jueves, 24 de abril de 2014

Sicario ideológico se queja de que la paga es exigua


"¿Un camarada con años en la militancia de izquierda?"

Este mundo es asombroso. Por cierto, una de sus peculiaridades más increíbles es que haya personas que, para sorprenderse, busquen en la ficción historias o hechos extraordinarios. Tal cosa no es necesaria, terráqueos. Voy a presentarles un ejemplo.
 

Acaba de llegarme el siguiente correo electrónico, con el asunto “CARTA DE UN TUITERO A ENRIQUE GALVAN OCHOA”. Dice así, textualmente:

 

Recibí esta comunicación y la boletino. La envía un camarada con años en la militancia de izquierda.

Espero les sea de alguna utilidad para saber que nos depara el destino.

Un saludo Afectuoso

Hugo David

 

CARTA DE UN TUITERO A ENRIQUE GALVAN OCHOA
Asunto: los tuiteros de Peña Nieto
Te cuento que soy estudiante universitario y, por necesidad y adaptación a mis horarios de estudio, acepté trabajar de cibernauta priísta en instalaciones de las calles de Lafragua. El grupo es controlado por Sergio José Gutiérrez, dirigente nacional. La forma de trabajar es por medio de la red social Twitter. Se nos asignan de 30 a 40 cuentas falsas, en las cuales tenemos que realizar comentarios positivos de Enrique Peña Nieto, así como atacar a sus opositores mediante los HT que generan los mismos organizadores de los cibernautas. Aquí trabajamos entre 30 y 40 jóvenes; la mayoría somos estudiantes de educación superior. Estamos aquí porque deseamos ganar, al menos, para nuestros pasajes y alimentos,  pero nuestro sueldo es precario e insuficiente: 800 pesos a la quincena (y más si lo comparamos con los millones de pesos que el PRI se está gastando en esta campaña), además de que siempre nos pagan 4 o 5 días después de la quincena. Desde que apareció el video de los Peña-bots en YouTube, las medidas de seguridad se han incrementado para que no vuelva a haber otra filtración de ese tipo. Nos vigilan toda la jornada a través de circuito cerrado, hay un policía las 24 horas del día y nos obligan a dejar nuestras cosas en la entrada, incluyendo, por supuesto, nuestros celulares. Enrique, si publicas mi comentario te pido de favor que no incluyas mi correo electrónico ni mi nombre.
Identidad reservada

 

Repasemos los hechos: Además de ventilarse, por testimonio de uno de ellos, la operatoria de los tuiteros a sueldo, las líneas que anteceden nos informan que “un camarada con años en la militancia de izquierda” (esto es confuso) se alquila como sicario ideológico del régimen, por el costo de sus pasajes y alimentos, pero se lamenta porque el salario es "insuficiente" y la quincena se cobra tarde, pese a que el PRI dispone de abundantes fondos para su campaña de desinformación, de la cual el tuitero es un militante voluntario. Así y todo, no renuncia, además de pedirle a su interlocutor que no dé datos que lo puedan identificar.
 
Para mayor escarnio, y sin agregar ningún comentario que ponga en claro las aberraciones englobadas en esta situación, quien recibe la confidencia del inescrupuloso mercenario simplemente se hace eco de su queja “sindical”.
 
En lugar de llenarle el culo de zapatos.
 
Así están las cosas.
 
Mundo anómalo.
 
Y asombroso.

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