El 2013 hay que hacerlo. Tratemos de que nos salga bonito.
"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace; ganémosla de pensamiento." José Martí.
viernes, 28 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
¡Hasta el próximo fin del mundo!
A este sí le llegó el fin del mundo maya.
Ahora es el momento de
que los periodistas se burlen de la predicción fallida (eso sí, sin darse por
enterados de dos cosas: de que el primer engaño de ese tipo lo formuló Jesucristo,
y de que, sin la difusión de la prensa, estos embustes, directamente, no existirían).
Hasta que haya
pasado un tiempo prudencial y llegue la ocasión apropiada para proclamar un
nuevo fin del mundo. Para entonces, los desmistificadores que ahora explican
por qué no y son entrevistados en bandada se habrán eclipsado discretamente y
los gurúes de los misterios (que no los son, para ellos) coparán la parada sin
obstáculos a la vista gracias a que los medios les abrirán sus puertas de par
en par. Y el público, con algún escepticismo inicial, se irá empapando de
las “razones” que con generosidad les suministrarán los periodistas (con la
neutralidad que merecen estos delicados temas) y comenzará a ponerse anhelante
y encontrará que no hay cosa más necesaria que comprobar que vivimos en un
mundo misterioso y sometidos a fuerzas sobrenaturales y a leyes inescrutables.
Y así, mansamente,
irán pasando las estaciones, y los años, hasta sumergirnos en nuestro fin del
mundo personal sin haber comprendido cómo funciona la cosa.
¡Qué digo!: sin
siquiera haberlo intentado.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Ahora resulta que el 21D es metafórico
El viejo
truco de las metáforas
Los
oscurantistas por ahora van ganando la batalla porque son un gran negocio:
económico e ideológico. Basta entrar en una librería para notar en las
estanterías la enorme desproporción entre el volumen de sus publicaciones y el de los libros serios.
Hombres de fe atormentando con metáforas a un hereje.
En los últimos días, y hoy, sobre
todo, los propagandistas de las predicciones mayas se han acordado de que eran
metafóricas: el viejo cuento de todas las supersticiones —empezando por la más
extendida, la cristiana— cuando sus embustes quedan al descubierto. Pero cuando
unían el poder ideológico con el poder político no interpretaron su pensamiento
de modo metafórico, sino con alcance absolutamente literal y concreto: quemaban
y torturaban para sostener sus imposturas. ¡Por favor, cuánta mala fe tienen
los místicos!
El 21D no es literalmente el fin
del mundo, dicen, sino un “cambio de era”. ¿''Cambio de era''?: saben que la
generalidad de las personas huye del conocimiento de la realidad y, por lo
tanto, de la responsabilidad acerca de sus propios actos, o sea que están
predispuestas a que las soluciones les vengan desde fuera. A ver, ¿qué quiere
decir ''cambio de era''? ¿Cambiamos todos en bloque? ¿Cambian los sistemas
políticos y económicos, cambian las leyes de la causalidad y de la lógica? ¿Se
acaba la injusticia? ¿Qué pasa si cambia la era, pero los humanos no cambiamos,
y seguimos aferrados a nuestro egoísmo y nuestros miedos? ¡Cuánto macaneo
vestido con el ropaje de la “espiritualidad”!
Describen al 21D como “una gran
oportunidad para transformar nuestra conciencia”: eso es pura ignorancia y
misticismo. Todas las fechas, ¡más, cada segundo de nuestras vidas! es una gran
oportunidad para superarnos. Si esperamos una señal externa ya empezamos muy
mal.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
¡Se viene el fin del mundo!
“El surgimiento y la difusión de la superstición, la seudociencia y la anticiencia son fenómenos psicosociales importantes, dignos de ser investigados de forma científica y, tal vez, hasta de ser utilizados como indicadores del estado de salud de una cultura.”
“Uno puede ser intolerante con las teorías falsas, pero tolerante con quienes las sustentan, a condición de que no medren con ellas.”
“El oscurantismo es, en el mejor de los casos, una forma de escapismo; en el peor de ellos, una cortina de humo y un instrumento de opresión. ¡Larga vida a la Ilustración!”
El
fin del mundo está sentenciado. Y esto es científico, o sea, resultado de
cálculos rigurosos, aunque la mayoría (por no decir todos, porque andá a saber)
no lo veremos: es seguro que el combustible nuclear de la estrella más
próxima a la Tierra algún día se agotará, terminando así su fase estable y
comenzando el proceso de transformación en gigante roja. Cuando esto ocurra, el
Sol se expandirá enormemente, superando posiblemente la órbita de la Tierra. Es
decir, nuestro planeta se vaporizará. Esto debiera ocurrir en unos 5.000
millones de años.
Pero hay otras amenazas más próximas e, incluso,
palpables: por ejemplo, el cambio climático que causamos desde la revolución
industrial y del cual somos directamente responsables. La alteración del clima
rompería los delicados ecosistemas de la Tierra, causando cambios impredecibles
que podrían llevar, quizás no al fin de toda la vida, pero sí a nuestra propia
extinción. Además, el volumen de la población mundial ha excedido largamente la
capacidad de carga sustentable por el planeta: no da para más.
Y, por si esto fuera poco amenazante, a más tardar dentro
de cien años casi todos los que hoy chancleteamos por el globo terráqueo habremos
sufrido nuestro fin del mundo personal.
Sin embargo hay quienes prefieren ignorar las amenazas
reales e inventarse las propias, tal como los personeros del oscurantismo que
vuelta a vuelta se largan a anunciarnos un fin del mundo —eso sí— con indicación
de día y hora. Ahora les tocó a los creyentes en la sabiduría maya (sabiduría
que no les alcanzó a sus poseedores para prever y conjurar su propia
destrucción) pronosticar el fin del mundo para el 21D, predicción a la que se
han adherido otros de su misma ralea.
