sábado, 30 de mayo de 2015

Que viva el fútbol, aunque todos perezcamos


El negocio (económico-político) manda más que la ley
 
Los estadios de fútbol de la Capital no cumplen con los requisitos que la ley previó para que puedan admitir espectadores.
 
El director general de Fiscalización y Control (que se llama Chapar: un predestinado), se confiesa:
 
"No podemos poner a los clubes contra la pared, porque también así quedamos nosotros. ¿Qué pasaría? ¿No habría más fútbol?"
 
Vade retro: ¡eso, jamás!
 
 Evita dando el puntapié inicial. Como en tantas otras cosas terribles. Foto: Cedoc.
 

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