miércoles, 10 de junio de 2009

Test oportuno

Hay un cúmulo de expresiones populares que portan en sí mismas modelos culturales o “saberes” compartidos, los cuales llenan vacíos ideológicos en sectores sociales más o menos amplios. Cuando son absurdas, o prejuiciosas, o contienen errores flagrantes, su repetición hace un trabajo de zapa sobre la conciencia y la inteligencia de sus propaladores y de los destinatarios que no las repudian. A continuación transcribo algunas frases de esas variedades nocivas (con signos de admiración, porque la tontería siempre es enfática) y una evaluación de las consecuencias derivadas de su utilización:

¡Perdido como turco en la neblina!
¡La prostitución es el oficio más antiguo del mundo!
¡Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio!
¡Lo dice la editorial de “La Nación”! (o “Clarín”, o “Pagina/12”, etc.)
¡Hay que votar al que tiene guita: ése no va a robar porque ya está hecho! (o su espejo: ¡Pobre, pero honrado!).
¡Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino!
¡Hablá más fuerte que no te escucho! (o ¡no se escucha bien!, etc.).
¡Yo ahí voy sólo los días de semana!
¡Nos la pasamos encerrados en el hotel porque hizo un clima espantoso!
¡Es la excepción que confirma la regla!

Resultado, en función de cuántas de esas frases suele decir alguien:

Ninguna: No sé qué clase de persona es usted, pero parece que el mate le funciona, o sea que si es jodido es muy jodido, y si es solidario y buena persona es muy útil a la sociedad.

1 a 3: Está bastante bien, pero le patina un poco. Suspenda la tele y trate de ejercitar el pensamiento crítico.

4 a 6: Dígale a su maestra de primer grado que lo de la chinche en la silla fue cosa de chicos y recomience la primaria.

7 a 9: ¡Está salvado!: conductores-locutores como usted es lo que la radio y la TV están demandando permanentemente.

10: Voto cantado: usted va a votar por el kirchnerismo, De Narváez, Solanas o Reutemann. Lo cual está bien... salvo que usted sea un trabajador o un excluido.

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