Diagrama del tiempo en un códice medieval, donde se
observa claramente que el fin del mundo ya sucedió, ¡y nosotros sin enterarnos!
Por cierto, hay que reconocer que la mayoría de las
personas se ha tomado esto para el churrete, pero yo les aconsejaría a los cristianos, por
ejemplo, que no miraran estos delirios con tanta suficiencia,
ya que el primero que anunció un fin del mundo chasqueado fue Jesucristo. Esto
puede ser leído, entre otros evangelios, en Mateo 24. 29-34: “El Sol se oscurecerá,
y la Luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo”, “y verán al
Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo”, “y enviará sus ángeles con
gran voz de trompeta” y entonces “lamentarán todas las tribus de la Tierra”.
¿Cuándo sucederá esto?: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta
que todo esto acontezca”. ¿Cuál generación?: la de Él (y cuando digo “Él” no me
refiero a NK).
Máscara
antigás “apta fin del mundo”: si le falla le devolveremos su dinero.
Pero no fue esta la única vez que la Iglesia de Cristo se
hizo portavoz de una predicción finalista. En el año 1000 la agitó hasta
convertirla en una psicosis colectiva, generando en personas de todas las
clases actos extravagantes. Les cuento que no pasó nada, pero volvieron a la
carga en el 1033, con motivo del supuesto milenio de la muerte de Cristo. Y, o
me equivoco, o el fin del mundo tampoco sucedió esa vez.
¡Oferta! Refugio pertrechado para sortear el 21D: el mundo se
acabará y usted seguirá tan pancho. Créditos hasta en 24 meses.
No hace falta decir el eco que imbecilidades de este tipo
encuentran en el periodismo, como parte de un paquete dogmático que se propone —y
logra— instalar el irracionalismo en las masas, con vistas a favorecer su
autoindulgencia acerca de las consecuencias de sus propios actos.
Por cierto, es más molesto y comprometedor ser riguroso en
el conocimiento de la realidad y de sus leyes. O, dicho con palabras de Edith
Sitwell (las citas del encabezamiento son de Mario Bunge), “el público creerá
cualquier cosa, siempre y cuando no esté fundamentada en la verdad”.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Idiota
La idiotez en los comportamientos sociales hace
difícil, ineficiente y penosa la vida de las personas. Los que son
desconsiderados con sus semejantes y destructivos con el hábitat ciudadano y el
ambiente natural, a la corta o a la larga se causan daño a sí mismos.
Cuando Aristóteles, en el tomo 1 de su “Política”, definió al hombre como lo que en caracteres romanos equivale a “zoon politikon”, y en una traducción rápida a “animal político” estaba diciendo algo más que eso. Siguiendo a Kitto, esa expresión debe ser interpretada como que “el hombre es una criatura que vive en una polis”, porque un humano solo lo es en un marco en el cual pueda realizar sus aptitudes morales e intelectuales.
Consiguientemente,
los griegos, y particularmente los atenienses, despreciaban a los ciudadanos
que no contribuían a la gestión de los asuntos comunes de la polis y al
perfeccionamiento de sus instituciones. Y los llamaban “idiotes” o “idiotis” —de “idios”, particular, privado—, y eran quienes desoían sus responsabilidades como
ciudadanos para ocuparse únicamente de sus propios asuntos.
Cuando
desapareció la polis, y con ella el compromiso espiritual y vital con el
organismo social, el significado de la voz “idiota” tomó otros rumbos: como
término psiquiátrico, para designar la carencia grave de facultades psíquicas;
en el lenguaje popular, para designar a personas con escasas luces.
Pero,
a mi modo de ver, hay una definición que condensa las tres acepciones de
“idiota” mencionadas: la que designa a la persona que no es consciente de las
consecuencias de sus actos, o se desentiende de estas. O sea, el que actúa
irresponsablemente dentro de una comunidad, en perjuicio de ella y, en
definitiva, en detrimento propio.
Carlo
Maria Cipolla, de quien ya he hablado en otra parte, destaca los efectos
catastróficos que tiene la idiotez cuando está muy extendida en una sociedad, a
causa de que suele manifestarse en todos los ámbitos —familiar, laboral,
social, político—. Por eso, sin perjuicio de lo que hagamos por mejorar cada
uno de los espacios en que estamos insertos, no debemos perder de vista que la
idiocia, en su contenido universal, es un ingrediente omnipresente en todos
nuestros males, al cual se debe identificar en su carácter de concausa y
combatir de modos específicos.
Uno de esos modos es el que han encontrado quienes crearon la Fundación por un Mundo con Menos Idiotas, cuya página invito a visitar:
http://www.facebook.com/MenosIdiotas
Podrá decirse que es superficial o parcial, o interponer otros mil reparos. Pero no seamos idiotas: a nadie se le impide hacerlo mejor.
Si puede.
sábado, 1 de diciembre de 2012
jueves, 29 de noviembre de 2012
Cristina y Dilma, incomparables
Foto: taringa.net
Las vidas
incomparables de Dilma y Cristina
Por Ricardo Roa
29/11/12
El libro
preferido de Perón era “Vidas Paralelas”, la solemne y monumental obra de
Plutarco. Eran biografías de personajes gigantes de la historia griega y
romana, como Alejandro Magno y Julio César, agrupados en parejas para comparar
las dos culturas.
En un sentido,
las vidas de Dilma Rousseff, de visita ahora en la Argentina y de
Cristina Kirchner son paralelas.
Ambas son
mujeres, de edades parecidas y presidentes. Y también comparten cierto parentesco ideológico. Pero ahí termina
todo el paralelismo.
