miércoles, 18 de febrero de 2009

Crisis... ¿cuál de ellas?

Con diferencia de pocos días, recibo dos correos electrónicos referentes a la crisis financiera y los salvatajes impulsados por diversos gobiernos. El primero, acerca de los 700.000 millones de dólares destinados a apuntalar a los bancos estadounidenses. Asegura que si ese dinero se repartiera entre los 6.700 millones de habitantes del mundo, a cada uno le tocarían 104 millones de dólares. No es correcto: serían 104 dólares por cabeza.
El segundo correo repite lo anterior y agrega el caso español: dice que en ese país la ayuda llegará a los 30.000 millones de euros, que si se los repartiera entre los 46.063.511 hispanos, da a razón de 652,18 millones de euros para cada uno de ellos. Independientemente de que ese cociente da 651,27, el tema es que son euros, y no millones de euros: pequeño detalle.
Quiero decir: un millón de diferencia puede ser mucho o ser insignificante. Si yo, en lugar de tener 100 pesos en el banco, tuviera $1.000.100, la diferencia sería muy importante, al menos para mí. Si, en cambio, alguien cree que España tiene 45 millones de habitantes, pero tiene 46 millones, se lo puede disculpar, y aun felicitar por su aproximación al dato correcto. En cambio, una diferencia de un millón de veces es siempre brutal y revela una carencia absoluta de noción de las relaciones específicas del tema al cual se refieren. Por ejemplo: supongamos que el PBI anual de la Argentina es de 230.000 millones de dólares (el dato real, IndeK mediante, ha pasado a ser un misterio). Bien, en ese caso, si alguien cree que el PBI es de 230.000 dólares, no tiene ni idea. Otro ejemplo: la distancia Buenos Aires - Pekín, en números redondos, se aproxima a los 20.000 kilómetros: aquel a quien le parece que serán unos 20.000 millones de kilómetros está privado de los más elementales conocimientos acerca de las dimensiones del planeta en que habita.
Los correos a que hago referencia circulan por las listas de las asambleas y, además —ellos mismos lo dicen—, son leídos en la radio y comentados en la televisión. A mí me llegan enviados por personas inteligentes y cultas, cuyos certificados académicos son superiores a los míos. Las aberrantes equivocaciones en simples multiplicaciones y divisiones, sencillísimas en tiempos de calculadoras y computadoras, sumadas a la falta de criterio de no reparar en lo asombroso de las cifras que proponen, hablan del creciente deterioro de la subjetividad de personas que, no obstante, conservan cierta competencia en su desempeño profesional. Sin embargo, este desenganche de la realidad lo estamos pagando caro, aquí y en todo el mundo. ¿Por qué?: porque las decisiones que se refieren a la sociedad deben tomarse sobre la base de un conocimiento global de los factores sociales, políticos y económicos, pero se toman en función de mitos disparatados. Para dar un ejemplo, uno sólo, de esos mitos, mencionaré el más ponzoñoso de ellos: "Para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino". Espero comentarlo próximamente, ya que me ha llegado otro correo que claramente se apoya en esa falsedad.

viernes, 13 de febrero de 2009

Disparates

La ley 1420 (año 1884), de educación común, obligatoria, gratuita y laica creó en el país las condiciones para una educación pública de calidad —en sus distintos niveles— reconocida internacionalmente. Durante décadas, su efecto se irradió a todos los ámbitos de nuestra sociedad. Y, por supuesto, también de nuestra cultura: la literatura, las artes, la prensa, los medios masivos de comunicación en general. La Iglesia embistió desde el principio contra esa magna institución, pero fue recién en 1958, gobierno de Frondizi, cuando pudo infligirle una herida que la desangró.
Hoy, si bien hay bastiones que resisten, la educación gratuita y de calidad para todos es cosa del pasado: semianalfabetos y deficientes mentales reciben sus certificados no solamente de escolaridad primaria, sino de los niveles medio y universitario.
Donde ello se nota más, porque su índole es someterse a la exposición pública, es en los medios masivos de comunicación.
Voy a dar algunos ejemplos de este deterioro, y prometo (¿o amenazo?) continuar con ellos en sucesivas tandas.


¿Belgrano o Lifschitz?

