Perón vuelve

PERÓN VUELVE

Desde hace más de cuarenta años que los llamados “peronistas de izquierda” (“peronista de izquierda” es más un delirio que un oxímoron) están tratando de convencernos de que traerlo a Perón es el camino más directo para la revolución y el socialismo. Como si estuviéramos en 1970. Pero cuando ya se vio.

En lo que a mí respecta, soy capaz de asegurar que si siguen en esa tesitura otros cuarenta años van a terminar por convencerme. Claro que si vivo para entonces, aparte de ser una rareza biológica, me voy a estar cagando encima y no voy a saber ni cómo me llamo.

Pero, bueno: un hilillo de baba más copioso y un espasmo de la cabeza de arriba hacia abajo, y viceversa, darán fe de que he sido persuadido: ¡Perón - evita la patria socialista!, intentaré articular, vanamente.

(En lo profundo de mi mirada habrá algo así como el brillo de una neurona que aún resiste.)

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Un personaje que nos ayuda a comprender nuestro presente

Manuel Fresco

Caminando por las calles de Morón tropecé (palabra muy apropiada en este caso) con una placa de bronce desgastada por setenta y seis años de pisotones, en el cordón de la esquina de Rivadavia y Yatay.

 

En ella se lee, dificultosamente: "Obras construidas durante la gobernación del Dr. Manuel A. Fresco - Ministro de Obras Públicas Ing. José M. Bustillo [...] 1937-1938".

 

Fresco fue uno de los que marcó la impronta que, primero incipiente, anunció el golpe del '30, y que luego se profundizó en el del '43 hasta labrar la hondonada de la que no podemos salir.

Por una vez no voy a ser redundante, y voy a eclipsarme para que, quien tenga curiosidad, se aproxime a la figura de Fresco (el artículo de Wikipedia* es indicado para ello) y saque sus propias conclusiones.

* http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Fresco

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Idolatría y otras supersticiones

  

Las creencias religiosas son el molde de todas las supercherías

 

 

​Yo me trepo a un cerrito de morondanga, o hago una caminata más o menos esforzada por un paraje agreste, y no espero que la humanidad me agradezca nada. Pero hay gente alucinada que peregrina para adorar un muñeco de palos y trapos, y se cree que hace algo valioso y útil que merece elogio.

Por supuesto que aquellos a quienes les conviene que la gente ande boba (entre ellos, el periodismo en general) alientan este tipo de extravíos. Y les dan páginas y minutos de aire.

Por ejemplo, tuve que escuchar cómo el “cura villero” José María Di Paola (a) “Padre Pepe” dijo al periodismo que los peregrinos se movilizan “para pedir vivir como Dios manda”.

Dos cositas:

1) ¿Por qué tienen que ir hasta Luján, para eso?

2) Si es cierto que Dios es omnipotente,  ¿no estaremos viviendo ya como Dios desea?

Por supuesto, alguno se sentirá obligado a ensayar muchas respuestas. Eso sí: respuesta racional, ninguna.

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¡Estamos ganando!: en Tierra del Fuego apedrearon autos de ingleses

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Probablemente era lo que el provocador quería lograr
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Me emociona la valentía de esas decenas de bravos criollos apedreando la comitiva de un tarado cuyo castigo es ser como es. Eso me hace recordar al coraje de nuestros militares torturando secuestrados, pero rindiéndose frente a militares armados.
Apedreen a quienes los explotan y los dañan, giles. 

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