Dilma Rousseff
es la antítesis de Cristina, por ejemplo en la lucha contra la corrupción
. En los dos años que lleva en el poder, la presidente brasileña echó a siete
ministros, entre ellos a su jefe de Gabinete, acusados de negocios turbios. El
último caso sucedió este fin de semana, cuando destituyó a la principal
colaboradora del gobernador de San Pablo.
Casi todas esas
decisiones se originaron en denuncias de la prensa. Rousseff las tomó
sin victimizarse ni pretender que detrás de las publicaciones existían
operaciones destituyentes de los medios.
Contraste
feroz: aquí, el vicepresidente Boudou acaba de viajar en jet privado a Puerto
Madryn. Allí se exhibió buceando mientras aquí le llueven pruebas que lo
involucran más en el escándalo Ciccone, donde está imputado por los
delitos de enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con la función
pública.
Ciccone estaba
en quiebra y la salvó la AFIP a pedido de Boudou, después de ser comprada por
un fondo fantasma. La empresa consiguió del Gobierno un contrato millonario
para imprimir nada menos que billetes. Y cuando estalló el escándalo, la
estatizaron. En el medio cayeron el jefe de los fiscales, el juez y el fiscal
de la causa por presión de Boudou.
Y nadie sabe
aún quién es el dueño del fondo.
Pese a todo, Cristina no encontró nada raro.
Dilma Rousseff
es una mujer dura pero no agrede a la oposición ni a los opositores.
Jamás se la
oyó insultar o escrachar a nadie. Habla con los medios y da conferencias de
prensa.
Ni hace falta
decir lo que Cristina hace acá.
Muy pocas
veces Rousseff ha usado la cadena
nacional.
Cuando lo hizo
fue para definir políticas de Estado, sin coro de aplaudidores. No es la de la
presidente la voz más escuchada en Brasil: es ella la que oye y la que
responde. Y la publicidad oficial se distribuye democráticamente.
Otra contracara
es la fuerza que pone en combatir la inflación, a la que, como
cualquiera, considera un impuesto que castiga a los más pobres. Allí es del
5,4%; aquí, bien medida, anda por el 25%. La inflación ha desaparecido del
ranking de preocupaciones de los brasileños.
Hace más de una década que Dilma Rousseff lleva en el partido del
poder y no ha hecho ninguna fortuna. Un Plutarco contemporáneo
desistiría de escribir una biografía comparada de las dos. En realidad, no
podría.
martes, 27 de noviembre de 2012
jueves, 22 de noviembre de 2012
Gaza: "Ellos tienen miedo; nosotros morimos"
Foto: telegraph.co.uk
Mohammed al-Khoudry
mira la pila de escombros de una casa donde el martes murieron dos niños y su
padre. “He tratado de entender a los israelíes, de veras. Trabajé en una granja
en Israel. Hablo hebreo. Miro sus noticieros. Todo el tiempo hablan de miedo.
De que tienen que correr a sus refugios para esconderse de los cohetes. De que
sus hijos no pueden dormir por las sirenas. No es una buena forma de vida para
ellos”, dice Khoudry, que se las arregla para vivir cultivando sus propios
productos.
“Los palestinos no
hablamos de miedo, hablamos de muerte. Nuestros cohetes los asustan; sus
cohetes nos matan. No tenemos refugios antibombas, no tenemos sirenas, no
tenemos dónde llevar a nuestros niños y mantenerlos a salvo. Ellos están
asustados. Nosotros estamos muriendo”, remarca.
Foto: nation.com.pk
domingo, 18 de noviembre de 2012
Gaza, la prisión al aire libre más grande del mundo
Gaza, hoy - Foto: emol.com.
Por Noam
Chomsky
Incluso una
sola noche en la cárcel es suficiente para tener una idea de lo que significa
estar bajo el control total de alguna fuerza externa. Y difícilmente se
requiere más de un día en Gaza para apreciar lo que debe ser
tratar de sobrevivir en la prisión al aire libre más grande del mundo, donde
alrededor de 1,5 millones de personas en una franja de territorio de
aproximadamente 140 millas cuadradas (unos 360 kilómetros cuadrados) están
sometidas al terror y al castigo arbitrario, al azar. Sin más propósito que
humillar y degradar.
Esa crueldad es
para asegurarse de que las esperanzas palestinas de un futuro decente sean
destrozadas, y que el abrumador apoyo mundial para un arreglo diplomático que
conceda los derechos humanos básicos sea nulificado. El liderazgo político
israelí ha ilustrado de manera dramática este empeño en los últimos días,
advirtiendo que enloquecerá si los derechos de los palestinos reciben incluso
un reconocimiento limitado por parte de Naciones Unidas. Esta
amenaza de enloquecer (nishtagea) –es decir, lanzar una dura
respuesta– está profundamente arraigada, remontándose a los gobiernos
laboristas de los años 50, junto con el relacionado complejo de Sansón:
Si nos desafían, derribaremos los muros del templo a nuestro alrededor.
Hace 30 años,
los líderes políticos israelíes, incluidos algunos notables militaristas,
presentaron al primer ministro Menajem Begin un asombroso
informe sobre cómo los colonos en Cisjordania regularmente
cometían actos terroristas contra los árabes ahí, con total impunidad.
Disgustado, el prominente analista político-militar Yoram Peri
escribió que la tarea del ejército israelí, al parecer, no era defender al
Estado, sino demoler los derechos de personas inocentes sólo porque son araboushim
(un duro epíteto racial) que viven en territorios que Dios nos prometió.
Los gazatíes
han sufrido un castigo particularmente cruel. Hace 30 años, en su biografía The
Third Way, el abogado Raja Shehadeh describió la
desesperada tarea de tratar de proteger los derechos humanos fundamentales
dentro de un sistema legal diseñado para garantizar el fracaso, y su
experiencia personal como samid, un inquebrantable, que vio su casa
convertida en prisión por obra de ocupantes brutales y no pudo hacer nada, sino
soportarlo de algún modo. Desde entonces, la situación ha empeorado mucho.
