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"Los marranos israelíes sionistas no tienen nada que ver con los judíos"*
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Si Vattimo abrió
alguna vez el Antiguo Testamento no debiera decir eso.
Aclaremos: el
Pueblo Elegido expresa su amor a dios mediante la obediencia práctica a su Ley,
expresada en las actitudes que el judío toma a cada instante.
¿Y cómo es la Ley del
dios del Antiguo Testamento respecto del modo de tratar a los pueblos enemigos?
Infinitamente más cruel y despiadada que los crímenes israelíes contra los
palestinos, aunque pareciera que el Estado judío ha traspasado con ellos todos
los límites de la barbarie.
Quien quiera
enterarse cómo se maneja el dios del Pueblo Elegido (él, en persona) con los
pueblos a los cuales despoja, que lea por ejemplo el libro de Josué. Así, por un lado, se
evitará hablar desvaríos, como Vattimo, y, por el otro, sabrá a
qué atenerse respecto de alguien que se declara judío.
Una breve
aclaración final: el Pueblo Elegido llama al Antiguo Testamento
"Tanaj", que es el acrónimo de Torá, Neviim y Ketuvim (Torá, Profetas
y Escritos). La Torá de Moisés es —según los creyentes— la única parte del
Tanaj dictada por Dios mismo. El último libro de la Torá es el Deuteronomio, o
segunda Ley, que completa con una minuciosa serie de mandatos los reunidos en
Números, el libro anterior.
Pues bien, aparte
de lo que podamos leer en Josué y en otros libros, lo cual podría interpretarse
como fanfarronadas o desahogos bélicos, en Deuteronomio 20 16-17 es el propio
Yahvé el que ordena:
16 Pero de las
ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona
dejarás con vida,
17 sino que los
destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al
heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado.
Vayan estas líneas, deliberadamente escuetas,
como una invitación a que cada uno se informe por sí mismo.
* http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-251624-2014-07-27.html
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