jueves, 14 de enero de 2010

Judíos

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I. Orígenes


¿Qué nos brinda el libro del Génesis?
Muy poco, si lo consideramos como crónica de acontecimientos. Mucho, en cambio, como reflejo de situaciones, transformaciones y conflictos so­ciales.
El libro del Génesis permite, o mejor dicho, exige su división en dos partes. La primera, que terminaría con el Diluvio o con la Torre de Babel, no se diferencia mayormente de las cosmogonías de otros pueblos y está tomada directamente de los caldeos.
El origen "exógeno" de esa primera parte es por demás evidente. Esos mitos proceden de un pueblo de labradores. El primer hombre es hecho de tierra. Luego es condenado a "trabajar la tierra con el sudor de su frente". A Noé, le promete Dios que "no terminará la siembra ni la cosecha". El mismo mito del Diluvio hubo de originarse en un país de inundaciones periódicas, de riego y de labranza. Y si algo sabemos con seguridad acerca de las primeras tribus hebreas, es que fueron pastores nómades.
Toda la prehistoria del pueblo judío consiste en el enfrentamiento de pastores nómades con el sedentarismo. Pacífico unas veces, violento otras, constituye el tema central del relato bíblico, y los "celos" del dios contra las divinidades "extrañas" no son más que su reflejo ideológico.
El conflicto entre Caín y Abel tiene precisamente ese significado. Caín sacrifica granos y Abel, ganado, y Dios favorece a este último, lo cual ya constituye un elemento propio de la tribu de pastores.
El clásico odio del judío hacia el puerco, aunque pretendan atribuirle una finalidad higiénica, no es más que la ancestral aversión del nómade contra el animal doméstico propio del labrador sedentario.
[...]


Así comienza el libro de Alfredo Bauer “Historia crítica de los judíos - Desde la Antigüedad hasta la Revolución de 1848”, Buenos Aires, Colihue, 2007. Y no baja el nivel, sino que sostiene y acrecienta el interés al abordar temas espinosos y polémicos con rigor, documentación y amenidad.
La portentosa la versación de Bauer nos permite seguir y entender el desenvolvimiento histórico de Occidente y el Oriente próximo —desde un punto de vista materialista— a la luz de las vicisitudes de este pueblo.¿Dije ya que lo recomiendo? Lo recomiendo, y no será el único fragmento que reproduzca en este blog.

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