Los Acuerdos de
Oslo, celebrados con mucha pompa en 1993, determinaron que
Gaza y Cisjordania son una sola entidad territorial. Para ese entonces, Estados
Unidos e Israel ya habían iniciado su programa para
separar a Gaza y Cisjordania, así como para bloquear la solución diplomática y
castigar a los araboushim en ambos territorios. El castigo para los gazatíes
se volvió incluso más severo en enero de 2006, cuando cometieron un crimen
importante: Votaron de la manera equivocada en la primera elección libre en el
mundo árabe, eligiendo a Hamas.
Mostrando su
anhelo de democracia, Estados Unidos e Israel, respaldados por la tímida Unión
Europea, inmediatamente impusieron un estado de sitio brutal, junto
con ataques militares. Estados Unidos recurrió de inmediato a su procedimiento
operativo estándar cuando una población desobediente elige al gobierno
equivocado: preparar un golpe de Estado militar para restablecer el orden. Los gazatíes
cometieron un crimen aún mayor un año después al bloquear el intento de golpe
de Estado, lo que condujo a una intensificación del estado de sitio y los
ataques. Estos culminaron en el invierno de 2008-09, con la Operación Plomo
Fundido, uno de los más cobardes y viciosos ejercicios de fuerza militar en la
historia reciente: una población civil indefensa, atrapada, fue sometida a un
ataque incesante por parte de uno de los sistemas militares más avanzados del
mundo, dependiente de armas estadounidenses y protegido por la diplomacia de Washington.
Por supuesto,
hubo pretextos; siempre los hay. El común, sacado a relucir cuando se necesita,
es la seguridad: en este caso, contra cohetes de fabricación casera lanzados
desde Gaza. En 2008, se estableció una tregua entre Israel y Hamas. Ni un solo
cohete de Hamas fue disparado hasta que Israel rompió la tregua bajo la
cubierta de la elección estadounidense el 4 de noviembre, invadiendo Gaza sin
una buena razón y matando a media docena de miembros de Gaza. Sus más altos
funcionarios de espionaje aconsejaron al gobierno israelí que la tregua podría
ser renovada relajando el bloqueo criminal y poniendo fin a los ataques
militares. Pero el gobierno de Ehud Olmert –él mismo, según se
dice, amante de la paz– rechazó estas opciones, recurriendo a su enorme ventaja
en la violencia: la Operación Plomo Fundido.
El
internacionalmente respetado defensor de los derechos humanos gazatíes Raji
Sourani analizó el patrón del ataque bajo la Operación Plomo Fundido.
El bombardeo se concentraba en el norte, haciendo blanco en civiles indefensos
en las áreas más densamente pobladas, sin una posible base militar. El
objetivo, sugiere Sourani, quizá haya sido impulsar a la población intimidada
hacia el sur, cerca de la frontera con Egipto. Pero los
samidin no se movieron. Un objetivo adicional podría haber sido empujarlos más
allá de la frontera. Desde los primeros días de la colonización sionista se
argumentó que los árabes no tenían razón real para estar en Palestina:
pueden ser igual de felices en cualquier otra parte, y deberían irse;
cortésmente transferidos, sugirieron los menos militaristas.
Esto
seguramente no es de poca importancia para Egipto, y quizá sea una razón por la
cual El Cairo no abre las fronteras libremente a los civiles o
incluso a los suministros desesperadamente necesitados. Sourani y otras fuentes
reconocidas han observado que la disciplina de los samidin oculta un
barril de pólvora que podría explotar en cualquier momento, inesperadamente,
como la primera Intifada en Gaza en 1987, después de años de represión. Una
impresión necesariamente superficial después de pasar varios días en Gaza es el
asombro, no sólo ante la capacidad de los gazatíes para seguir adelante con su
vida, sino también ante la vitalidad entre los jóvenes, particularmente en la
universidad, donde asistieron a una conferencia internacional.
Pero uno puede
detectar signos de que la presión podría volverse demasiado difícil de
soportar. Los reportes indican que se fermenta la frustración entre los
jóvenes; un reconocimiento de que bajo la ocupación estadounidense-israelí el
futuro no les depara nada. Gaza tiene la apariencia de un país del Tercer
Mundo, con reductos de riqueza rodeados por una horrible pobreza. Sin embargo,
no está poco desarrollada. Más bien está de-desarrollada y muy
sistemáticamente, para tomar prestado el término de Sara Roy,
la principal especialista académica sobre Gaza.
La Franja de
Gaza pudiera haber llegado a ser una región mediterránea próspera, con una rica
agricultura y una floreciente industria pesquera, maravillosas playas y, como
se descubrió hace una década, buenas perspectivas de extensos suministros de
gas natural dentro de sus aguas territoriales. Por coincidencia o no, fue
entonces cuando Israel intensificó su bloqueo naval. Las perspectivas favorables
fueron abortadas en 1948, cuando la Franja tuvo que absorber a una inundación
de refugiados palestinos que huían del terror o fueron expulsados por la fuerza
de lo que se convirtió en Israel; en algunos casos meses después del cese al
fuego formal.
Las conquistas
de 1967 de Israel y sus consecuencias asestaron golpes adicionales, y los
crímenes terribles continúan hasta la actualidad. Los signos son fáciles de
ver, incluso durante una breve visita. Sentado en un hotel cercano a la costa,
uno puede oír el fuego de ametralladoras de lanchas cañoneras israelíes que
ahuyentan a los pescadores de las aguas territoriales de Gaza y los obligan a
acercarse a tierra, forzándolos a pescar en aguas que están fuertemente
contaminadas debido a la negativa estadounidense-israelí de permitir la
reconstrucción de los sistemas de drenaje y electricidad que destruyeron. Los
Acuerdos de Oslo incluyeron planes para dos plantas de desalinización, una
necesidad en esta región árida.