Mariel Caro, locutora de la radio de Hebe, nos anotició de que, en la ceremonia por el aniversario del primer izamiento de la bandera por Belgrano, en las barrancas del Paraná en Rosario, “el intendente Lifschitz hizo la enseña patria” (27-2-08, 8.30)

Cuota exorbitante

La misma locutora aseveró que “la cuota del Pilcomayo sobrepasó los cuatro metros” (28-1-08).

¡Al fin: entubarán el Maldonado!

Eso comentan Mactas y las coconductoras de “El Toque”: “De acuerdo con el plan de obras en la zona de Palermo —dicen— en el primer trimestre de 2009 se iniciarán las del entubamiento del arroyo Maldonado”. Enseguida, Alejandra Peñalva, con viril aplomo, informa que en un lugar en que ella estuvo "asan el animal parado", y que "lo atan pedacito por pedacito para que no se caiga el animal cuando se va asando". Y enseguida hablan de las benignidades del clima en "Las Grutas, en el golfo San Martín" (31-12-08, 14.20/14.40).

¿Peroneo, perineo, peroné o neoperonista?

En el informativo Siempre Noticias de Radio 10 dicen y repiten en sucesivas emisiones que Di María no podrá jugar en el seleccionado contra Escocia porque “tiene una fisura en el peroneo”.

¡Todos a la haulas!

El diario “Clarín” nos propone “un par de jornadas gratuitas en el Haula Virtual: Trabajo y Soft” (12-04-06).

Los antropófagos, de parabienes

"Trescientos millones de habitantes produce la Argentina como para alimentar" (Susana Andrada, AM 590, 6-3-08, 10.30).

Enigma para lógicos

“Se equivocan algunos sectores que niegan que el voto a Zamora no es de izquierda (Miguel Sorans).

Me parece de que Petcoff es medio bestia

“El intendente, los comerciantes, etcétera, tratan de impedir de que no vayan los piqueteros a Mar del Plata” (Graciela Petcoff, "Graves y Agudos", Radio Cooperativa).

Más dudas que certezas

Página 12, 9-3-08 (textual):
Una mujer cayó de un tercer piso y resultó ilesa
”Una mujer de 62 años estaba colgando la ropa en la terraza del edificio y perdió el equilibrio. Tras caer, un albañil que estaba trabajando en la zona dio parte al servicio de emergencia y la fue llevada al hospital San Bernardo donde se recupera satisfactoriamente”.
¿El albañil también se cayó? ¿Quién es “la”: la ropa, la terraza? Si resultó ilesa, ¿qué hace en el hospital, y de qué se recupera? ¿Puede alguien recuperarse y esto causar insatisfacción?

Típico oyente de Mega

Llama un oyente y deja un mensaje diciendo que "la piratería de la música vive un momento muy difícil". Por dos o tres balbuceos que agrega se interpreta que lo que quisiera decir es que son la industria discográfica y los músicos los que pasan una situación complicada (Mega, 27-4-08, 22 hs.).

Fanfárreas y calecitas para todos

El Boletín 125 “La Cultura de la Semana” —23 al 29 de enero de 2009—, del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, nos informa que “coloridas fanfárreas” alegrarán la nueva peatonal Reconquista. Además, “teatro y calecitas” es la propuesta para el Anfiteatro de Mataderos. Pero si a uno tanta cultura lo empalaga, puede no recibir más el boletín cliqueando en “borrar suscrpicion”.

¿Y las varonesas, qué dirán?

El 19-11-08 Crítica digital titula “Los varones K siguen contra Solá”, y en un subtítulo agrega que “Los barones del conurbano también se suman”.
Contra esa conspiración de la ortografía no es fácil que Solá llegue lejos (felizmente).

Unas más, surtidas

—“Huyeron en un Fiat Duna con cinco malvivientes al volante”; “Murieron tres personas y dos bolivianos” (cosas que se leyeron en "Crónica".)

—“Este hombre, Suárez, tiene cerca de más de 80 años” (Radio Mitre, 1-4-04, 11.55).

—“Choque en Monserrat entre un taxi y un auto: un herido”: Pregunto yo, el taxi, qué sería, ¿un rickshaw? (“Clarín”, 21-10-07. También lo pasaron por Radio Continental, a las 10, en el noticiero).

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Lo he dicho ya y lo repetiré hasta el hartazgo: si uno deja que estas aberraciones lógicas se le instalen en el cerebro, sin impugnarlas y rechazarlas, pronto terminará babeando y orinándose encima. Y, lo que es peor, votando al peronismo.