¿Es una nueva cortina de humo?
Todos sabemos que en México, dos por tres, se producen descojonástrofes, pero nos negábamos a la idea de que también sucedieran catacumbres. Tuvo que venir nuestra presidenta, con esa valentía —rayana en la temeridad— tan suya, a revelar que las catacumbres azotan a los aztecas cada vez que pasa algo con el maíz.
Una cosa así no debe ser dicha por un presidente de otro país, ni menos por cadena nacional: es una mojada de oreja pasible de provocar un conflicto internacional. Quizás una guerra.
Pero, bueno: ya está. Y se puede ver aquí:
Momento exacto en que la presidenta, horrorizada por sus propias palabras, termina de lanzar su revelación.
Pobrecito, México: tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos.
Y de las catacumbres.
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