Una instalación
avanzada fue construida: en Israel. La segunda está en Khan Yunis,
en el sur de Gaza. El ingeniero a cargo en Khan Yunis explicó que esta planta
fue diseñada de manera que no pueda usar agua de mar, sino que debe depender
del líquido subterráneo, un proceso más barato que degrada más el escaso manto
acuífero, garantizando problemas en el futuro. El suministro de agua sigue
estando gravemente limitado. El Organismo de Obras Públicas y Socorro
de las Naciones Unidas (OOPS), que atiende a los refugiados, pero no a
otros gazatíes, dio a conocer recientemente un informe que advierte que el daño
al acuífero podría volverse irreversible pronto, y que sin una rápida acción de
remedio Gaza podría dejar de ser un lugar habitable para 2020.
Israel permite
que entre concreto para los proyectos del OOPS, pero no para
los gazatíes involucrados en los enormes esfuerzos de reconstrucción. El
limitado equipo pesado permanece en su mayor parte ocioso, ya que Israel no
permite el ingreso de materiales para la reparación. Todo esto es parte del
programa general que Dov Weisglass, un asesor del primer
ministro Olmert, describió después de que los palestinos no siguieron las
órdenes en las elecciones de 2006: “La idea –dijo– es poner a dieta a los
palestinos, pero no hacerlos morir de hambre”.
Recientemente,
después de varios años de esfuerzos, la organización israelí de derechos
humanos Gisha logró obtener una orden judicial para que el gobierno dé a
conocer sus registros que detallan los planes para la dieta. Jonathan
Cook, un periodista basado en Israel, los resume así: “Funcionarios de
salud ofrecieron cálculos de la cantidad mínima de calorías necesarias para que
el millón y medio de habitantes de Gaza evitaran la desnutrición. Esas cifras
fueron luego traducidas a los cargamentos de alimentos que Israel permitiría
que ingresaran cada día, un promedio de apenas 67 camiones –mucho menos de la
mitad del mínimo requerido– entraría en Gaza diariamente. Esto comparado con
más de 400 camiones antes de que empezara el bloqueo”.
El resultado de
imponer la dieta, observa el experto en Medio Oriente Juan Cole,
es que “alrededor de 10 por ciento de los niños palestinos en Gaza menores de
cinco años han visto afectado su crecimiento por la desnutrición. Además, la
anemia está extendida, afectando a dos terceras partes de los infantes, a 58,6
por ciento de los niños en edad escolar, y a más de un tercio de las madres
embarazadas”.
Sourani, el
defensor de los derechos humanos, observa que lo que se debe tener en mente es
que la ocupación y el cierre absoluto son un ataque constante contra la
dignidad humana del pueblo de Gaza, en particular, y de todos los palestinos,
en general. Son la degradación, humillación, aislamiento y fragmentación
sistemáticas del pueblo palestino. Esta conclusión ha sido confirmada por muchas
otras fuentes. En The Lancet, una importante
publicación médica, Rajaie Batniji, un médico de Stanford
visitante, describe a Gaza como una especie de laboratorio para observar
la ausencia de dignidad, una condición que tienen efectos devastadores en el
bienestar físico, mental y social. La vigilancia constante desde el
cielo, el castigo colectivo a través del bloqueo y el aislamiento, la intrusión
en las casas y las comunicaciones, así como las restricciones sobre quienes
tratan de viajar, casarse o trabajar dificultan vivir una vida digna en Gaza,
escribe Batniji.
Los araboushim
deben ser enseñados a no levantar la cabeza. Había esperanzas de que el nuevo
gobierno de Mohammed Morsi en Egipto, que es menos servil con
Israel que la dictadura de Hosni Mubarak respaldada por
Occidente, pudiera abrir el Cruce de Rafah, el único acceso de
Gaza hacia el exterior que no está sujeto al control israelí directo. Ha habido
una ligera apertura, pero no mucha. La periodista Laila el-Haddad
escribe que la reapertura bajo el gobierno de Mosri “es simplemente un regreso
al statu quo del pasado: solo los palestinos que porten tarjetas de
identificación de Gaza aprobadas por Israel pueden usar el Cruce de Rafah”.
Esto excluye a
muchísimos palestinos, incluida la propia familia de El-Haddad, donde sólo un
cónyuge tiene una tarjeta. Además, continúa, el cruce no conduce a Cisjordania,
ni permite el paso de bienes, el cual está restringido a los cruces bajo
control israelí y sujeto a prohibiciones sobre los materiales de construcción y
las exportaciones. El restringido Cruce de Rafah no cambia el hecho de que Gaza
sigue bajo hermético estado de sitio marítimo y aéreo, y continúa estando
cerrado a las capitales culturales, económicas y académicas en el resto (de los
territorios ocupados por Israel), en violación de las obligaciones
israelí-estadounidenses según los Acuerdos de Oslo.
Los efectos son
dolorosamente evidentes. El director del hospital de Khan Yunis, que también es
jefe de cirugía, describe con enojo y pasión cómo incluso faltan las medicinas,
lo cual deja a los médicos impotentes y a los pacientes en agonía. Una joven
habla sobre la enfermedad de su difunto padre. Aunque él hubiera estado
orgulloso de que ella fuera la primera mujer en el campamento de refugiados en
obtener un título avanzado, dice, “murió después de seis meses de combatir el
cáncer, a los 60 años. “La ocupación israelí le negó un permiso para ir a
hospitales israelíes en busca de tratamiento. Yo tuve que suspender mis
estudios, mi trabajo y mi vida para ir a sentarme al lado de su cama. Todos nos
sentamos, incluido mi hermano el médico y mi hermana la farmacéutica,
impotentes e inútiles, observando su sufrimiento. Murió durante el inhumano
bloqueo de Gaza en el verano de 2006 con muy poco acceso a servicios de salud.
