viernes, 7 de marzo de 2014

"Diplomatura en Murga"

Ojo, no está tan mal, me parece

Aunque alguno, viendo el cartel, pudiera pensar que lo previo debiera ser un curso de idioma castellano.
Pero, dejando a un lado esa objeción, si hemos de aceptar cederles todos los años a las murgas muchas de las principales avenidas de ciudades y pueblos durante los fines de semana de un mes o más, es bienvenido todo intento que, aunque sea, procure sacudirlas de su postración creativa.
Por eso, no es la "Diplomatura" lo que me llamó la atención.
Para decirlo de una vez, lo que me estalló en los ojos es eso de "Universidad Nacional de General Sarmiento".
Lo cierto es que Sarmiento fue

—escritor
—presidente
—maestro
—senador
—ministro
—periodista

pero nunca fue militar, ni mucho menos, general.
El partido de General Sarmiento fue creado 1889 por ley provincial 2.198. No me ha sido posible encontrar el texto del proyecto y los diarios de sesiones correspondientes, por lo cual no sé si lo de "General" fue un delirio o una broma, y si tuvo objetores.
El peregrino nombre de "General Sarmiento" identificó al partido hasta su división en 1994 en los partidos de San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas. Antes, en 1992, una ley nacional había creado la universidad del partido, y el nombre de ella estaba administrativamente atado al de este.
Pero, pregunto: ¿desde 1994 hasta hoy no ha habido en la Asamblea Universitaria, en el Consejo Directivo, en el Rectorado, en el claustro de profesores o ¡por qué no! en el alumnado de la UNGS, alguien que diga que eso de “General Sarmiento” es un disparate inenarrable?
Se dirá que es un caso intrascendente, y puede ser. Pero su importancia es metodológica, porque el pensamiento crítico hay que ejercerlo en todo momento, puesto que es sobre todo en lo cotidiano donde circulan los engaños que, acumulados unos junto a otros, hacen que terminemos considerando incuestionable que no hay otra posibilidad mejor que esta sociedad alienada, injusta y suicida.
Brecht nos previno: "No acepten lo habitual como cosa natural, pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar".


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