Cantito en los actos kirchneristas:
"Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que lo parió": fuerte, pero correcta autocrítica.
Pero hubo un lapsus insuperable
Cuando hay una tensión muy grande entre lo reprimido y lo manifiesto, las dinámicas inconscientes pueden aflorar en lapsus linguae, actos fallidos u olvidos.
El peronismo —tal como se presenta en su relato o como se lo ofrece a los sectores más desfavorecidos de la población— es una completa y diametral impostura: no es la ideología y la fuerza política que pretende terminar con la injusticia, sino la que procura asegurarla y perpetuarla mediante oportunas adecuaciones coyunturales.
Por lo tanto, la mentira de lo que se dice y el deseo de lo que se calla llevan al partido de Perón y Evita a un conflicto superlativo.
No es de extrañar, entonces, que en el período en el cual la lucha de clases en la Argentina alcanzó su nivel máximo —los ‘70— en el peronismo se haya dado el mayor lapsus de que yo tenga noticia y, nada casualmente, tampoco, en el sector con mayores contradicciones: la llamada “izquierda peronista”. El cantito que los identificaba era este:
“Perón
Evita
La patria socialista”
Sáquenle pelusa.
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