lunes, 28 de junio de 2010

La viva imagen del Che...

....adaptada a los tiempos que korren, claro...
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viernes, 11 de junio de 2010

Vespasiano, un precursor

. El Coliseo era lo que hoy es la TV

La construcción más imponente de la Roma del imperio fue el Coliseo, y esto porque llegó a ser una política esencial del Estado que nadie quedara al margen del circo. Es fama que cuando el emperador Vespasiano pergeñó la erección de ese descomunal estadio, que permitiría tanto al patriciado como a la plebe disfrutar en común de la diversión, bautizó su proyecto con el nombre de "Circo para Todos". Este Vespasiano sí que era un lince, ¿no?
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jueves, 10 de junio de 2010

Fútbol: ¿usted creía que éramos los únicos?

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No, no somos los únicos en utilizarlo para distraer la atención y las energías de la población, y quizá ni siquiera somos los peores en eso, aunque no andaremos lejos.
Leo una nota* de Daniel Lizárraga y Beatriz Pereyra, titulada “Calderón y Aguirre: la mancuerna mediática” (“mancuerna”: pareja de animales atados por los cuernos). Dice:
El uso político del fútbol se está llevando al extremo en México. Montado en los quehaceres de la selección mexicana, Felipe Calderón [el presidente] ataca con sus arengas de unidad envueltas en el discurso deportivo, mientras que Javier Aguirre, el técnico del equipo tricolor, se ha convertido —alejado ya de sus convicciones izquierdistas— en punta de lanza del mandatario. En el mayor de los excesos, Aguirre comparó al presidente mexicano con Nelson Mandela. Por si fuera poco, se paró al pie del Ángel de la Independencia [un monumento de la capital mexicana] y, con un lenguaje mimetizado del oficial, nos recetó una perorata con resabios
de informe de gobierno.
El presidente Felipe Calderón se presenta como un devoto del fútbol. Frecuentemente ataviado con la camiseta verde, al menor pretexto se deja ver con la selección mexicana que participará en el mundial de Sudáfrica. Con sigilo, su gobierno se aprovecha políticamente del equipo tricolor y de su director técnico, Javier Aguirre, antes de que se mueva el balón en Johannesburgo.
Sin saberlo, los jugadores y Aguirre han servido al gobierno: primero como señuelo para hacer desaparecer a Luz y Fuerza del Centro (LFC) [gremio que sostiene un largo conflicto], luego como estandartes para llamar a la unidad nacional en la guerra contra el narcotráfico, como comodines de una campaña publicitaria de programas oficiales y, por último, como arietes en los festejos patrios de 2010.
[...]
En nuestro país, ya sabemos: el fervor popular y la avidez de los comerciantes por aprovechar la onda, que hasta los lleva a uniformar a su personal con la camiseta del seleccionado argentino, hacen que encontremos la celeste y blanca allí donde posemos la mirada. No caben dudas de que el ciudadano de a pie, en trance hipnótico, ya no discierne bien —si es que alguna vez pudo hacerlo— entre lo que es la suerte de la patria y la performance de los que representan a la AFA en Sudáfrica.
¿Quién podría encarnar mejor este trastorno mental colectivo?: por supuesto, nuestro “Aguirre”, claro, que es capaz de decir —con la mezcla de mala fe e idiocia que es su característica— que quienes lo critican “son antiargentinos”.
Para empeorar las cosas, tengo la convicción de que tiene a sus órdenes el mejor plantel del mundial.
Y lo que puede resultar de eso, combinado con la peste emocional a la que acabo de aludir, lo vamos a pagar muy caro.

