Las elecciones en Israel y las
Escrituras hebreas
El martes 17 hubo elecciones en Israel. Más del 50 % de los votos se los llevaron entre Benjamín Netanyahu, que prometió que en caso de ser electo procedería a la anexión de los Sudetes (perdón: de un tercio de Cisjordania), y Benny Gantz, quien se jactó de que sus bombardeos, cuando era jefe del Estado Mayor Conjunto, “devolvieron a Gaza a la Edad de Piedra”.
Ellos son la derecha moderada del
Estado hebreo. Sumándoles la ultra, alcanzan el 81 % de los votos (cómputos no
definitivos), un porcentaje curiosamente parecido al que, juntos, obtuvieron los tres binomios íntegramente peronistas más votados en las PASO.
Ahora bien, ¿de dónde salen las ideas de ese 81 %?
Hoy, en infobae.com,
un rabino, Fishel Szlajen, nos ayuda (involuntariamente) a encontrar una
respuesta, porque desarrolla la idea de que la Biblia contiene un marco
normativo que guía la ética del creyente*.
Este rabino titula su nota “La cultura bíblica como
proyección para una metodología ética”. ¿Será cierto que la Biblia nos conduce a valorar y forjar las guías para nuestro comportamiento?
Tomemos —tome usted también, lector, si le parece—, por ejemplo, el
episodio de la salida del pueblo hebreo de Egipto (Éxodo 5:22 – 14:31),
historia sin parangón en el mundo por la asombrosa acumulación de malignidad y
torpeza que contiene. En síntesis, Jehová castiga a todos los egipcios porque
él endurece el corazón del Faraón para que no deje salir a los judíos. O
sea, si los judíos no salen es porque Jehová no quiere. Pero tortura y
mata a los egipcios.
¡Quince veces endurece el corazón del Faraón para
justificar (¿ante quién?) el tormento y asesinato de gente absolutamente
inocente!
Una sola vez ablanda el corazón —en
este caso, sí, de los egipcios súbditos—… para que les entreguen todas
sus riquezas a los hebreos cuando parten.
¿No podía haber sido que ablandara el
corazón del Faraón ante el primer pedido, y así se evitaban tantas torturas y
matanzas? No, porque no habría sido sádico.
Los guionistas de la Biblia no eran sino una muestra
del pueblo más bruto, más ignorante y más maligno del área del Mediterráneo.
Pero sucedió la ocupación romana y luego la diáspora,
y los judíos se relacionaron con otras culturas mucho más avanzadas. Se
aggiornaron.
Como sabemos, hoy el pueblo judío, gracias a esas
influencias, ha dejado de ser el más bruto e ignorante.