El Pequeño Embrollón
Deslustrado
Parece que mejora un
poquito, pero enseguida tiene una recaída brutal. Hablo de Alfredo Grande. Y
presento una de sus adulteraciones clásicas: " 'El
hecho maldito del país burgués', según la certera definición de William
Cooke", dice, refiriéndose al peronismo *. Que es algo parecido a eso, pero
diametralmente distinto, o sea "el hecho burgués del país maldito".
País maldito, país
riquísimo saqueado y envilecido por el peronismo desde hace sesenta y nueve
años. País que debería estar en la cúspide, por la relación entre recursos y
cantidad de habitantes, y que cada año se hunde otro poco, con el nacionalismo
burgués (nacionalismo burgués, ¿eh, Grande?) controlando los hilos. Sesenta y
nueve años.
Y luego Grande se enreda
en retruécanos que hacen la delicia de quienes no quieren cambiar. Que no les
importa ir cayendo hasta tanto se estrellen en el suelo. Son gustosos esos
retruécanos: algo dicen, quién sabe qué. Cada uno puede leer lo que le gusta.
Mientras.
Porque
siempre hay un mientras y un hasta. Como en el
'73-'76, o en los noventas.
Pero, ¡ay!, no solo de juegos de palabras vive el
hombre. Y cuando Grande se descuida, se sale de ellos. Y dice cosas como esta:
"En cierto sentido, es cierto
que a la izquierda del kirchnerismo solo está la pared". ¡Y
dice verdad! "En cierto sentido": en el sentido contrario. Porque lo cierto
es que a la derecha del peronismo solo está la
pared. Hablo de la derecha operativa, sustentable. No de la declamatoria. Hablo
de la derecha que consigue que en un país que produce alimentos para
trescientos millones haya mucha gente desnutrida y malnutrida; que la mayoría
de los jubilados perciban haberes de hambre; que el 40% de los trabajadores
estén en negro (¡después de nueve años de gobierno nacypop); que las
multinacionales se lleven impunemente la riqueza y dejen la
destrucción; que los funcionarios políticos de todo nivel roben a manos llenas.
Y que tras estas cosas y otras más, logre ganar las elecciones "APDV".
Y Grande no lo niega: “Pero la brecha entre los
ricos y los pobres aumenta”, admite. Sin embargo, después de todo esto, y
después de sesenta y nueve años, se pregunta, angustiado, ¿qué
será el peronismo?
A mí hace tiempo que Grande dejó de causarme gracia.
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