*http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/80053
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EG, la que trepa sin soga


Víctor Hugo Morales, que está agarrando groso de la manga ancha del gobierno —el peronismo siempre paga (con nuestra plata)—, emite un tramo del diálogo de Esther Goris con Grondona en el cual ella repite una y otra vez el concepto de “pluralidad de voces”: es lo que quiere el gobierno, y a lo que aspira con la Ley de Medios, dice.
Es un chiste (un chiste peronista): en los medios que el gobierno controla hay una uniformidad totalitaria del pensamiento: ni una voz que no alabe al kirchnerismo, ninguna apertura a las otras visiones ni a otros actores sociales —partidos, gremios, organizaciones sociales barriales o de desocupados— que no comulguen con el partido gobernante. Las mismísimas noticias que no favorecen al gobierno son ocultadas, de un modo rayano en el absurdo, porque lo hacen incluso con temas que son de notoriedad y comentario general.
En el audio, Esther Goris defiende ante Grondona la postura del gobierno, y Grondona le pregunta “¿la ‘TV pública’ es un ejemplo de pluralidad”. Goris, que es loca y obsecuente, pero no tiene un pelo de estúpida, responde “'6, 7, 8' es un programa de debate, que le contesta a lo que dice la oposición”. Un ejemplo más —podría hacerse una lista casi infinita— de prestidigitación indecente: se le pregunta por la “TV pública” y ella contesta sobre “6, 7, 8”. Como no tengo TV, y aunque tuviera no vería a Grondona, como no fuera para criticarlo, no me consta si el golpista —que será indecente y mentiroso, pero no tiene un pelo de estúpido— se tragó la artimaña de Evita Goris. Pienso que no. Pero no puedo saberlo, porque el segmento de diálogo —no sé si editado— me llega vía la audición de VHM, quien corta la grabación inmediatamente después de la respuesta de la trepadora EG.
“Pluralidad de voces”: si no fuera terrible, sería gracioso.
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miércoles, 9 de junio de 2010

lunes, 7 de junio de 2010

El conflicto social en clave racista

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Esta es la propaganda —quizá la tapa de su disco— de un grupo musical que no desea que ignoremos su índole racista. No obstante, seguro que ellos miran a Marx, Lenin y Trotsky un poco por encima del hombro, como que no la tenían del todo clara.
Sí: tenemos el enano fascista metido adentro, doble rosca.

“Barras” deportados: se me rompe el corazón

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Y el bolsillo también, vamos. Pensar que juntamos pesito a pesito —no lo sabíamos, claro— para que estos muchachos lindos pudieran alentar a la selección (o lo que fueran a hacer a Sudáfrica, que eso es asunto de ellos), y estos negrazos africanos van, y los deportan. Los mandan de nuevo para acá: ni siquiera a Colombia, a Afganistán o a Laos. Acá.
¡Qué plata al cuete, mecachendié!
Como que fuera poco pagarles el sueldo —el que no es del Indec, es del Banco Nación, o puntero del partido (ni falta hace decir cuál) o, lo que casi es peor, no se sabe de qué vive—, desperdician así los krugerrand que oblamos para sus viajes y distracciones. O sus "negocios".
A una partecita de ese dinerillo le podría haber dado buen uso yo, no para gastar miles de dólares sólo para chiflarle a la azafata cuando se aleja y codear al de al lado ca[yé]ndose de risa, o ir cantando y golpeando los costados del avión como si fueran en el colectivo 95 rumbo al Tomás Ducó o el Cilindro de Avellaneda. Incluso la aceptaría para ir a ver el mundial de Sudáfrica: finalmente, podría apostar a que el 99,9% de quienes me están leyendo no tienen ni la mitad de las horas de tribuna futbolera que tengo yo (para mi mal). Eso sí: tendrían que asegurarme una ubicación en la cual no tuviera a la vista la zona del banco de relevos de la selección de AFA donde cunde el arrastrado que no quiero nombrar, porque si fuera así me pasaría vomitando todo el tiempo.
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jueves, 3 de junio de 2010

Izumi Shikibu: pasión y delicadeza

. Izumi Shikibu

Caigo por la biblioteca del centro cultural de la embajada del Japón y me pongo a hojear libros. En castellano, porque el japonés no se me da muy bien. Tengo en mis manos un libro de poesías. Leo un jaiku, anónimo:

cuando quieras ser bueno
con tus padres,
ya no estarán


Aquí va otro:

hacia las ochenta islas
del vasto, vasto océano
me voy bogando;
barca del pescador,
ve a decírselo a ella


