NOS EQUIVOCAMOS PERO NO APRENDEMOS
"Del error se
aprende", dice Gustavo Cordera en un reportaje que publica infobae.com*:
¿cuántas veces más habrá que escuchar o leer esta majadería?
Infinitas veces. Toda
la vida.
Porque la mayoría de
las personas habla sin pensar lo que está diciendo. Repite frases hechas,
clichés: "mínimo no imponible", "no se escucha bien",
"cómo va a estar el clima esta semana", "pueblos
originarios", "la profesión más antigua del mundo", "desaparecidos",
“pobre pero honrado”. Y así siguiendo.
Algunas de las
barbaridades son ideológicamente inocentes. Pero ninguna es inocua, porque
todas permiten que en los grupos neuronales se asienten juicios que corrompen
sus lógicas.
Esto de que "del
error se aprende" ha calado hondo hasta en la mismísima pedagogía —me
consta—, así como, por ejemplo, lo del "mínimo no imponible" está
también en la boca de los especialistas y los funcionarios del área respectiva.
Las bestialidades, así
como las religiones, anidan aun en cerebros que en algún aspecto del
conocimiento de la realidad tienen mérito. Pero esas parasitosis no dependen ni
forzosa ni solamente de la capacidad intelectual de una persona, sino, más
bien, de factores emocionales, ideológicos y éticos.
Termino: de los errores no se aprende nada (salvo, quizá, que "así, no")**.
De los aciertos, sí, ya que, aunque no conozcamos el porqué, gracias a ellos sí
descubrimos cómo hacer algo y obtener el resultado que nos proponíamos.
Podemos aprender a partir de un
error, pero no del fracaso en sí, sino
de la posterior reflexión acerca de las premisas y las acciones que nos condujeron a él.
Sin esa reflexión podríamos seguir experimentando y no dar jamás con el camino
correcto, porque es sabido que hay una sola o muy pocas maneras de hacer bien
algo, pero infinitas de hacerlo mal.
Vuelvo a Cordera. A
veces es un tipo inteligente y, ya ven, se descuelga con esa liviandad sobre
los errores. (Mucho peor es su cerval retractación sobre sus dichos en aquella clase-simulacro,
que eran básicamente correctos respecto de algunas mujeres, según está copiosamente
documentado en la bibliografía psicosexual.)
Pero sucede que todos
—él también— estamos muy condicionados, en un mundo en que los que mandan
quieren que seamos idiotas.
Y lo logran
masivamente.
*https://www.infobae.com/sociedad/2019/08/31/gustavo-cordera-jamas-me-arrepiento-de-mis-errores/
**Y esto, solo una ínfima minoría. Los demás, ante un fracaso, optan por repetir lo de antes pero con más furia. Ojo: y no solo en la Argentina, sino en todo el mundo. Por algo Einstein (o Rita Mae Brown, según otras fuentes) dijo eso de “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.