jueves, 28 de enero de 2010

“Una de cal y una de arena”: alucinante

Hoy, en la audición de Fernando Bravo en Radio Continental, surgió la controversia acerca de si en el dicho “una de cal y una de arena” lo bueno está representado por la cal y lo malo por la arena o viceversa. Este asunto es un valioso ejemplo de cómo, si se plantea mal un problema, todo lo que se allegue a su —imposible— solución no puede ser sino una suma de desatinos.
Así, durante muchos minutos se argumentó, por ejemplo, que la cal es lo “bueno”, porque es más liviana (¿?), o lo “malo”, porque reacciona con el agua, y eso es peligroso; o que la arena es lo “malo”, porque es rústica, y la cal es suave, etcétera. En todo momento, aclaro, se tenía presente que ambos ingredientes formaban parte de la mezcla, de modo que, ¿cómo podría ser que cualquiera de ellos fuera malo, si al faltar no podría obtenerse la útil combinación de ambos? Sería como decir que en el agua uno de sus dos elementos —oxígeno e hidrógeno— es bueno y el otro malo. O lo mismo para el café con leche, etcétera.
¡Hay que ver con qué fervor “argumentaban” los seis del plantel periodístico, más los del control, los que pasaban por el pasillo y los oyentes! ¡Cómo duele ver que gente tan necia, o tan malintencionada —o ambas cosas— dispone ampliamente de los medios para embrutecer a la gente!: el destinatario que no es oligofrénico, tras una no muy extensa exposición a la mayoría de los programas de radio y TV queda, si no los escucha críticamente, reducido a un guiñapo babeante.
Cal y arena, en la mezcla, no son opuestas, sino complementarias. Distinto es lo que plantea, si nos remontamos casi a la infancia de nuestro idioma, el dicho original: “una de cal y una de brea”, en el cual se oponen la extrema blancura de una a la absoluta negrura de la otra. Sin que tampoco pueda, por ello, aventurarse que la una es “buena” y la otra “mala”: depende para qué.
Pero vaya uno a hacérselo entender a los conductores (tan seguros de sí, puesto que cobran muchos miles: poralgoserá, pensarán) y a sus deslumbrados seguidores.

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