viernes, 11 de enero de 2019

¿Debiéramos alegrarnos del éxito espacial chino?



¿Debiéramos alegrarnos del éxito espacial chino?
Lo primero es aclarar a quiénes nos referimos con el “debiéramos”. A quiénes no: los que se piensan a sí mismos como argentinos, o seres de luz, o hinchas de River, o transexuales, etcétera, ya pueden dejar de leer sin temor a perderse algo. A quiénes sí: las líneas que siguen están dirigidas a los que enarbolan su identidad social de trabajadores, en cualquiera de sus estados: activos, desocupados, jubilados, excluidos.
Esto, porque circula un texto [véase abajo], impulsado incluso por sectores de “izquierda”, que nos llama a celebrar el éxito chino de colocar un vehículo de exploración en el lado oculto de la Luna.
Pero la nota no contiene ni un solo argumento por el cual este suceso sea venturoso para los oprimidos. ¿Qué tiene de bueno, entonces? Acá va: porque el nombre del proyecto es Chang E, y el del vehículo, Yutu. ¡Y “Chang E es la mujer de la Luna en la mitología china. Yutu es su conejo de jade. Poesía pura.”!
¡Oh! ¡Punto para los chinos! ¡¿Y qué más, qué más?!
Esto: en China, los 15 de agosto hay una celebración con pasteles llamados yuebing (torta de luna, literalmente), dulces y deliciosos, “que se venden en unas maravillosas cajas metálicas”, y la familia se reúne a comer “como se suele hacer en el occidente cristiano en el 24 de diciembre con la navidad”: o sea, ¡somos iguales!

La cuestión de la exploración espacial
Por si lo anterior no fuera suficiente argumento, el envío de “Purificación de la Blanca” (¡!) incursiona en el tema aeroespacial. Cuenta que en 2018 China realizó 38 lanzamientos (uno solo fallido): “Toda una demostración de la capacidad de expansión de China en aspectos civiles, comerciales y militares y la constatación de que tiene planes muy serios a largo plazo para el espacio”. Cuando pienso en la significación que tiene esto para los trabajadores y los oprimidos del mundo se me humedecen los ojos de emoción (¿cómo?; ¿qué? ¿“Militares”, dijo? ¿Dónde? No lo vi, mostrame dónde).
Lo cierto es que la élite capitalista (USA, la Unión Europea, Rusia, China, Japón, etcétera), y no solo los países, sino las grandes corporaciones, hoy en día más poderosas que la mayoría de las naciones, están invirtiendo en el espacio, no solo con fines militares, sino económicos (por ejemplo, la minería). Y desde hace tiempo enuncian la necesidad de colonizar otros cuerpos celestes para tener una puertita de escape (para ellos) cuando hayan convertido en inhabitable la Tierra.
Un aspecto esencial de este proyecto es hallar agua en Marte o la Luna, y el programa espacial chino lo tiene en lugar destacado. Ahora bien: no puede ignorarse que lanzarse a buscar agua en el espacio exterior va a significar que en la Tierra cientos de millones sigan sin agua y sin perspectivas de obtenerla.
No solo por la ingente inversión que insume la exploración espacial, sino por el enfoque que lleva implícito: resolver los problemas futuros de los poderosos a expensas de las penurias actuales y venideras de los necesitados.

China y el orden capitalista mundial
La restauración capitalista en China se adelantó varios años a la que gestó el estalinismo ruso. Y no empezó con las reformas impulsadas con Deng Xiaoping en 1978, sino con el proceso de internacionalización productiva que desembocó en la atracción masiva de inversiones bancarias e industriales. Hoy China es un actor de primera línea del capitalismo globalizado, y su élite de burócratas-potentados tiene sólidos motivos para sostener el orden político, y no para subvertirlo, no ya en sus bases sociales, sino, ni siquiera, en sus hegemonías.
Otro datito: Purificación de la Blanca nos informa que China ha creado su propio FMI: el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), al cual ya se han adherido 93 países. Una “alternativa clara al FMI puesto que concedió el año pasado, entre otros, préstamos a India, Turquía y Egipto en condiciones más ventajosas que las que suele ofrecer el Banco Mundial o el propio FMI”.
En síntesis, China no es un opositor del capitalismo, sino un competidor con pretensiones, que está abriéndose camino a codazos dentro del sistema. Y no olvidemos un detalle al hacer nuestras reflexiones: ¿cómo es eso de que en mil cuatrocientos millones de chinos no haya uno solo, no digamos que se oponga, sino que critique al gobierno?: raro, ¿no? ¿Es esa la sociedad en que usted quiere vivir?
Sin embargo, ya ve: en sectores de nuestro vecindario político no son pocos los que se abrazan a Putin, a los chinos o al coreano del norte como esperanzas de redención.
No se había visto tamaña confusión en la izquierda desde la época de Tamerlán el Magnífico.

