Cómo drogarse juiciosamente
El domingo 24 la Municipalidad de Morón organizó en el predio de lo que
fuera la Mansión Seré, de luctuosa memoria, un festival cultural, recreativo y
gastronómico con un fuerte sesgo hacia los intereses de los jóvenes.
Precisamente en el puesto de la Dirección de Políticas para Juventudes
del municipio se entregó ese día un desplegable [imagen] cuyo contenido ha sido
cuestionado, básicamente desde el ángulo de la política, con argumentos que han
tenido amplia difusión en la prensa y los sitios de internet, los cuales
compartimos. Pero agregaremos algún apunte.
Dice, entre otras cosas, el folleto:
—Si vas a consumir, acordate de estos consejos.
—El porro conseguilo de fuentes confiables.
—Con la cocaína y las pastillas andá de a poco y despacio. Tomá poquito
para ver cómo reacciona tu cuerpo.
Eso de “fuentes confiables” hace ruido: cuáles son, ¿las que
tienen permiso municipal? ¿Y por qué no agregan, para los poco avezados,
algunas direcciones de fuentes confiables?
Lo que sigue ya no hace ruido: hace sangrar los ojos. Porque nada menos
que el secretario de Salud de Morón, Martín Latorraca, sale en defensa de la
propuesta porque, según él, busca desplegar políticas sociosanitarias que
protejan la salud: “El proyecto está orientado a un público específico y tiene un objetivo focalizado, que son los vecinos y vecinas que están consumiendo”, sostuvo.
Pero la recomendación “tomá poquito para ver cómo
reacciona tu cuerpo” obviamente
no puede estar dirigida al consumidor habitual, porque él ya sabe eso. Entonces
significa tres cosas: 1) que si no es para los que están consumiendo, es para
los que aún no han empezado; 2) más aún, alienta a estos a que lo intenten, dándoles
la buena nueva: hay modos juiciosos
de iniciarse en las drogas pesadas, que los pondrán a salvo de percances y les
garantizarán el éxito, y 3) en suma, que los autores del folleto, si el cuerpo respondiera bien, no tienen ningún reparo que oponerles a los que quieran experimentar
con la cocaína y las drogas sintéticas.
Es una locura.
Pero una locura que se expresa en todos los aspectos de la política del
peronismo. Lo mismo que hace con la pobreza, que es administrarla,
sostenerla y aprovechar la vulnerabilidad que conlleva para incorporarla a su
capital político, es lo que intenta con las drogas: extender la
drogadicción y con ello el embrutecimiento y la alienación del pueblo, sobre
todo de la juventud, y obtener de esta, en pago a su permisividad, rédito
político y, claro está, también económico.
Lo peor es que en esta línea del “Si
vas a…” el peronismo aún tiene un pródigo filón para explotar. Sugerimos,
por ejemplo:
Si vas a
robar…
—ponete chaleco antibalas;
—tené previstas las rutas de
escape;
—usá guantes, para no dejar
huellas dactilares;
—tené a mano (y tus allegados también)
el número de teléfono de un boga sacador: una vez que estás fuera, todo lo demás
tiene solución.
Si estás
pensando en suicidarte…
—informate sobre los mejores
métodos: menos horribles y dolorosos, y más eficaces;
—no lo hagas arrojándote al paso
de un tren u otros vehículos, porque eso genera traumas en los conductores y
trastornos en el tránsito;
—tirarse desde lo alto de un
edificio tampoco es aconsejable, ya que puede ocasionar daños a personas (o a
sus bienes) ajenas a tus problemas;
—procurá que tus restos mortales
sean de rápida localización: de lo
contrario tu destino puede ser causa de una prolongada y agónica incertidumbre
para tus seres queridos (si tenés).
Si te toca ir
a la cárcel…
—usá calzoncillos de lata,
remachados. O no: depende;
—integrate a una familia (antes se la llamaba “ranchada”),
cualquiera que sea. Estar aislado en la tumba
(cárcel) no es buena idea;
—hacete amigo del pluma (antes, “capo”) del yompa (pabellón o cuadro). Cuán íntima será
esa amistad, corre por tu cuenta;
—si vas de lavatáper (sirviente) tratá de zafar rápido, porque eso es la tumba
de la tumba;
—cuando estés en la gayola hacete
peronista (en el caso, ¡asombroso!, de que no lo seas ya*).
Teniendo en cuenta aquello de “si no puedes vencerlos, únete a ellos”, hacemos esta contribución esperando que nos sea debidamente recompensada.
Por supuesto,
la lógica es a los peronistas lo mismo que el choripán a los veganos. Pero que
no se diga que no lo intentamos.