martes, 22 de mayo de 2012

Un grande de nuestra historia: Agustín Tosco

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Digo bien: no es necesario haber alcanzado altos puestos políticos para dejar una marca indeleble en la historia. Lo sabían sus enemigos, que lo condenaron a muerte y, aunque no lograron ubicarlo cuando se vio obligado a pasar a la clandestinidad durante el gobierno peronista ’73-’76, sí fueron causantes de su deceso al no poder atenderse de una encefalitis que en otras circunstancias habría superado.
Tosco ha sido la antítesis exacta del tipo de gremialista burocrático, recostado en la patronal y el Estado, que prohijó e instaló el peronismo desde sus mismos orígenes.
Siempre tuvo en claro que en las bases sindicales hay una diversidad de opiniones políticas, por lo cual la organización que los agrupa a todos no debe embanderarse partidariamente. Por eso Tosco actuó en acuerdo con compañeros de todas las vertientes dispuestos a defender los intereses de la clase trabajadora. Y el instrumento para ello fue la democracia y la horizontalidad: “...no hay otra relación posible que la democracia de bases. Es decir, el contacto directo entre los trabajadores y sus representantes o dirigentes. La concienciación a nivel de bases. La reciprocidad del intercambio de opiniones. Las asambleas generales, las de sectores, las de unidades de trabajo”, “que las bases sean las que decidan como protagonistas de la vida y de los objetivos de su organización”, postuló.
No todo, en mi parecer, ha sido perfecto en Tosco. Pienso en su negativa a presentarle batalla electoral a Perón en el ’73, para “no dividir a la clase trabajadora”. ¡Por supuesto que hay que dividirla, cuando marcha hacia el abismo!: que no se creara esa opción claramente clasista y crítica al peronismo fue causa de que no hubiera para los trabajadores una estructura desde la cual resistir el plan de Perón de aplastar el ascenso y disgregar a la clase trabajadora, el cual al cabo posibilitó el golpe del ’76.
Naturalmente, es imposible determinar cuál habría sido el curso de la historia en caso de que “el Gringo” hubiera tomado la actitud inversa. De lo que no cabe duda es de su compromiso, su capacidad, su pluralismo, su honestidad y su entrega a la causa y a las responsabilidades que asumió.
Hoy, 22 de mayo, es el aniversario de su nacimiento: un día tan bueno como todos los demás para tener presente su ejemplo.


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