilla, prácticamente, con mensajes pesadísimos que quizás al destinatario ni le conciernen ni le atraen. Pero, claro: ¿cómo pedirle a un idiota mesura, prudencia, criterio, consideración por los demás?

Están también los que mandan correos a una lista cuyos mensajes no leen, de modo que reiteran cosas ya publicadas. Muchachos, tengan un mínimo de compromiso con las listas a las cuales pertenecen: si NO leen los mensajes procedentes de ellas, tampoco escriban en ellas.

Soluciones

Lamentablemente, es difícil, dado el grado de deterioro de la subjetividad que padecen muchas personas, entenderse con ellas en términos de racionalidad. Quizá, si en las listas se pudiera colocar un filtro para bloquear los mensajes superiores a 200 KB (que ya es una enormidad), eso sería una solución. Si esto no fuera factible, se podría pensar en hacer una primera advertencia a quien manda un correo pesado, y a la segunda vez se lo borra de la lista.
Y las personas honestas e inteligentes, cuando tienen algún correo muy pesado que consideran de posible interés para el grupo, siempre cuentan con el recurso de mandar uno previo resumiendo su contenido y ofreciendo a quien lo quiera enviárselo completo a su casilla personal.

martes, 28 de abril de 2009

Flavia desmintió que no sea una prostituta


“Y es sabida la tendencia del Padrino Franco [Macri] de involucrarse con mujeres más jóvenes que él y pagarles toda la fiesta. Siendo el caso más patético el de su reciente relación con la ex conductora de programas infantiles Flavia Palmiero. Para la carcajada: Flavia se vio obligada a desmentir ante todos los medios del corazón que no era una prostituta...”
Ricardo White, para El Ojo Digital Política, 25-4-09.
http://www.elojodigital.com/politica/2009/04/25/1610.html

Podría alguien interpretarlo como una sutileza de White, para poner en labios de Palmiero lo que él quisiera decir, pero quien lee sus textos se da cuenta de que es incapaz de semejante agudeza.
Piénsese, nomás, que otro ejemplo de lo que White esgrime como la “tendencia del Padrino Franco de involucrarse con mujeres más jóvenes que él” lo expone en el párrafo anterior, por la relación que tuvo con la “casi septuagenaria” y "gagá" Nacha Guevara (según White, cuando comenta sus recientes performances escénicas). ¿En qué quedamos?: cuando quiere denostar a Nacha como artista, la avejenta (lo cual es un tiro por la culata, ya que en ese sentido Nacha es casi prodigiosa); cuando necesita embestir contra Macri, es poco menos que una pendeja.
Con este tipo de bestialidades nos orinan todos los días, tanto los partidarios del gobierno de los KK, como sus competidores de derecha.
Por favor, un paraguas.

viernes, 10 de abril de 2009

Zenón de Elea y mi reloj barato


La pregunta —capciosa, ilusoria— es cuántas veces en 24 horas —de 0 hora a 0 hora— las agujas de la hora y del minutero en un reloj analógico quedan opuestas. Es evidente, según ya lo descubrió Zenón, que si partimos de la 0 hora, en que están superpuestas, la aguja del minutero nunca podrá quedar en oposición a la de las horas, porque cuando haya recorrido 180º, la de las horas se habrá movido 15º, y cuando la del minutero haya apurado esos 15º ya la de las horas se habrá desplazado 1º y 1/4, y cuando la del minutero se mueva ese 1,25º... Así, infinitamente.

Pero quizá porque mi reloj no es de marca, incumple esa límpida deducción lógica, y la aguja del minutero queda opuesta (y la pasa, también) a la de las horas a cada rato. Eso de "a cada rato" es el tema que atrajo mi atención: ¿cada cuánto tiempo se vuelve a repetir esa situación en el tacho de porquería que yo tengo? Eso quiero averiguar, antes de tirarlo a la basura y sumirme en el helado abismo del tiempo zenoniano.