Este es un waka, de Ono no Takamura, que vivió... ¡upalalá!, entre 802 y 852. La partícula “no”, me indican, equivale a nuestro “de”. Los waka son un tipo de poemas de 31 sílabas (versos de 5-7-5-7-7 sílabas), que pasó a identificarse con el tanka (“poema corto”), en contraposición con el choka (“poema largo”) de extensión indefinida. Waka es el poema japonés por antonomasia.

Otro más:

cuando miro la luna,
me invade la tristeza
y me agobian penosos pensamientos,
aunque el otoño no esté aquí
para mí solamente


Ese es del señor Ôe no Chisato, más reciente: 889-923.
También el ministro Gofokudaiyi (1139-1191) se hacía tiempo para borronear unas cuartillas:

oí la voz del cuco en el aire;
pero cuando busco y miro
sólo está la luna del amanecer en lo alto
y del pájaro ni huella


La siguiente es de Fujiwara no Asatada, 910-966:

mejor hubiera sido
no habernos encontrado,
así no habríamos sufrido,
ni ella ni yo,
la pena de la ausencia


Y pegamos un salto a la actualidad con Kagoshima Yuzou, 1898-1982:

duerme mi niño,
hijo mío;
le toco con mis dedos su mejilla:
se me han revivido
los dolores de mi juventud


En el año 951 se creó en Japón una “Oficina de Poesía” y a partir de entonces se instauraron los famosos concursos de poemas sobre un tema prefijado, evaluados según estrictos requisitos formales. “Oficina de Poesía”. Hace 1059 años. La cabeza me da vueltas.
Aquí hay una chica, Ono no Komachi; muy antigua, por los datos que agrega, pero no consigna fechas:

el color de las flores
se va desvaneciendo:
así pasa mi vida, vanamente,
envuelta en tristes pensamientos,
viendo caer las largas lluvias


Y otra, Izumi Shikibu, considerada la mayor poeta del Japón, nacida en 974:

sé que voy a morir,
pero me gustaría llevarme al más allá
un postrer recuerdo,
¿por qué no me concedes
una última cita?

***
ahora voy,
dijiste, y tus palabras
también se ajaron
¿dónde podrá posarse
noche a noche el rocío?
***
es este mundo
lo mismo que una sombra
en el espejo,
que no está donde está
ni ahí deja de estar
***
lejos del mundo,
por el oscuro sendero
he de marchar ahora;
¡vela sobre mí desde lejos,
oh luna de la montaña!

La última, se dice, la escribió en su lecho de muerte. Las mujeres solían utilizar un seudónimo: por ejemplo, “Shikibu” es el nombre de una cierta posición dentro de la corte.
Consigo más datos de Izumi: a los 21 años se casó con el gobernador Izumi y tomó su nombre. Tres años después se divorció y se convirtió en la amante del príncipe Tametaka. Y a la muerte de éste, después de cuatro meses de dolor eterno, se unió al hermano menor del fallecido, el príncipe Atsumichi, también en calidad de amante. Luego de dos años de amores tormentosos se separó de él para casarse con el príncipe Fujiwara no Yasumasa, gobernador de la provincia de Tango (¿Tango?: esto quizás explica la afición de los japoneses por la música de Buenos Aires).
Izumi escribió siete volúmenes de poesías y un Diario, el cual prodiga sutiles análisis psicológicos bellamente salpicados de encantadoras tankas, y vela con delicadeza las agitadas alternativas de su amor con Atsumichi.
Dejo que sea su voz, a través de mil años, la que nos hable de una pasión que jamás se marchitará:

