Con dos años de retraso ha sido conocida una decisión del presidente Mujica que favoreció a un implicado en crímenes de lesa humanidad. Lo paradójico es que los que quieren al Pepe ahora lo van a querer más.
—¿Y, Pepe?¿Cómo van esos gestos?
—¡Un lujo, bo!
—¡Un lujo, bo!
Por iniciativa del ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández
Huidobro, el presidente José Mujica firmó una resolución por la que se autorizó
al coronel Gilberto Vázquez el cobro íntegro de un sueldo equivalente al de
general y la restitución de las porciones retenidas de sus haberes.
El coronel venía cobrando un tercio de la remuneración que le
correspondía, por haber incumplido su “palabra de honor militar” al escaparse
del Hospital Militar adonde había sido conducido para unos exámenes médicos. ¿Y
por qué estaba preso? Por haber sido hallado implicado en el secuestro y
homicidio agravado de María Claudia García de Gelman, en el asesinato de
Adalberto Soba, en delitos sexuales reiterados contra prisioneras y en la
práctica sistemática de torturas.
Lo curioso es que la resolución es del 18 de diciembre de 2012,
pero no se conocía hasta ahora. ¿Por qué? Seguramente porque al Pepe no le
gusta hacer alarde —al pepe— de sus buenas acciones, y los
militares uruguayos arman gritería cuando sufren alguna sanción, pero no cuando
esta es revocada.
Ahora, la aparición sorpresiva de la resolución no hay atribuirla a que
el generoso Pepe haya abdicado de su proverbial modestia, ni a que el
beneficiado quiera agradecerle públicamente su gesto, sino a que Tabaré ha
ratificado a Fernández Huidobro en su ministerio, lo cual colisiona con las
aspiraciones de los militares, que tienen su propio candidato. Pero, como dice
la nota, no han querido enturbiar la imagen del Frente, y han aguardado a la
conclusión del proceso electoral.
Amor con
amor se paga.
Fuentes:
Samuel Blixen, “Brecha”, Montevideo, 5-12-2014
http://www.postaportenia.com.ar/
EH - postaporteñ@ 1297 - 2014-12-06
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