Pienso que
sentirse impotente e inútil es el sentimiento más aniquilador que puede tener
un ser humano. Mata el espíritu y rompe el corazón. Se puede combatir la
ocupación, pero no se puede combatir tu propia sensación de ser impotente. Ni
siquiera se puede disolver ese sentimiento.
Un visitante en
Gaza no puede evitar sentir disgusto ante la obscenidad de la ocupación,
agravado por la culpa, porque está a nuestro alcance poner fin al sufrimiento y
permitir que los samidin disfruten de las vidas de paz y dignidad que merecen.
La más reciente
colección de columnas de Noam Chomsky es Making the Future: Occupations,
Interventions, Empire and Resistance. Es profesor emérito de Lingüística y
Filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)
en Cambridge, Massachusetts.
jueves, 8 de noviembre de 2012
¿Ni "oligarquía", ni "neocolonialismo progre"?
Llegó
el 8N: ¿y ahora?
Primero, empecemos por ponerlo en su
lugar: el 8N son unas horas en nuestra vida. Que tendrán su influencia, pero no
bastan para que la decisión que adoptemos determine el futuro del país y el
nuestro. El 8N (también para quienes lo rechazan) es un momento en una
construcción que abarca todos nuestros días, desde el primero hasta el último.
O sea, no nos releva de otros y más profundos compromisos.
Segundo, hay que verlo como un montaje
colectivo, y que, como tal, tendrá aspectos con los cuales coincidiremos y
otros con los cuales no. Forzosamente, habrá que sopesarlos, lo cual no
significa que tengamos que pensar binariamente, pero sí que nuestro matizado
análisis tendrá por resultado una alternativa: salimos a la calle, o no.
Para mí es un dilema, porque muchos de los
convocantes levantan banderas reaccionarias a las cuales no quiero favorecer
con mi presencia. Pero, por el otro lado, el gobierno nos ajusta cada vez más
la soga alrededor del cuello, mientras su política de saqueo y depredación nos
arrastra a un precipicio como nunca hemos conocido en nuestra historia, porque
no solo es devastada la economía, sino que nos envenena a nosotros, y a nuestro
suelo, nuestra agua y nuestro aire.
Entonces, vuelvo al principio: la decisión de manifestarnos, o no, es una de las muchas que tenemos y tendremos que tomar. Y más importante que tomar una resolución es hacerlo reflexivamente. Para ello voy a pedirles a los queridos y admirables compañeros de las asambleas ciudadanas riojanas que me ayuden a pensar. Ellos emiten hoy una declaración que titulan “8N: Ni oligarquía ni neocolonialismo progre”. Y más allá de que su decisión de no sumarse pueda ser muy correcta, parten de bases falsas: no hay una “oligarquía” —como la conciben— enfrentada a un neocolonialismo “progre” inexistente. Los saqueadores hoy están haciendo sus rapiñas gracias al peronismo (que no es “progre”, sino en aspectos no estructurales), y no merced a acuerdos con aquella “oligarquía”. Que, fijémonos en este dato revelador, está presente en el título... pero no en el desarrollo. Por una razón muy simple: si tuvieran que definirla no podrían aludir a cien o quinientas familias aristocráticas, sino a una famiglia presidencial y su camarilla de chambelanes y consejeros, un selecto grupo de funcionarios con poder de enriquecer o fundir, veinte gobernadores, unos cuantos intendentes de comunas grandes como provincias y un puñado de amigos-testaferros del poder. Esa es la oligarquía, hoy, y es la impulsora en la Argentina del neocolonialismo, el extractivismo y la acumulación por desposesión. Por lo tanto, plantean una alternativa entre dos entes imaginarios, que en realidad es uno solo, y ni parecido a estos, el cual, si lo definieran correctamente, los determinaría a la decisión contraria.
Yo no voy a exponer mi resolución respecto de la convocatoria de hoy, porque no la tengo y no la tendré hasta la hora señalada. Pero puedo colaborar, como lo he hecho más arriba, intentando despejar algunas confusiones. Y la más peligrosa, como que lleva casi setenta años de acción tóxica, es que el peronismo es amigo de los humildes, siendo que es sirviente y cómplice de los patrones. Porque no hay nada capaz de hacer más daño a los trabajadores y los humildes que el peronismo. No porque no haya otros nódulos de pensamiento más derechista y de ideas más retrógradas (que los hay, y hoy estarán manifestándose), sino porque estos son políticamente impotentes, ya que jamás podrían alcanzar ninguno de sus objetivos sin el apoyo o el consentimiento del peronismo. Más, aún, sin la existencia misma del movimiento creado por Perón y Evita.
No la voy a hacer larga ahora dando ejemplos de esto, porque prácticamente durante años no he escrito de otra cosa. Así que nos veremos —o no, quién sabe— esta tarde en calles y plazas.
Pero donde seguro nos encontraremos será allí donde haya compañeros dispuestos a mirar la realidad de frente.
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viernes, 2 de noviembre de 2012
Florencia Etcheves, caso testigo
Esta tarde Florencia Etcheves estuvo con
Tenembaum en Radio Mitre, para promocionar su novela. No tengo el menor interés
en escuchar las ramplonerías de esa periodista porque mis neuronas, como las de
cualquiera, no son inmunes al contagio. Pero, igual, llegué a oír,
entrecortadamente, una historia de que había ido a visitar una Virgen que llora
sangre. No cualquiera, sino una de las cinco cuyos casos están aceptados por la
Iglesia, dijo. Un Etcheves auténtico: como si la opinión del Vaticano fuera
determinante para decidir si un mazacote de yeso, o un aparato de maderas,
cartón pintado y trapos puede llorar, o consumar cualquier otra función
biológica.