la cabellera negra
se dispersa
al tirarme al piso entre lágrimas
y me hace extrañar aún más
a aquel que me la acariciaba
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Fuentes:
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—“Cien poetas, cien poemas. Antología de la poesía clásica japonesa”, Hiperión, Madrid, 2004. Traducción, introducción y notas de José María Bermejo y Teresa Herrero.
—“100 poesías japonesas”, supervisadas por Masamichi Aray, Sociedad Hispánica del Japón, Tokio, 1990.
—"Ensayo de un diccionario de literatura", Federico Carlos Sainz de Robles, Aguilar, Madrid, tomo III, 1950.
—“Diccionario de autores Montaner y Simón”, Barcelona, Espasa, 1963.
http://www.nipobloc.com/2008/05/izumi-shikibu.htmlhttp://viktorgomez.net/seis-poetas-inmortales-poesia-japonesa-del-s-ix/
http://es.wikipedia.org/wiki/Izumi_Shikibuhttp://correodelasculturas.wordpress.com/2009/08/01/poesia-clasica-japonesa/
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miércoles, 2 de junio de 2010

Israel - Palestina

. Rachel Corrie (1979-2003)

Esto tiene que terminar. Tenemos que abandonar todo lo otro y dedicar nuestras vidas a conseguir que esto se termine. No creo que haya nada más urgente. Yo quiero poder bailar, tener amigos y enamorados, y dibujar historietas para mis compañeros. Pero, antes, quiero que esto se termine. Lo que siento se llama incredulidad y horror. Decepción. Me deprime pensar que esta es la realidad básica de nuestro mundo y que, de hecho, todos participamos en lo que ocurre. No fue esto lo que yo quería cuando me trajeron a esta vida. No es esto lo que esperaba la gente de aquí cuando vinieron al mundo. Este no es el mundo en que tú y mi papi querían que yo viviera cuando decidieron tenerme.”
Rachel Corrie, desde Palestina, fragmento de la última carta a su madre, antes de ser asesinada por los israelíes.
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¿“Roba, pero hace”?

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Perón y Evita - Foto, Gisèle Freund

Detrás de cada fortuna existe un crimen - Balzac.

A los argentinos en general, a causa del baño de lanolina ideológica al cual son sometidos desde hace más de seis décadas, les resbala la corrupción. Es porque no se interrogan acerca de su costo. Pero no me refiero al más obvio —el cual sí aceptan resignadamente, o con un guiño cómplice—, o sea la sisa en los recursos públicos que se escurre en coimas, presupuestos inflados y rapiñas varias, sino el costo mayor: que no se hagan las cosas que requiere el interés público sino las que a los corruptos les convienen, y en las que éstos obtienen, gracias a privilegios obtenidos mediante sobornos y sociedades espurias con los funcionarios, ganancias desmesuradas cuyo costo recae sobre los usuarios, los consumidores o el Estado.
“Roba, pero hace” no tiene en cuenta lo que deja de hacerse a causa del saqueo sistemático a que somos sometidos. Los ciudadanos tendrían otra opinión si consideraran cómo podríamos vivir los argentinos si no nos esquilmara el contubernio entre políticos y empresarios.
Por supuesto, los gobiernos hacen cosas. Pero muchas menos que las que se podrían y deberían hacer en un país tan rico y, a la vez, con tantas carencias como la Argentina. Y, recalco, lo que se hace facilitado por la coima —además de que, con toda seguridad, su costo ha sido inflado— es porque no se necesita, o debiera tener características distintas, o en el orden de prioridades ocupa un lugar más bajo que otras alternativas de uso de los recursos como, por ejemplo, las urgentes demandas sociales: me refiero a cosas tan obvias como la situación de la salud, la educación o la vivienda.
Si comparamos los recursos y posibilidades de que disponemos con los de Holanda, Japón, Italia, Noruega o Australia, por mencionar algunos países, nuestro nivel de vida no podría ser sino muy superior al de ellos. Por eso, la frase del título, si se fundara en un conocimiento amplio y crítico de la realidad, tendría que ser “roba, por eso hace poco y mal”.
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