@juandelsur

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----- Mensaje reenviado -----
De: Purificacion Gonzalez de la Blanca
Enviado: sábado, 5 de enero de 2019 19:26:46 ART
Asunto: CHINA EXPLORA LA CARA OCULTA DE LA LUNA, EN UN PASO DE GIGANTE ¿QUÉ SIGNIFICAN LOS NOMBRES DE LA NAVE Y DEL VEHÍCULO ESPACIAL?


                                                                                Ojos para la Paz

"El mundo se ha sorprendido y, al mismo tiempo, Occidente se ha sentido un poquito más insignificante. El paso dado por China es de gigante, otra vez. Pero ¿os habéis preguntado qué significan los nombres de la nave y del vehículo espacial? "



Poesía en la luna

La cara oculta de la luna ya no es sólo de Pink Floyd. Ahora, también es de China. El mundo se ha sorprendido y, al mismo tiempo, Occidente se ha sentido un poquito más insignificante. El paso dado por China es de gigante, otra vez. Pero ¿os habéis preguntado qué significan los nombres de la nave y del vehículo espacial? Chang'e-4 (lo que significa que hay otros tres anteriores) y Yutu-2. El tres y el uno, respectivamente, ya estuvieron en la luna en 2013-en la cara que vemos desde la Tierra- en la misión experimental con la que se ha preparado ésta y que se inició en 2004. Chang E es el nombre del proyecto de exploración lunar de China. Primera foto, el Chang'e-4, segunda, el Yutu-2.

Chang E es la mujer de la luna en la mitología china. Yutu es su conejo de jade. Poesía pura. Entreteneos en buscar la historia de Chang E, porque hay al menos tres leyendas sobre ella aunque es como la mujer de la luna como más se la conoce. De hecho, en China hay una celebración con pasteles que la recuerda el 15 de agosto.
 
Ese día es costumbre comer yuebing (torta de luna, literalmente), dulce y deliciosa, entre toda la familia, que se junta un poco como se suele hacer en el occidente cristiano en el 24 de diciembre con la navidad. Se venden en unas maravillosas cajas metálicas.
El hito de China alcanzando la cara oculta de la luna es histórico, como ha querido enfatizar con los nombres elegidos para su proyecto. El aterrizaje se ha programado para que el vehículo funcionase con energía solar para al aterrizaje, ya que ha tenido que ser casi vertical debido a la zona donde lo ha hecho.

Pero ha sido otro más, el más sonado sin duda, de un programa espacial que en 2018 supuso 37 lanzamientos exitosos y uno fallido, más del doble que en 2017 que fueron 18 lanzamientos. Toda una demostración de la capacidad de expansión de China en aspectos civiles, comerciales y militares y la constatación de que tiene planes muy serios a largo plazo para el espacio. Esta cifra significa que ha sobrepasado, con mucho, a Rusia y a EEUU en lanzamientos espaciales durante el año pasado. Bien es cierto que está muy por detrás de estos dos países, pero a medio plazo estarán a la par.

Y ya que hablo de esto, otro dato: el año que acaba de terminar lo hace con la incorporación de otros 6 países al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII): Argelia, Ghana, Libia, Marruecos, Togo y Serbia. Esto hace un total de 93 países los que forman ya la alternativa clara al FMI puesto que concedió el año pasado, entre otros, préstamos a India, Turquía y Egipto en condiciones más ventajosas que las que suele ofrecer el Banco Mundial o el propio FMI.


El Lince


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