A la periodista le asombró también que la
imagen estuviera en un sótano, sin custodia de ningún tipo y, sobre todo, que
fuera pequeña, de alrededor de un metro de alto, como si esto fuera un
obstáculo extra para llorar sangre.
El tema me interesó, así que estuve buscando en
internet historias de vírgenes que lloran (y, si es sangre, mejor todavía). La
red no me defraudó: les recomiendo que hagan lo mismo, porque es... ¿cómo
decirlo?, bueno, un paseo por toda la gama de la deficiencia mental y moral.
Pero fui más lejos: hasta la página de la
editorial de la obra en cuestión, o sea Planeta. ¿Qué creen?: ¡la editorial y
la autora son tal para cual! Vean, si no, la página correspondiente a la
novela:
(Cliquear sobre la imagen
para ampliarla.)
Lado izquierdo: tapa del libro y, al lado, sus
datos. La tapa dice “Etcheves”, al lado, “Etchevez”, y abajo, en
la sinopsis, de nuevo “Etcheves”.
Lado derecho, datos del autor: “Etchevez,
Florencia / Florencia Etcheves nació en...”.
Ya pueden ver qué rigor y prolijidad exhiben
los editores.
Fui, finalmente, a la cuenta de Twitter de la
autora. Vi esto:
(Cliquear sobre la imagen
para ampliarla.)
Sí: la autora del libro escribe “virgen”
con acento gráfico. Pero no es todo. Hoy, en los pocos tweets de ella que leí, encontré
dos de solo tres palabras con seis errores cada uno, y uno de una sola palabra
(ficción) con tres errores, lo cual debe de ser récord mundial.
Vuelvo, entonces, al principio: ¿de qué es caso
testigo Etcheves? Del deterioro brutal de nuestra educación, que alguna vez
fue la mejor de Hispanoamérica y hoy (como lo demuestran las pruebas PISA) está
en los lugares más bajos.
Y a nadie le importa. Menos que menos, a las
autoridades educacionales. Porque Etcheves, para poder trabajar en TV, debe
tener, al menos, título primario. Y puede ser tan inculta como quiera, y nadie
puede castigarla por eso. Pero el Ministerio de Educación (nacional, y los de
las distintas jurisdicciones) deben vigilar que nadie obtenga un diploma que no
esté respaldado por haber alcanzado las metas de cada curso. A Etcheves deben
dejarla tranquila, repito. Pero tienen que ir a los registros e identificar las
instituciones, los directivos, los docentes y los inspectores que le otorgaron
los certificados indebidos, y demandarlos por defraudación al fisco, porque
cobraron dinero por una tarea que no cumplieron. Y hacerlo así con todos los
casos que detecten.
Para terminar, y con ánimo de colaborar, por si
no se les ocurre ningún otro terreno que investigar, les doy un filón: la
película “La educación prohibida”. Los créditos y los diálogos del filme, así
como su página web, ostentan la más completa colección de errores que pueda
imaginarse, incluidos los propios nombres de los autores en las notas que
firman.
(¿Y si lo hicieron a propósito: para poner de
manifiesto las falencias de nuestro sistema educacional? ¡Qué astutos!)
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La presidenta condenó los desalojos... en España
Ave negra.
Uno cree que ya no habrá discurso de cfk que pueda
asombrarlo. Pero no: cada nueva pieza oratoria de la presidenta sorprende por
un nuevo y florido derroche de ignorancia y cinismo.
Ayer, 2/11/12, se escandalizó por los desalojos en
Europa, ella que fundó su fortuna desalojando a deudores atrapados por la 1050
de la dictadura. Para mal de males, lo hizo en un párrafo que empezó así: “El
otro día leía de los desahucios [desalojos] en España, yo me acuerdo lo
que hicimos acá nosotros también...”*. ¿A quién no se le detuvo el
corazón, pensando en un súbito y asombroso arrepentimiento? Pero no, nada que
ver, tranquilos: la presidenta es lo que es.
Hubo más:
sabemos que el comienzo de la fortuna de los K se relaciona con su actividad de
aves negras. Pero eso —500.000 dólares— fue una bagatela con lo que amasaron
una vez llegados a la presidencia: 17 millones de dólares (hablo de lo que
blanquearon) mientras entregaban su vida al bien de la patria. No obstante, en
el discurso de ayer, cfk, refiriéndose a quienes no dejan de pensar en
enriquecerse más, dice: “...cuando uno ve tanto dolor y ve —por otro lado—
tanto egoísmo y tanta mezquindad, te juro que no es que sentís rabia, no, no,
no, sentís dolor. Porque yo digo: ‘¿Cuánto más quieren, cuántos bifes se pueden
comer por día, en cuántos autos andan al mismo tiempo, en cuántas casas viven
al mismo tiempo? ¿Qué es lo que quieren?’”. Lo digo sinceramente:
creo que la cara de cfk puede resistir la explosión de una bomba atómica sin
una rayadura.
No voy a
criticar el pago de la deuda, porque mi posición, largamente explicada en los
últimos veinte años, no es no pagarla como panacea, sino saber por qué y en
beneficio de quién se paga o no se paga. Porque, en las actuales circunstancias,
crear un superávit en las cuentas públicas es puramente en beneficio de los
están a la pesca de un peso suelto para llevarlo a sus bolsillos. Y eso es más
poder para ellos.
O sea, mi
postura es de clase, y no nacionalista. Pero no puedo dejar de señalar el
bochornoso espectáculo de los que hicieron del no pago su bandera, y ayer
aplaudían y ovacionaban a la presidenta cuando hipaba “¡Vamos a pagar, vamos
a pagar! ¡Con dólares!”. El peronismo da para eso. Y mucho más.
