lunes, 29 de junio de 2009

Bastante asquerosito


Fernando Bravo, Alejandra Peñalva y Omar Lavieri contaron hoy en su programa cómo festejaban ayer cuando Estados Unidos le ganaba a Brasil en la Copa Confederaciones, y su frustración cuando nuestros vecinos dieron vuelta el resultado. Lavieri, que fue autoridad de mesa, añadió que él escuchaba el partido y hacía de amplificador hacia las otras mesas, que aplaudían los goles yanquis. ¿Por qué sería?: ¿por rendida admiración a la tradicional escuela de buen fútbol estadounidense? ¿Por simpatía con un país campeón en invasiones, marines y bombardeos? ¿O sería acaso complejo de inferioridad, indisimulable rencor o pura y cochina envidia?
A usted, ¿qué le parece?

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