Para que ambas agujas estén opuestas debe existir entre ellas una diferencia de 180º, la cual se alcanzará en un tiempo "x". La velocidad de la aguja de las horas (30º cada 60 minutos) multiplicada por x tiene que barrer un ángulo inferior en 180º al que recorre el minutero (360º cada 60 minutos) en ese mismo tiempo x. Esto se puede formular así:



x . 30º/60m + 180º = x . 360º/60m

De donde:

180º = x . 330º/60m

Y

x = (180º/330º) 60m

O sea

x = 32,7273m (equivalentes a 32 minutos y 44 segundos).



De modo que a las 0 h, 32 minutos y 44 segundos las agujas se ponen en oposición (y no sólo en mi reloj barato, sino también de acuerdo con estas ecuaciones). Entonces, para que vuelvan a quedar superpuestas como lo estaban a la cero hora, deberán transcurrir otros 32 minutos y 44 segundos, y para que se vuelvan a oponer, desde que lo hicieron por primera vez, 65 minutos y 28 segundos, o sea, a la una, 38 minutos y 12 segundos. Faltarán más o menos 10 horas con 22 minutos para que el ciclo se reinicie a las 12: 622 minutos divididos 65 y medio dan para que la oposición suceda nueve veces más, que adicionadas a las dos anteriores suman once. Once, en dos ciclos iguales, totalizan 22 veces cada 24 horas, S. E. u O.

Ahora compruebo que las matemáticas están en conflicto con la lógica y que mi modesto reloj, en ese brete, ha obtenido el aval de aquéllas. Encontró una buena coartada, el muy pícaro; me parece que no lo voy a tirar.
.

domingo, 5 de abril de 2009

Miss Universo en Guantánamo


En el sitio de Kaos en la Red se puede leer que Miss Universo 2008, Dayana Mendoza, de Venezuela, y Miss EE.UU., Crystle Stewart, realizaron una visita a la base naval estadounidense en Guantánamo a partir del viernes 20 de marzo, encontrándola "interesante". En su página web, Mendoza explica que ambas reinas de la belleza llegaron a la base con el propósito de saludar y entretener al personal militar allí destacado. "Fue una experiencia increíble", señaló la venezolana. Mendoza dijo que ella y su acompañante conversaron con el personal de Guantánamo "acerca de la base y cómo es la vida allí, y los próximos días lo pasamos maravilloso, en un viaje realmente memorable". El personal de la base naval llevó a las dos mujeres a una visita a un "barco", no identificado por Mendoza, y a un recorrido por tierra que "fue muy, muy divertido". "También vimos los perros militares y nos hicieron una demostración muy linda de sus destrezas", agregó Mendoza. "Toda la gente del Ejército se portó muy bien con nosotras". "Visitamos los campos de detenidos y vimos las cárceles, dónde se bañan, cómo se entretienen con películas, clases de arte, libros", agregó. "Fue muy interesante."
Yo no creo que se pueda pasar con una lanchita frente a la base de Guantánamo y decir "vamos a ver qué hay acá". Si usted cree eso, inténtelo. Lo que se deduce es que a ambas las llevaron ahí como dos fardos, como cachos de carne con ojos. Queda en evidencia (por si aún hiciera falta) que la elección de una Miss Universo y las actividades a que se obliga la "agraciada" tienen una finalidad política feroz y descarada.
Como corolario, un dato a tener en cuenta (atención, racistas): Dayana Mendoza no es rubia.

viernes, 20 de marzo de 2009

Ballena: pescado de monstruoso tamaño


Ballena: pescado de monstruoso tamaño, el mayor que produce la mar. Plinio dice que suele tener 600 pies* de longitud y 360 de latitud, y la experiencia muestra ser así, por algunas que se cogen en nuestras costas de Cantabria y Asturias. [...] No desova ni pone huevos como los demás peces, sino pare animal formado y perfecto, como los cuadrúpedos terrestres.” Diccionario de la Lengua Castellana – Dedicado a nuestro señor Don Phelipe V (que Dios guarde). Compuesto por la Real Academia Española, Madrid, 1726.
* El pie, en Castilla, mide 28 cm, por lo cual las medidas dadas representan 168 metros de largo por 101 metros de ancho.