¿Y qué decir de
la “campaña antiargentina”?: todos los que son como ellos utilizan ese recurso,
que es el último reducto de los pillos. ¿Qué más hace falta agregar?
Pero, entre
tantas cosas sombrías, hubo lugar también para la metida de pata intrascendente
(en relación con el resto). Explicó cfk, refiriéndose a la expresión “quinta
columna” que “Zannini, que es más culto que
yo”, le contó que fue una expresión del general republicano Mola,
que cuando iba a atacar Madrid dijo que disponía de cuatro columnas de ejército
y una dentro de la ciudad, el pueblo. Mola era franquista, y cualquiera que
sepa un poquito de historia sabrá que los republicanos no podían atacar a
Madrid, porque estaban allí y la ciudad se mantuvo leal hasta el fin. Y que el
concepto “quinta columna” se refiere a una minoría emboscada, y nunca al pueblo
en su totalidad.
Si Zannini, que
se mandó semejantes patinadas, es más culto que ella, ya sabemos a qué
atenernos.
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domingo, 28 de octubre de 2012
Walter Saavedra tuvo una erección
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Walter Saavedra.
Entiendo perfectamente que esa noticia, en
abstracto, no es importante y, además, traspasa las fronteras del decoro. Pero
hay varias razones para que merezca ser comentada, y a ellas voy.
Saavedra es un relator de fútbol que sigue la
campaña de Boca en los micrófonos de Radio Mitre. Esta tarde yo estaba ocupado
en mis asuntos cuando, a la hora que calculé que habría terminado el clásico,
prendí esa radio para conocer el resultado. Justo como para escuchar en el
relato de Saavedra el segundo gol de Boca y el final del partido. Entonces, en
medio de un torrente de desatinos, vociferó: “¡Boca, sos mi viagra! ¡Ayer
cumplí 56 años, y ahora, en este mismo momento, tengo una erección! ¡Gracias,
Boca, sos mi vida...!”, etcétera.
No es mi costumbre escuchar transmisiones de
partidos de fútbol, pero recuerdo que, ocasionalmente, hace algo más de una
década llegué a apreciar el enfoque de Saavedra sobre el fenómeno sociopolítico
del fútbol y su entorno. Por eso, cuando una tarde el de la papa en la boca
(¡cómo, que no sabe a quién me refiero!) leyó el “poema” que transcribo más
abajo y se lo atribuyó a Saavedra, no podía creerlo. Pero tuve la confirmación
por diversas vías, y la más directa fue que cuando volví a escuchar al relator
de Mitre comprobé que había enloquecido: algo que puede ratificar cualquiera
que sintonice esa radio en la audición de Saavedra.
Volviendo a la erección de nuestro
Príapo, es cierto que las pulsiones libidinales pueden estar dirigidas a una
infinita variedad de objetos del mundo exterior. Pero llevadas hasta el punto
de la manifestación orgánica da para pensar cómo se hará para obtener la
satisfacción a la que aspiran: ¿algo con la pelota?, ¿con el arco?, ¿con
Falcioni?
Hace unos veinte años que tropecé
con otra forma de afectividad desviada en alguno de quien no me la esperaba,
que me dijo, en tren de confidencia íntima, que cierto modelo de auto que
acababa de salir lo “calentaba”. Esa confesión marcó el comienzo de un
sostenido deterioro de las cualidades intelectuales y humanas de la persona en
cuestión. Igual que lo que le sucedió a Saavedra con su “poema”, que postula
que quien no jugó al fútbol no sabe qué es el amor, ni la solidaridad, ni la
música, ni la vida. O sea, despoja de la condición humana a miles de millones
de personas contemporáneas y a otras muchas más del pasado.
Pese a este alarde de despotismo —o
gracias a él— el engendro cuenta con el aval unánime de quienes se identifican
como hinchas, según puede comprobarse en internet. A punto tal que, como la
estructura es sencilla —un repertorio de circunstancias o sentimientos humanos,
positivos y negativos, llevado al fútbol— se pueden encontrar decenas de
versiones distintas, según el transcriptor de turno decida agregar o quitar
situaciones de acuerdo con su gusto. Incluso, aparece con distintos nombres. La
que sigue es una de esas versiones. Si a usted le parece que de alguna forma ya todo esto estaba dicho en la película "El hincha", de Enrique Santos Discépolo, tiene razón.
Poema del fútbol
Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un
club.
Cómo vas a saber lo que es el dolor si jamás el zaguero te rompió la
tibia y el peroné y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí.
Cómo vas a saber lo que es el placer si nunca diste una vuelta
olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el cariño si nunca la acariciaste de
chanfle entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red.
Escuchame... cómo vas a saber lo que es la solidaridad si jamás
saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la poesía si jamás tiraste una gambeta.
Cómo vas a saber lo que es la humillación si jamás te metieron un
caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal
parado en un contragolpe.
Cómo vas a saber lo que es morir un poco si jamás fuiste a buscar la
pelota dentro del arco.
Decime viejo... cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te
paraste bajo los tres palos a 12 pasos de uno que te quería fusilar y terminar
con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el barro si nunca te tiraste a los pies de
nadie para mandar una pelota sobre un lateral.
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo si nunca hiciste una de más
cuando tenías que dársela al 9 que estaba solo.
Cómo vas a saber lo que es el arte si nunca, pero nunca inventaste
una rabona.
Cómo vas a saber lo que es la música si jamás cantaste en la popular.
Cómo vas a saber lo que es la injusticia si nunca te sacó tarjeta
roja una referí localista.
Decime... cómo vas a saber lo que es el insomnio si jamás te fuiste
al descenso.
Cómo vas a saber lo que es el odio si nunca hiciste un gol en contra.
Cómo vas a saber, querido amigo, cómo vas a saber lo que es la vida
si nunca jamás jugaste al fútbol.
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