Esa modalidad de comunicación del PEN
debe desaparecer
Está bien
que la presidenta, además de ser ignorante, padece un severo estrago cerebral.
Pero, en los niveles altos del gobierno y de sus colaboradores, ¿no hay nadie
que le diga que el uso que hace de las cadenas nacionales es ilegal, además de
que violenta el sentido común? ¿Que, para la gran mayoría de las veces que las
utiliza, sería más operativo informar en forma detallada por la prensa y con
cartelería en los lugares adecuados quiénes y cómo acceden a un beneficio, o
qué costos y beneficios implica una obra, cómo se financiará y cuándo estará
lista, etcétera?
Pues no: en
lugar de eso tenemos unos microactos en los cuales la presidenta se
autocomplace en escucharse a sí misma sus trivialidades y sus jactancias, y
quienes la aplauden han sido pagados para eso. Por nosotros.
Por
supuesto, las cadenas nacionales no son la desgracia del país, sino apenas una
tortura cuasi semanal. Como quien dice, una tocada de trasero.
Acabaremos
con ella cuando acabemos con todo, para lo cual debemos saber que: 1) Esto nos
pasa a nosotros porque somos (porque estamos siendo) como somos: no es la
imposición de una potencia intergaláctica. Es algo que hemos sabido construir a
lo largo de muchos años; 2) Ella (ellos) no va a cambiar. Para que esto cambie
tendremos que cambiar nosotros.
Me parece a
mí, ojo.
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